«Un cuadro tiene que hablarte, si te lo tienen que explicar es que algo va mal»

-¿Qué plantea en esta nueva exposición, 'Pinturas'?

-Es una muestra que ya teníamos planificada pero que por las circunstancias no habíamos podido llevar a cabo. Vimos que llegaba el primer aniversario de Juan en Madrid y pensamos que podía ser una buena oportunidad. Son obras de un periodo muy concreto que va desde el año 2000 al 2005, cuadros que no he sacado antes, que he tenido reservados. Tanto a Juan como a mi nos parece que es una obra muy potente y que este es el momento de sacarla.

-¿Por qué ese periodo tan concreto? ¿Qué tiene de especial?

-Viví unas circunstancias personales específicas, tras las cuales experimenté un cambio radical en mi pintura. Se volvió mucho más gestual, mucho más espontánea, más poderosa. Me sentí más libre, menos sujeto a nada, y gracias a eso salió una serie muy interesante basada en estructuras, en franjas de color... Es una obra muy suelta, muy libre. Fueron cuadros que me apropié egoístamente, y ahora he decidido que ha llegado el momento de exponerlos y presentarlos.

-¿Qué quería expresar con esta amplia serie de cuadros?

-Quería retratar la fuerza de vivir, las ganas de salir adelante, el recuperar la energía, y por eso los 20 cuadros que componen esta exposición son toda una explosión de color. Entre ellos también se incluyen algunas obras más actuales, para ofrecer una visión de contraste que permita apreciar la evolución de las pinturas.

-El acrílico es la técnica fundamental de su trabajo.

-Sí, acrílico industria y acrílico de bellas artes. Es la pintura que más se acopla a las necesidades que tengo en materia de fluidez, de rapidez de secado y demás. Empecé con él en los años ochenta y he investigado y probado mucho, pero ya siempre con acrílico.

-¿Qué supone exponer en las actuales circunstancias en la Galería Silió de Madrid?

-Hay mucho dramatismo, mucho miedo, mucha inseguridad... Poder volver a una exposición es de alguna forma volver un poco a la normalidad. Para mí es un momento importante porque se va a reflejar una obra que tenía guardada, fuera del circuito, fruto de un momento trascendente. Por lo demás estoy habituado a exponer y, más allá de esa ilusión, ya no sientes esa alegría que sentíamos de jóvenes cuando conseguíamos exponer en algún sitio. En realidad es a ellos, a los jóvenes, a quienes el mercado demanda, porque de hecho es lo natural: que se vaya produciendo esa transición.

-Volviendo a sus pinturas, que nunca titula, ¿cuál es el objetivo de las mismas?

-Despertar sensaciones, establecer un diálogo. Nunca las he titulado porque creo que la palabra distorsiona. Un cuadro no deberían explicártelo nunca, tienes que abordarlo con una determinada mirada y una actitud mental para poder entenderlo, para hacerlo tuyo. Que te tengan que explicar un cuadro ya es mala señal, él tiene que hablarte, que gustarte o que generarte rechazo.

-Un cuadro habla de lo que usted consigue transmitir en él.

-Sí, y por eso cuando creo tengo la necesidad de sentir algo. Para que yo me mueva el cuadro me tiene que estar diciendo algo en el azar, en los encuentros fortuitos, a través de la investigación. A medida que la pintura evoluciona te va guiando de alguna forma y tú te vas ajustando. El pintor es un explorador, y cuando el espectador ve la obra ésta le tiene que estar contando las historias que ha vivido.

-¿Qué historias?

-Muchas... (risas). Te pasas mucho más tiempo mirando el cuadro y pensando y escuchando qué te puede decir que trabajando físicamente. Y cuando de repente ves o te dice algo saltas y te pones a trabajar como un loco. Es un momento duro porque estás en tensión, la obra te tiene que transmitir algo y si no lo hace estás a disgusto y cabreado porque no sale nada.

-¿Cómo es su estilo pictórico?

-El proceso que sigo ha sido siempre similar, planteando el juego de lo sólido y lo líquido como una parte central de mi forma de pintar. Uso siempre un sistema similar, en el que las veladuras y las transparencias juegan con lo opaco y lo denso, en el que lo rectilíneo dialoga con formas más sensuales...

-¿Cómo ha evolucionado a lo largo de su trayectoria?

-Voy en busca de lo esencial, de quitar todo aquello que distraiga al cuadro. Es un proceso duro, exigente y laborioso, porque se trata de conseguir más con menos. El objetivo es depurar la obra cuanto sea posible.

-¿Qué recomendaría a los jóvenes artistas que buscan poder dedicarse a crear?

-El consejo más importante consiste en trabajar, trabajar y trabajar, incondicionalmente, pase lo que pase, ocurra como ocurra, en donde sea, con los medios que se pueda, pero trabajar. Esa es la forma de que salgan sus ideas y desarrollen sus trabajos, para poder presentarlos después en algún momento y que alguien se fije en ellos y surja su oportunidad.