La política también se vive en familia

Ejemplos de familias en política hay muchos: hijos que siguen la estela de sus padres; candidaturas compuestas por más de un miembro de la estirpe o, incluso, matrimonios que surgen al calor de la pasión de los ideales. También es frecuente tirar de los de casa para 'tapar agujeros'. Es decir, para cubrir los puestos de relleno.

En este 'juego de Tronos' hay familias conocidas en la geografía regional, claros ejemplos de la radiografía social que refleja cualquier grupo humano. Los regionalistas Francisco Javier López Marcano y su hijo Javier López Estrada -éste último ambiciona ahora el sillón torrelaveguense que un día ocupó el patriarca- o, a la inversa, el caso de la saga laredana de los López Visitación, en el que ahora es el padre, Juan Ramón López Revuelta, quien regresa al ring de la política junto a los vástagos (que van en su lista).

Son sólo dos de los ejemplos más conocidos, por la relevancia de los cargos que han ostentado sus protagonistas en el pasado, pero las listas electorales cántabras, casi sin excepción que confirme la regla, están plagadas de parientes cercanos y lejanos, ya que la confección de una candidatura no es cosa baladí.

Uno de esos casos es el de la familia del candidato a la Alcaldía de Cabezón de la Sal, Adrián Mier Sañudo, que incluye en su lista a su tía María Carmen Sañudo, quien ya ha sido concejal y a su otro tío, Daniel Mier, que debuta por la parte de atrás de la lista o como suplente. «Tanto en mi familia paterna como materna ha habido gente implicada en listas y la política ha sido un interés de todos, aunque nunca con la responsabilidad que conlleva ser el cabeza de lista del PP de Cabezón», explica. La del PP no es la única lista cabezonense que tiene familiares infiltrados, hay más en otros equipos como el del PSOE.

En las listas populares también se encuentran otros casos curiosos como el de la candidatura de José Ricardo España en Miera. El que ya fue alcalde en el pasado por el PP ha tirado, en esta ocasión, de gran parte de la familia (hijos y yernos) para poder hacer la candidatura. Pero es que en pueblos tan pequeños (apenas llega a los 400 habitantes) hay que hacer malabarismos para hacer un equipo sin colar a algún pariente. España no es el único. En las candidaturas merachas del PRC también se repiten los apellidos del actual alcalde, Tarsicio Gómez, que lleva a dos hermanas en su lista, aunque no en puestos de salida.

En Marina de Cudeyo, como en Miera, encontramos otra familia casi al completo de Vox. Su actual candidato, José Díez, se ha rodeado de su entorno más cercano: su mujer, su hermana y sus sobrinos. Díez defiende que en su familia siempre les ha gustado la política. «Creemos, confesamos y practicamos con la familia y, cómo tal, nos movemos», define el líder local de Vox. «En los municipios no todo el mundo se atreve a dar el paso, por eso mi mujer y mi hermana son doblemente valientes al defender esos ideales», reflexiona. «Creemos y defendemos los valores de Vox y sus pilares fundamentales: la familia, la nación y el control regulado de la inmigración», apostilla.

En Ciudadanos Guriezo, su líder, Isabel Fernández, presenta también a su hermana y en el PRC de ese mismo pueblo (también muy pequeño y repitiendo los parámetros de Miera) el número uno, Ángel Llano, presenta a su pareja en el puesto tres. Un fenómeno común también en las siglas independientes, ya que en plazas tan destacadas como El Astillero -donde hay más población donde elegir- la exconcejal del PP Consuelo Castañeda, ahora candidata de Unión por el Progreso de Cantabria (UPCA), ha incluido a familiares cercanos en la lista.

El día a día de una campaña electoral o una acción de gobierno -desde el mismo o distinto frente- puede hacer surgir la llama del amor. La ahora candidata a concejal por el PP en Torrelavega, Olga Quintanilla y su marido, el exdelegado del Gobierno, Samuel Ruiz, son el ejemplo más sonado. Lo suyo acabó en boda.

Hay muchos ejemplos como el caso del matrimonio formado por la diputada regionalista y candidata a la Alcaldía de Cayón, Ana Obregón, y su marido, el exalcalde y aspirante a volver a serlo en San Pedro de Romeral (PRC), Pedro Gómez. Ella también es nieta de uno de los fundadores del PRC, Eduardo Obregón, y su propio padre fue concejal, por lo que no solo ha vivido la política en familia sino que ha sido parte fundamental de su existencia. «A Pedro lo conocí dentro del partido pero al principio no congeniamos mucho, aunque después surgió la relación», explica. Ahora tienen dos niñas y siguen dentro de esta carrera de fondo aunque por separado. «No hacemos campaña juntos y vivimos la política de forma diferente. Yo soy más de hablar en casa y a Pedro le gusta más diferenciar los tiempos y los sitios», afirma.

En el PRC otro ejemplo de pareja al calor del activismo político son la actual alcaldesa de Corvera, Mónica Quevedo, y su compañero, el también concejal y presidente de la Junta Vecinal de Alceda, José Ramón Sañudo. Se conocieron hace ahora «cuatro años», también por su militancia regionalista. Ella se reconoce «activista» desde niña «porque siempre me gustó hacer cosas y formar parte de consejos escolares», explica. Además es hija de un conocido exalcalde, por lo que también le viene la vena de familia. Con su pareja habla de política en campaña pero no de forma constante. «Hablamos de los temas que tenemos en común, pero no lo hacemos parte de nuestras vidas».

En las filas socialistas, uno de los ejemplos más recientes lo tenemos en Marina de Cudeyo. En este último municipio el hasta hace poco primer teniente de alcalde, Pedro Pérez Ferradas -ahora candidato a alcalde- y la ex edil de Hacienda, Emilia Perez Prieto, acaban de casarse. Se conocieron en «el día a día» municipal de esta legislatura que ha sido intensa, sobre todo a última hora por el pacto fallido con el PRC. En su casa la política sí es un tema recurrente. «Hablamos todos los días de política, porque nos gusta y por el interés municipal. Lo llevamos bien aunque cuesta desconectar, al estar ambos involucrados», reconoce Pérez Ferradas.