Beato de Liébana renace en Comillas

Está considerado el primer escritor cántabro conocido. Su aportación al arte contemporáneo fue decisiva y fue asesor regio en los primeros momentos de la monarquía asturiana. Es Beato de Liébana, protagonista indiscutible de la segunda jornada del Foro Futuro en Español que, organizada por Vocento y el Banco de Desarrollo de América Latina, CAF, tendrá lugar en Santander y Comillas los próximos lunes y martes.

El teatro introducirá al público en la figura de Beato de Liébana, su historia contada por él mismo. Manu Setién se viste con una sotana y, en un monólogo creado por Rosa Casuso, disertará sobre la vida, la obra, los temores y los aciertos de esta figura histórica. Un montaje que se estrenó en Fitur este año con vistas a promocionar el Año Jubilar Lebaniego 2017.

El historiador Pedro Ángel Fernández Vega y el director del Museo Diocesano de Santillana del Mar, el musicólogo Enrique Campuzano, serán los encargados de profundizar en la vida literaria y artística de quien está considerado «la figura histórica procedente de Cantabria que alcanza una mayor proyección en la dimensión histórica europea»

Así lo explica Fernández Vega, doctor en Historia Antigua y director del Museo de Prehistoria y Arqueología de Cantabria durante ocho años, hasta 2013. Para él, Beato de Liébana conoció una triple dimensión de popularidad: la que disfrutó en vida, la de alcance doctrinal o religioso en época medieval y la que permanece en el tiempo de manera universal a partir de su legado artístico y patrimonial. Esta última, reflejada en sus veintiséis códices conocidos como Beatos. Realizados la mayoría de ellos en monasterios castellanos a lo largo de cinco siglos, son un prodigio de elaboración y muestran la evolución estética del arte occidental. Aunque, sin duda, la mayor aportación de Beato de Liébana al arte universal es su libro Comentarios al Apocalipsis, en donde, insertados entre los textos, aparecen ya ilustraciones que influirán en el desarrollo del arte occidental y en particular en la iconografía del arte románico.

Para Fernández Vega constituye «un auténtico best seller de la cultura monástica medieval». Esta obra «es fruto de la erudición de un monje que conoce o dispone de una excepcional biblioteca con toda la producción escrita por los padres de la iglesia durante más de siete siglos de cristianismo», dice. Así pudo redactar una interpretación ortodoxa del libro profético del Apocalipsis, dejándolo al abrigo de lecturas heréticas. Su «genial» idea de ilustrar el texto con imágenes, le otorga un indudable valor didáctico. Por ello, fue muy útil a las comunidades monásticas medievales. En su obra, explica el doctor, «se engendra el más refinado producto cultural cristiano del final de la Antigüedad Tardía, que pervivirá con inusitada vitalidad durante los siguientes siglos medievales en los que la cultura se gestaba y se perpetuaba en los monasterios».

Beato, en palabras de Fernández Vega, se definió como un «lebaniego indocto, un religioso de las montañas de Cantabria, que rebatió doctrinalmente la herejía adopcionista liderada en ese momento por Elipando, arzobispo de Toledo, que encabezaba la Iglesia hispana.

El musicólogo y director del Museo Diocesano de Santillana del Mar, Enrique Campuzano, centrará su análisis de Beato de Liébana en su papel como asesor regio en los primeros momentos de la monarquía asturiana, «lo que supuso fijar las señas de identidad de los reinos cristianos frente al enemigo invasor en los inicios de la Reconquista, y como guardián de la ortodoxia católica-romana frente a las desviaciones heréticas provocadas, en el caso hispano, por el contacto con los musulmanes». Ambos elementos, se difunden a través de sus obras escritas, aunque Campuzano reconoce que la mayor relevancia la alcanzó con su legado artístico. Las ilustraciones con las que acompaña sus textos fueron decisivas para crear una iconografía que abarca los diversos estilos artísticos a lo largo de la Edad Media: prerrománico-románico y gótico, algo que es constatable en las obras que se conservan en Europa occidental, algunas de ellas en Cantabria. Como ejemplo, Campuzano cita el alero del tejado de Santa María la Real de Piasca y otros muchos elementos decorativos en iglesias medievales.

Influencia en Picasso

Pero también fue decisiva la influencia de los beatos en el arte contemporáneo, según apunta Campuzano, principalmente en la obra de Picasso, en los pintores cubistas y en otros movimientos de vanguardia. «Su legado patrimonial es ante todo hispano, pero con vocación universal», concluye.

Tras repasar la figura de Beato de Liébana, el Foro Futuro en Español analizará la importancia del Camino de Santiago y el camino del Norte, una ponencia a cargo de Jaime Niño, director del Centro de Estudios del Románico de la Fundación Santa María la Real del Patrimonio Histórico.