Un collage de Chelo Matesanz se suma a la serie 'Festina lente' de La Caverna de la Luz
La artista de Reinosa, que expondrá su obra impresa sobre prenda de tela, intervenida con arte textil, inaugura mañana al espacio invitado al festival PHotoEspaña
Es una de las artistas con trayectoria más personal e intensa. Hace apenas dos años regresaba al escaparate expositivo de Cantabria a través de la ... temporada de Robayera. Lenguaje multidisciplinar, collages, mestizaje, indagación, exploración, Chelo Matesanz es el nombre propio del mes de La Caverna de la Luz en este junio ligado al Festival PHotoEspaña. El singular proyecto fotográfico de la calle del Sol que dirige Javier Vila acoge una de las piezas de la artista de Reinosa, afincada en Galicia. Fernando Zamanillo, coordinador de 'Festina lente', la serie que este año entrega cada mes una propuesta, subraya que en su comparecencia en La Caverna se mantiene fiel a su lenguaje artístico a través de una obra que reúne muy diferentes imágenes.
La inauguración de Matesanz tendrá lugar mañana jueves. En este 2019 el proyecto está presidido por la expresión latina 'Festina lente', un buen ejemplo de oxímoron del latín clásico: figura retórica tan antigua, como actual, por la que se complementan dos términos de signo contrapuesto o contradictorio y cuyo significado, «apresúrate despacio», define la intención temática de este ciclo fotográfico, «en el sentido de avanzar poco a poco y siempre adelante».
Su collage se expondrá impreso sobre prenda de tela, intervenida con arte textil por la artista. Chelo Matesanz (Reinosa, 1964) licenciada en Bellas Artes por la Universidad del País Vasco, doctora en dicha Universidad en 1994, es profesora Titular de Pintura en la Facultad de Bellas Artes de Pontevedra, de la Universidad de Vigo. Desde los noventa, periodo en el que obtuvo becas y reconocimientos -seleccionada por la Muestra de Arte joven; en 'Germinations', para jóvenes artistas europeos, o el premio JASP, al mejor artista joven en Arco 96-, ha desarrollado una ingente carrera artística sembrada por numerosas exposiciones individuales y colectivas.
Fiel a su lenguaje, reúne imágenes «alusivas a la inocencia frente a la maldad destructiva de la naturaleza por el ser humano»
«Dura por arriba dura por abajo cabeza de culebra patas de lagarto» es la adivinanza, a modo de título, que preside la entrega de Matesanz, quien siempre investiga en el mundo de las sensaciones y de las emociones.
En ella presenta la fotografía de un collage realizado con recortes procedentes de muy diversas publicaciones, cuyo significado está muy acorde con el actual ciclo de La Caverna de la Luz, «al manifestarse de forma inmediata en nuestra imaginación la imagen de una tortuga, ese símbolo por excelencia de la lentitud, la serenidad y la longevidad».
Sin embargo, «esto no nos basta, porque si miramos detenidamente la superposición de imágenes recortadas que conforman la obra a modo de puzzle», subraya Zamanillo, «no encontraremos en parte alguna la figura de una tortuga, con lo que el significado de este conjunto tan fragmentado se vuelve repentinamente muy enigmático, cuando no hermético».
La propia artista refiere que fueron muchas las cosas en las que había pensado durante la confección del collage: «el pensamiento inicial, las primeras imágenes seleccionadas, que fueron las del incendio en Bambi; el tiempo de uno mismo, la creación y el juego, el proceso creativo como pérdida de la noción de tiempo y espacio, el ser humano enemigo de sí mismo y de la naturaleza, destrucción... el pasado en el presente...».
La inocencia frente a la maldad destructiva de la naturaleza por el ser humano, con su irresponsable y funesta tendencia a la autodestrucción; la lentitud en el proceso creativo hasta dar con el resultado satisfactorio son cuestiones que asoman en la creación. Un «proceso no exento de juego, tan de su gusto, y por el que nos propone además la exhibición del collage no sólo en su sola y original representación fotográfica, sino también en otras dos disposiciones muy diferenciadas, dotadas de gran ironía y a medio camino entre la ternura y un incisivo desenfado».
Compromiso y libertad creativa, transgresión, ironía lúdica y, a veces, trágica, su obra elaborada en torno a la condición femenina ha mostrado siempre una clara continuidad de temas como el sarcasmo, la sexualidad, la violencia doméstica, o la agresividad soterrada.
El Centro Galego de Arte Contemporáneo revisó su creación esta década por ser «una de las más originales de su generación».
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