La venta de motos ha crecido el 16% en Cantabria en lo que va de año: «Estamos desbordados»
A pesar de los «problemas de stock» que existen, en los primeros seis meses de 2025 se han adquirido 1.205 motos en la región, 165 más que en el mismo periodo de 2024
El número de compras de motos se ha disparado este año en toda España. Particularmente, el caso de Cantabria es sonado, ya que el ... crecimiento en junio llegó hasta el 28%, según Anesdor, la Asociación Nacional de Empresas del Sector de Dos Ruedas: 297 motocicletas vendidas durante el mes pasado frente a las 232 de junio de 2024. La diferencia no solo está en los meses. Hasta ahora, 2025 presenta «cifras récord». Lo cuenta Óscar Sainz, comercial de Motos Lolo, tienda ubicada en Santander: «Estamos desbordados, cada vez se compran más motos».
Los números siguen en aumento, ya que en la primera mitad de este año se han vendido en Cantabria 165 motos más que en la del año anterior. Un crecimiento del 15,9% que no se deja intimidar por otras fechas. «Desde 2013 el número de motos lleva creciendo de forma sostenida. Antes era más paulatino, pero ahora ha pegado un acelerón». El porcentaje de aumento de motos en la región desde 2013 hasta 2020 ha sido de un 38%, un «auténtico boom» del mercado de motocicletas. Las cifras han comenzado a despegar por completo tras el covid, momento en el cual todos querían salir de casa de vacaciones.
40.479 vehículos de dos ruedas
hay en Cantabria, entre motocicletas, scooters y ciclomotores
El caso cántabro es particular en ese aspecto. «Aquí el número de ventas en motos crece principalmente por la gente de fuera que compra una segunda vivienda o la alquila y decide emplear un método de transporte más eficiente». Entre motos, ciclomotores y scooters, Cantabria tiene más de 40.000 vehículos de dos ruedas en las carreteras. Seis cántabros de cada cien tienen un vehículo de dos ruedas, con una mayoría inclinándose hacia las motos por su volumen y capacidad, lo que permite alcanzar los lugares más recónditos de la comunidad autónoma. De hecho, las scooters cántabras son unas de las que más cilindrada tienen en el mercado nacional.
Al estar tan desperdigados, los pueblos y ciudades costeras son ideales para recorrer con vehículos unipersonales de dos ruedas. Los números son también mayores en zonas de en estos pueblos por este mismo motivo. También, con un mayor tráfico, una capacidad de moverse más fácilmente viene mejor. «La moto es la eficiencia máxima en cuanto a transporte». Las carreteras de la región también favorecen este crecimiento, gracias a sus recorridos por las montañas y cerca del mar. Los coches, aunque más cómodos en viajes largos, pueden resultar muy aparatosos en rutas o en caminos estrechos. «En verano crece más, pero porque Cantabria es un lugar muy bueno para las motos», apunta Sainz. Más aún se presenta este crecimiento en festividades y momentos en los que se puede encontrar mucho tráfico, como puede resultar la Semana Grande de Santander en un verano repleto de fiestas a lo largo de toda Cantabria.
El mercado de las motos no para de crecer desde 2013, pero después del covid se ha multiplicado
Además, estos números ni siquiera representan la realidad de la demanda de las motos. Varios comercios tienen «problemas con el stock», lo que ralentiza las ventas posibles. «Si hubiera más unidades, vendería mejor», comenta Sainz. Esto deja imaginar el volumen real de personas que quieren una moto, ya sea para pasar las vacaciones o para ahorrarse el tráfico en fiestas. Aun con todo, en lo que va de año ya se han vendido 1.205 motos y las previsiones de los comercios no parecen prever una futura caída. «Esto va muy bien, cada vez quieren comprar más y en el futuro no tiene pinta de parar».
Pese a que haya un índice en Cantabria por encima de la media en motorización frente al resto de comunidades, todavía hay un mercado muy importante que no se ha explorado. La mayor parte de los motoristas tienen una experiencia superior a los diez años de conducción, según las cifras de un informe de Unespa, lo que aumenta todavía más las posibilidades de compra por parte de un renovado público más joven. Eso y la necesidad de transporte en los pueblos cántabros hacen que la moto sea, cada vez más, una alternativa viable.
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