Coto de mediocridad
Todo suena tan profundo como el estribillo de una canción ligera. El director de 'El año más violento' se viene abajo y la farsa oscura es más patética que nunca
Uno no puede evitar la impresión al encontrarse con Aaron Taylor-Johnson correteando en busca de sus presas, de ver en realidad al actor, torso ... desnudo, posando para una de esas fragancias que aromatizan el consumo navideño. Marvel tocó fondo hace mucho y lo de 'Kraven the Hunter', retrato del lobero y trampero humano, que nació como enemigo de Spider-Man en los sesenta, ha venido a hundir más esta fábrica de productos prescindibles.
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Año 2024
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País Estados Unidos
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Dirección J.C. Chandor
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Guion Matt Holloway, Art Marcum, Richard Wenk
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Música Evgueni Galperine, Sacha Galperine, Benjamin Wallfisch
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Fotografía Ben Davis
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Reparto Aaron Taylor-Johnson, Russell Crowe, Ariana DeBose, Fred Hechinger
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Género Fantástico/Acción
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Salas Cinesa y Ocine
El Kraven musculoso plasmado bajo la dirección de J.C. Chandor, cineasta de 'Margin Call', y Russell Crowe en el reparto, con cínico atractivo, no pueden edificar una historia mínimamente solvente en torno al personaje ruso, más depredador que sutil villano. Monótono y vulgar, el filme se aferra con insistencia a escenas de acción en un juego justiciero (la huida de prisión es de lo poco llamativo) focalizado en su mayoría en una sucesión de muertes a modo de álbum exterminador. Curiosamente el filme fue promocionado a nivel global permitiendo el visionado de los ocho primeros minutos de la trama. En realidad un tráiler largo, sofisticado avance que, como ha sucedido con muchas otras piezas publicitarias para servir de cebo, resulta más atractiva que el propio filme. Fuera de eso, ración de superpoderes y bichitos digitales, más anabolizados que cuatro 'Gladiators' juntos. Todo rutinario, sin sorpresas, apagado y envuelto en una piel antiestética.
Superhéroes, a favor o en contra, de saldo intentando sobrevivir no a su propia historia , sino a un guion sumido en formol. No sale a flote ni aunque el espectador se lo tome a risa. El drama familiar es como si hubiesen convertido un escrito de Dostoievski en el guion de un especial nochevieja. Conflicto paternofilial, raíces familiares no menos desquiciadas ilustradas en el perfil de dos hermanos rusos que hablan inglés como el mismísimo Laurence Olivier. La cosa no tiene nada de Shakespeare con lo que la chapuza de aires trascendentes, dioses y hombres, o ninguno de los dos, la venganza que alimenta la estructura narrativa, es un decir, suena tan profunda como el estribillo de una canción ligera. El director de 'El año más violento' se viene abajo y todo adquiere la textura de una farsa para engordar lo oscuro, más patético que nunca.
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