Lo doméstico asilvestrado
Filmin ·
Es una película de una sola idea que se abre en canal para transformar la comicidad en risa floja, después en una amarga, cruel y contundente pesadillaEs como un trueno metido en un cajón. Sencilla, artesanal, a veces algo petarda, (lo sabemos), de bajo presupuesto, pero rotunda, brillante e incómoda a ... la vez. Es como un cuento costumbrista que escribiera Poe tras una noche de bebedizos, opio, brandy o láudano. Se abre con el primer plano que retrata el esfuerzo físico del parto. Y enlaza con el tenso pero divertidísimo diálogo de una pareja y un vendedor de muebles y objetos de decoración. 'La mesita del comedor' es un mecano inocente que en el discurrir de su construcción visual va dejando miguitas perturbadoras, señales del destino, pequeñas azarosas y brutales evidencias de que la normalidad, el rapto de felicidad fugaz y lo doméstico contienen salvajes amenazas.
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País España
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Año 2022
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Dirección Caye Casas
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Guion Casas y Cristina Borobia
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Reparto David Pareja, Estefanía de los Santos, Josep Maria Riera, Claudia Riera
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Género Comedia negra
Dosis de humor negro, entre chistes como el del nombre Cayetano, o una jocosa conversación interminable sobre la necesidad de adquisición, gusto o rechazo, de la mesa que nombra al filme de Caye Casas. Como esos fetiches ligados a muchas películas a lo largo de la historia, aquí el objeto deseado/no deseado es un protagonista accidental convertido a la vez en mantra, macguffin y eje concéntrico de la trama. Pero sin decisiones alocadas, con sutileza y una socarrona mirada, la comedia negra de barrio va ganando en perversión, en insinuada sutileza que siembra poco a poco una atmósfera de inquietud. La cinta fundamenta buena parte de su imán en la modestia. Es lúdica, su apretado metraje contribuye a crear una gran elipsis y un fuera de campo global en torno a sus criaturas y al propio espectador, lo que ve y lo que imagina(sobre todo). Es una película de una sola idea que se abre en canal para transformar la comicidad en risa floja, después en una amarga, cruel y contundente pesadilla.
El cineasta de 'Matar a Dios' monta su ikea de bofetada inesperada, pero cercana, tan de broma macabra como de terror en el hipermercado y horror en el ultramarinos. Estefanía de los Santos y David Pareja como dos sherpas ocasionales guían al espectador por lo doméstico, casero y cotidianamente angustioso. Hay ingenio (los títulos de crédito insertados como parte de un manual de instrucciones) y desasosiego. En un juego inteligente entre lo conocido y lo desconocido, lo tragicómico se vuelve punzante, ácido, desazonador y hasta que uno no se quita la aguja invisible que se clava en la piel, el dolor manda. Eso de la mala suerte como decorado de espanto hogareño.
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