«No se puede culpar a la gente por saturar el servicio de urgencias»
Luis García-Castrillo. Nuevo presidente de la Sociedad Europea de Medicina de Emergencias/Asume el cargo con una reivindicación de base: «España es uno de los pocos países europeos que no forma especialistas en este servicio y esa es la causa de muchos de los problemas de colapsos»
JOSÉ CARLOS ROJO
SANTANDER.
Domingo, 13 de agosto 2017, 08:55
En sus más de 40 años de carrera, Luis García-Castrillo (Cudillero, Asturias, 1951) ha vivido momentos profesionales «maravillosos» y otros «fatales». El servicio de ... urgencias del Hospital Universitario Marqués de Valdecilla, que dirigió durante 27 años, puede despertar esos sentimientos tan opuestos a través de miles de historias personales. Casi como un trauma recuerda aquellos años «en que vivimos un colapso del servicio que nos llevó a estar en condiciones muy malas, malísimas, dramáticas», exclama. Ese tiempo pasó, «pero el problema es mucho más complejo de lo que la gente cree, e implica a todo el hospital», defiende. Ahora, a sus 66 años, disfruta de la jubilación que le llegó en el ejercicio pasado, tanto en Sanidad como en las aulas de la Universidad de Cantabria, donde era profesor asociado. Toda esa experiencia revertirá ahora en su nuevo cargo como presidente de la Sociedad Europea de Medicina de Urgencias (EuSEM), que ocupará durante los próximos cuatro años.
-Llega al cargo tras ocupar la vicepresidencia de la asociación.
-He estado cuatro ejercicios como secretario científico y otros cuatro como vicepresidente. También participé en su creación, hace ya 14 años. La función de la asociación es clave porque se ocupa de homogeneizar los sistemas de urgencias de los diferentes países europeos.
-¿Para que la calidad asistencial sea idéntica en todas partes?
-Para que cuando un español viaja a otro país sea atendido como lo sería aquí, y para que a los turistas que llegan a España les suceda lo mismo.
-¿En todos los países sufren los colapsos propios de este servicio?
-Antes de comentar cualquier otra cosa, hay que dejar claro que los servicios de urgencias en España y Cantabria funcionan razonablemente bien. Pero tenemos un lastre importante que es la falta de formación. Carecemos en este país de una especialidad médica para este servicio porque existe la creencia equivocada de que si un médico tiene una buena formación en cualquier otra especialidad, está preparado para trabajar aquí, pero claramente no es así.
«Los enfermos no tienen por qué saber si su caso es o no grave. A veces, ni yo lo supe»
-Con lógica, un médico de urgencias debe saber un poco de todo...
-Viene a ser algo así. Para hacernos una idea, en Europa solo hay cinco países que no contemplan esa especialidad. Uno de ellos somos nosotros y otro es Portugal. Y el caso es que tenemos todo hecho para ponerla en marcha.
-¿A qué se refiere?
-A que para que funcione primero ha de existir una literatura científica, una comunidad de especialistas que promueva el estudio de este ámbito sanitario en simposios, encuentros... Todo eso lo tenemos.
-Usted promovió esta especialidad en la Universidad de Cantabria...
-Logré poner en marcha una asignatura que ayudó mucho; pero con la implantación del Plan Bolonia se reconfiguraron todos los planes docentes y se perdió. Ahora existen cursos específicos pero no es lo mismo.
-Y el problema de los colapsos seguirá sin solución...
-Es un asunto muy complejo; pero aquí hay una cosa clara y es que cuando se produce el cuello de botella es porque en el hospital existe una puerta de entrada, que es este servicio, y no encuentra una salida acorde con el volumen de pacientes que ingresan. Es un planteamiento muy sencillo; pero no tiene fácil solución porque no compete solo a urgencias, tiene que ver con todo el hospital.
-Es todo un engranaje armónico.
-Si los diferentes servicios de especialidad no pueden acoger a los enfermos que se derivan desde aquí, hay colapso.
-¿Quizá se podría educar a toda esa gente que sin afección de gravedad acude al servicio?
-Eso es más difícil. Yo he visto de todo en estos años de profesión y me doy cuenta de que a veces es muy complicado saber de verdad quién tiene algo grave y quién no. ¿Quién se puede atrever a decirle a una abuela o a una madre primeriza que esa fiebre que tiene el niño no tiene importancia porque es un simple catarro? Hay que tener el cuajo suficiente para hacerlo: yo no lo tengo. Si cometes un error en uno de esos casos, puedes perder una vida, pero de paso condenas a la familia entera. Con el paso de todos estos años he aprendido a ser más prudente.
«Me ha preocupado siempre la alta incidencia de la salmonela en Cantabria»
-¿Es su principal balance?
-Luego hay otras cosas que te hacen ver la importancia de este servicio para entender la sanidad de una población. Hablo de las estadísticas de enfermedades, por ejemplo.
-Se pueden obtener indicadores muy fieles del estado de salud de los ciudadanos.
-Al fin y cabo la inmensa mayoría de estos casos graves terminan en urgencias y quedan registrados. Desde EuSEM estamos procurando dar valor a todos estos datos, intercambiarlos para así ver lo que unos hacen bien y otros mal.
-¿Qué información arrojan esas cifras en Cantabria?
-Alguna cuestión que me preocupa, que me ha preocupado desde hace 30 años y es que la incidencia de la salmonela en esta región es muy alta. Y el problema es que es una enfermedad que está erradicada en muchos países europeos y que tiene que ver con la mala higiene con los alimentos y de la población en general.
-Usted también ha estudiado la relación del Cambio Climático con las nuevas enfermedades infecciosas...
-La fortuna que tenemos en Cantabria es que no vamos a asistir a una evolución de estas afecciones. Tendremos que preocuparnos más por los fenómenos climáticos extremos, y ahí tienen una importancia clave las lluvias torrenciales.
-¿Destapan y mueven la suciedad?
-La creencia popular es la de pensar que la lluvia limpia, pero es todo lo contrario. Cuando llueve, los canales de abastecimiento, que normalmente tienen más presión que el exterior, sufren filtraciones y es ahí cuando aparece la infección. Los brotes de paperas que sufrimos en Cantabria pueden estar relacionados con esto, por poner un ejemplo.
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