Las policías locales se ven «incapaces» de frenar el botellón ante la falta de agentes

La Delegación de Gobierno en la región asegura que la obligación de atajar este problema juvenil –una bomba de relojería para la proliferación de los contagios en medio de la nueva ola– le corresponde a los ayuntamientos y que la Guardia Civil ya interviene cuando es necesario. Pero lo cierto es que, unos por otros, la casa queda sin barrer.

En los dos grandes encuentros de este pasado sábado en Torrelavega y Somo, los agentes llegaron a imponer 26 sanciones. Sólo 26 en una masa de 300 adolescentes mezclados alrededor de las litronas. «Es muy complicado sancionarlos porque cuando te ven llegar, huyen despavoridos y se convierte todo en un correcalles. Por eso es mucho más importante prevenir y atajar el problema antes de que se produzca, esto es, antes de que se junten», aclara Pedro Pérez Noriega, concejal de Seguridad Ciudadana en la capital del Besaya.

26sanciones impuso la Guardia Civil y la Policía el fin de semana en los botellones de hasta 150 personas en Torrelavega y Somo.

En ese municipio existe una masa crítica de policías locales con los que abarcar este servicio de prevención, cosa que no ocurre, por ejemplo, en Somo, donde hay un sólo agente. «Trabaja de lunes a viernes porque tiene derecho a las libranzas, como cualquier otro trabajador. Lo que estamos luchando es por tener al menos otro más», aclara la primera teniente de alcalde, Araceli Colina. «Trataremos de poner todas las soluciones al problema del botellón, que sabemos que es una de las principales preocupaciones que tienen los vecinos especialmente cercanos a las zonas donde más se congregan los jóvenes;pero tenemos los medios que tenemos», expone.

Así las cosas, sólo la movilización de varios efectivos de la Guardia Civil el pasado sábado hizo posible disolver las reuniones en el Monte Arna y en el paseo marítimo de Somo. «Vinieron varias patrullas y los chavales salieron corriendo. Lo tienen fácil porque los que tienen bebida, salen huyendo con ella, o la esconden entre la maleza, y así es imposible multarlos. Lo tienen muy pensado y lo complicado de todo esto es que, aparte del daño sanitario que pueden hacer porque es un foco de nuevos contagios, lo dejan todo lleno de basura y prenden fuego en mitad del monte», denuncia José Ramón González, presidente de la JuntaVecinal de Somo.

Desde 2018, en que se ha ido facilitando la salida escalonada de un buen número de efectivos de policía local con prejubilaciones, las plantillas han adelgazado tanto que en algunos casos se encuentran al borde de la extenuación. «El déficit de efectivos es algo que se conoce de sobra y que nos afecta a todos los ayuntamientos», recalca Domingo García, presidente de la Asociación de Jefes de Policías Locales de Cantabria. «Estamos trabajando para que se vayan completando con nuevas plazas, pero por el momento está siendo complicado». Y todo ello redunda en una incapacidad de cubrir todos los servicios, y ni qué decir tiene que se vuelve imposible frenar eventos masivos como estas reuniones de adolescentes.

Desde la Consejería de Interior se trabaja ya para la ampliación de las plantillas. «Es algo que estamos intentando poner sobre la mesa y que va a suceder en algunos ayuntamientos como en San Vicente de la Barquera», asegura la responsable del área, Paula Fernández. «El botellón es un problema que nos preocupa. Es normal que los jóvenes estén agotados de esta pandemia, pero eso no justifica que incumplan la ley», zanja.

En Santander, el problema se aborda también desde un prisma diferente. Noemí Méndez, concejala de Juventud, asegura que lo importante es «no criminalizar tanto a los jóvenes y ofrecerlos una alternativa de ocio saludable». «Nosotros lo hacemos con 'La Noche es Joven', porque hay que pensar que cierto tipo de ocio, que estaba permitido para los adultos, ha estado vetado para los más jóvenes. Lo importante es cumplir con las medidas sanitarias», explica Méndez.