Hipérbole y agitación
Groucho ·
La poderosa capacidad visual de Bellocchio queda domada por innecesarios subrayados | Vente el intenso drama histórico convertido en thrillerA veces las azarosas coincidencias se traducen en contrastes deliciosos. En la inestable y un tanto caótica cartelera actual –que vive las consecuencias del tiempo ... de huelga que paró y ralentizó la producción de títulos y que aún está marcada por la resaca de los Oscar–asoman en extraña contraposición la serena contemplación del pausado latido de 'Perfect Days' de Wenders, con el desaforado documento tremendista que firma Marco Bellocchio en 'El rapto'. Entre el fanatismo, el integrismo, la disección histórica, la recreación y el relato, que se adentra en la identidad de Italia, 'El rapito' esencialmente cuenta la historia de Edgardo Mortara, un niño judío residente en Bolonia que a mediados del XIX fue arrebatado de su familia y literalmente secuestrado por orden de Pío IX, con el fin de ser trasladado a Roma y convertirlo al catolicismo.
-
País Italia
-
Año 2023
-
Dirección Marco Bellocchio
-
Guion Bellocchio, Susanna Nicchiarelli, Edoardo Albinati, Daniela Ceselli
-
Reparto Filippo Timi, Fabrizio Gifuni, Barbara Ronchi, Paolo Pierobon
-
Género Drama
Al margen de las cuestiones historicistas lo cierto es que el cineasta italiano de 'El diablo en el cuerpo', quien nunca ha acabado de ser referente para el público español, pese a gozar de una filmografía intensa y atractiva, firma una cinta visualmente desbordante. Además, logra que un intrincado y puro enredo eclesiástico sea un enérgico thriller entre lo dramático y lo potente en ambientación y puesta en escena. Pero donde el cineasta de 'El traidor' se diluye es quizá donde menos se esperaba: un director purista en su querencia por la reflexión, por crear ecosistemas de pensamiento que apelan a la inteligencia del espectador, vuelca aquí subrayados viscerales innecesarios. Incluso acusa un punto de desequilibrado maniqueísmo superfluo. A veces hay excesos de verbo y palabra, otras peca de didactismo que afectan pero no logran derrumbar la fuerza del drama histórico.
El decorado suntuoso en lo visual colisiona con lo sombrío del oscurantismo y el fanatismo religioso. La hipérbole agita pero la perturbación no hace más real la pesadilla de la historia. El intelectual y el cineasta no casan tanto como en otros de sus filmes, pese a su calidad de intenciones y a su, en este caso, pasional entrega. La épica de muchas de sus imágenes, la espectacularidad intrínseca del melodrama, a veces al borde del barroquismo, dejan a la intemperie todo abuso de poder. Es verdad que el matiz psicológico queda huérfano por el camino, pero la injusticia es zarandeada como se merece la gravedad de los hechos.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión