«No busco fama ni dinero, mi único fin es disfrutar de poder hacer cine»
Álvaro García estrena mañana en el Concha Espina su primer largometraje 'El hambre del invierno', una historia apocalíptica rodada con escasa financiación
Ilusionado, «con mucha ilusión después de tanto tiempo». Así es como dice sentirse Álvaro García horas antes del estreno de su primer largometraje 'El hambre ... del invierno', una película de temática apocalíptica que se pasara mañana, sábado, en el Teatro Concha Espina a las 19.00 horas. El proyecto, y de ahí las palabras del director, nació hace varios años, «tras una conversación medio en broma con un amigo sobre posibles temáticas para un cortometraje. Años después retomé la idea, pero me pareció que daba para más minutos». Se rodó entre 2015 y 2016 en distintos escenarios de Palencia, Torrelavega, Santander y Piélagos. Luego llegó la postproducción, un largo tiempo de trabajo y, sobre todo, de mucha incertidumbre por falta de financiación para sacarla adelante.
«Desde mis comienzos en el mundo del audiovisual, me interesaron los personajes con personalidades complicadas y múltiples aristas, y fue a partir de estos personajes y su psicología, como comencé a construir la historia. El hecho de que exista una pandemia de infectados a nivel mundial , que se han convertido en asesinos, es únicamente una excusa para colocar a estos personajes en una situación límite y en un mismo lugar. La historia no habría variado sustancialmente si los personajes hubiesen naufragado en una isla desierta, o hubiesen quedado encerrados en un edificio durante varias semanas» asegura Álvaro García sobre esta historia de personajes que se debaten entre la luz y la sombra.
Del rodaje, García recuerda que la cabaña palentina en la transcurrían la mayor parte de las escenas se convirtió también en el hogar del equipo mientras trabajaban ante la imposibilidad de pagar otros alojamientos: «por el día rodábamos y por la noche dormíamos en el mismo sitio». También se queda con la generosidad de actores, actrices y técnicos -el 90% cántabros- que han trabajado gratis y con ahínco para que el proyecto vea la luz y que espero que «les sirva como escaparate para su trayectoria. Ellos también están muy ilusionados con el estreno». En ese equipo destacan nombres como Pedro García Argumosa, el director de fotografía, y las actrices: Ana Luisa Pérez de la Osa, Beatriz Toyos, Pilar Revuelta, Mariu Ruiz o Esther Lastra, así como los actores Gustavo Fernández Cuenca y David Fernández Mayora.
«Me siento afortunado de poder estrenar este filme sin ningún tipo de subvención, salvo la que en el último momento nos ofreció el Ayuntamiento de Torrelavega y gracias a la cual pudimos acabarla, pero también hay mucho trabajo detrás de ella», asegura este cineasta con un gran bagaje en el mundo del cortometraje y que reconoce que su único fin en este oficio es «disfrutar». «No busco fama ni dinero».
Gran aficionado al mundo del suspense y las historias de tensión, García reconoce que ha sido una lamentable casualidad que su pandemia en ficción coincida con la que en la vida real se está viviendo en todo el mundo. «No creo que afecte a nuestro proyecto porque el virus de mi película convierte en asesinos a los que se contagian. He planteado el universo de esta historia; un universo de personajes que se debaten entre la luz y la sombra, con muchas capas y heridas que irán surgiendo en el desarrollo de la historia. Todos ellos viajan con una pesada carga; su pasado, un pasado que les atrapa inevitablemente y un objetivo común; sobrevivir».
Aunque este es el primer largometraje de Álvaro García, que también dirige desde hace una década el Festival Internacional de Cine de Piélagos que en septiembre iniciara una nueva edición, no es su primer gran proyecto de cine pues a punto estuvo de estrenar hace años otra película que no llegó a buen puerto «porque la crisis económica hizo que muchos de los inversores no pudieran cumplir sus compromisos. Lamentablemente ese filme ya no se puede retomar».
Con el estreno de 'El hambre de invierno', que se presentará a distintos festivales internacionales, García termina un proyecto y ya está inmerso en otro que le aleja de la cámara, pero no de los escenarios, pues es el director de escena de la compañía de teatro de la torrelaveguense Esther Lastra, «un trabajo que me apasiona porque lo que realmente me gusta es la dirección de actores», concluye.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión