Simpatía de campamento
Cinesa y Ocine ·
Secuela sin secretos ni riesgos, pero efectiva. Gran parte del acierto reside en un reparto en el que nada chirría. Pequeños conflictos entre coreografíasLa secuela estaba cantada y no es un chiste. David Serrano, siempre muy sólido en sus decisiones y con ideas claras dibujó una historia en ... dos tiempos, entre la efervescencia juvenil, el toque nostálgico y la conjugación de canciones y coreografías. Ahora con Serrano en la retaguardia del guion, la debutante Ana de Alva toma el testigo y se marca una honesta continuación.
-
Año 2025
-
País España
-
Dirección Ana de Alva
-
Guion David Serrano, Luz Cipriota
-
Reparto Izan Fernández, Renata Hermida Richards, Alba Planas, Raúl Arévalo
-
Género Comedia musical
Del 'Voy a pasármelo bien', pasamos a pasárselo mejor, aunque lógicamente lo del título no se cumple en pantalla porque toda la segunda parte, o intento de construcción de una saga, tiene un claro precio. Pero hay coherencia y permanece esa mezcla de humor, de reflejo del burbujeante ecosistema adolescente. Aventura, amor juvenil y sonrisas y lágrimas con el campamento como decorado icónico. No hay secretos ni fórmulas. Juegos, bromas, cabañas, uniformes, voces, enredos y gracia. Y gran parte del acierto y la efectividad reside en un reparto en el que nada chirría.
Enamoramientos fugaces, dudas, tímidos o atrevidos pasos de un primer amor, todo cabe en este álbum que dejó atrás la canción de Hombres G, pero que crece con sueños muy similares y miedos y emociones renovadas. La secuela genera un clima de complicidad y un juego de conflictos y amistades que la directora resuelve con soltura. Siempre está la comparación odiosa con la primera, pero el filme salva el escollo de convertirse en mero catálogo de recuerdos. A lo que sí apela y logra con mucha eficacia es a agitar la ternura con la simpatía sin perder nunca el verdadero guion: esa comedia musical aparente que envuelve a los personajes y crea un cordón umbilical fácil, directo y sin afectación con el espectador. Por supuesto, hay reiteraciones y a veces algunos baches cansinos, pero el filme resiste el pulso retro y vintage en el que basa la historia y con respecto a la cinta original. Es lógico caer en lo mecánico y, claro, a la comedia se le pide más brío y más riesgo. Ambos factores están ausentes pero las canciones y el sentido coreográfico despeja las dudas y queda el campo abierto. Música y adolescencia, no obstante, mientras se citan Los Pitus, el campamento de verano, «te sales... minerales», la gracia, la picardía y esa ingenuidad de los veranos de descubrimiento con sus leves sombras de fondo.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión