«En la escritura como en las caricaturas se plasma en el papel el alma de un personaje»
José María Pérez, Peridis, desgranó ayer en la Feria del Libro las claves de su última novela, 'El corazón con que vivo', y de las personas que le inspiraron
Entre mascarillas y paraguas, el cántabro José María Pérez, Peridis, desafió en la tarde ayer la lluvia para presentar en Santander su novela, 'El corazón ... con que vivo', ganadora del último Premio Primavera. Lo hizo en la Feria del Libro de Santander, acompañado del editor Jesús Herrán y rodeado de sus lectores más fieles, muchos de ellos llegados desde Aguilar de Campoo para poder escucharle. Tal vez porque se encontró rodeado de amigos y en su tierra -este arquitecto, dibujante y escritor es natural de Liébana- Peridis, más cercano que nunca, aunó sus vivencias personales con las claves de la novela, ambientada en la Guerra Civil e inspirada en personajes reales y conocidos por él mismo. «Uno de ellos, el doctor que con cinco años me curó de una neumonía y me salvó la vida». Y es que, si algo tiene claro este autor es que «uno cuando escribe se tiene que ceñir a sus recuerdos y vivencias y luego estar siempre atento a lo que pasa a su alrededor».
La historia que presenta en 'El corazón con que vivo' está protagonizada por dos amigos, dos médicos de un pequeño pueblo de Palencia que vivieron y sufrieron la Guerra Civil en distintos bandos y, por lo tanto, con distintos desenlaces. Ambos doctores existieron si bien, como buen escritor Peridis se permite sus propias licencias y mezcla ficción con algunas vivencias reales porque tal y como ya había avisado al principio de su intervención «el de la escritura es un oficio de mentirosos ya que casi todo te lo inventas».
Un oficio del que aseguró es «su verdadera vocación» desde que recién llegado a Madrid se puso a trabajar de chico de los recados en la Editorial Magisterio Español. Aunque no fue hasta 2014 cuando se animó a escribir y publicar su primera novela, la laureada 'Esperando al Rey'. «Me ha pasado como a Ulises que para llegar aquí he dado antes un gran vuelta». Un recorrido que le llevó a estudiar arquitectura, ser un ferviente y militante defensor del románico y a trabajar de viñetista pese a las advertencias de un tío suyo que siempre le recomendó, tal y como confesó ayer, «que se dedicara a algo de provecho porque el único que podía vivir de eso era José Ramón Sánchez», quien, por cierto, tampoco no se perdió ayer la presentación del nuevo libro de su «gran amigo».
El autor ya ha acabado su nuevo libro, una historia ambientada «en un presente continuo»
Y su facilidad para la caricatura le ha servido, tal y como señaló, para escribir porque es un firme convencido de que la novela tiene que entretener y estar plagada de buenos personajes que despierten la atención del lector. «La caricatura, como la novela, se basa en sacar el alma de los personajes y plasmarla en un papel», reconoció. Sin embargo, y también porque con Jesús Herrán le une una gran amistad y por lo tanto mucha confianza se permitió corregirle en varias ocasiones. «Por favor no hables de literatura cuando te refieras a mis libros. Debes definirlo mejor como escritura». Porque para él, literatos son, entre otros, el recientemente fallecido Juan Marsé, Mario Vargas Llosa, Javier Marías y, por supuesto, Lope de Vega, cuya estatua veía cada día cuando iba a trabajar a aquella editorial madrileña.
Su trabajo como viñetista, tal y como reconoció, también le ha servido para crear los diálogos de sus novelas en las que siempre expone su propia visión de los hechos que relata. «El lector espera una interpretación de la aventura que le presenta el autor y yo no puedo ser ni escribir sobre lo que no soy», puntualizó.
Para él esta narración, que tenía hace tiempo en la cabeza porque la historia de esos dos doctores protagonistas, el que le curó la neumonía de niño y el que de adolescente le operó de las amígdalas, «siempre me pareció que merecía una novela» y un buen día tuvo la suerte de coincidir en un tren con un descendiente de uno de ellos. «Y tras la conversación con él, otros familiares y algún que otro archivo, puede juntar las piezas de este puzzle porque al final toda novela es un rompecabezas».
Y ya ha unido las piezas de la próxima porque tal y como anunció ayer ya está lista su nueva publicación: una historia que en esta ocasión está ambientada en la actualidad «en un presente continuo», dijo.
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