Oyonarte prolonga con una muestra en la Galería Espiral de Noja su paso por Artesantander
'Alicia y los espejos' reúne hasta el próximo 10 de agosto parte de la serie de obras exhibidas en Madrid en primavera
El vínculo entre el artista Manuel Oyonarte y Noja es estrecho y muy visible, reflejado públicamente en la propia evolución de la obra del pintor. ... La Galería Espiral y el Simposio Sianoja han acogido su creación en varias ocasiones. La reciente edición de la feria Artesantander volvió a reeditar esta relación en el estand de la sala que dirige Manuel Sáenz-Messía. El propio Gobierno regional en sus compras con destino a la Colección Norte adquirió una pieza de las presentadas por Oyonarte. Este verano como prolongación de ese lazo el pintor expone su obra en Espiral.
Desde el pasado sábado, exhibe en Noja parte de la obra que se presentó en Artesantander, donde obtuvo un notable éxito. Bajo el epígrafe 'Alicia y los espejos' Oyonarte (Madrid, 1957) reúne sus últimas obras en la cita de Noja hasta el próximo 10 de agosto. El artista empezó su trayectoria profesional como un destacado arquitecto de su promoción, por lo que decidió cursar un Master por la Escuela de Arquitectura de Madrid. Después, se doctoró en Bellas Artes y en el 98 funda el grupo artístico 'Tres en realidad'; en 2009, el espacio de arte Ra del Rey; y en 2010, el grupo de arte El Emperador Desnudo que gestiona Al Marge Espai d'art en Javea. También es miembro de la Asociación de Artistas Plásticos de Madrid, de la asociación Vegap y de Artistas sin fronteras de Madrid.
Castro Flórez, habla del placer del juego, la ironía radical, la absoluta capacidad de asombro y la actitud indisciplinada de la obra de Oyonarte
La Casa de Vacas de Madrid ya expuso la pasada primavera una treintena de obras de Oyonarte, parte de ellas recogidas ahora en Noja, que reflejaron un recorrido en tres etapas «hacia una percepción sin ego». Sus creaciones de expresionismo abstracto «no buscan comunicar un mensaje, sino mostrar la esencia pura de la forma, el color y la línea». Las piezas, lejos de discursos narrativos o reflexivos, invitan a una contemplación sin juicios, sin necesidad de interpretación. «No hay que entenderlas, solo verlas tal como son, con la mente en blanco», según el propio artista. «Atravesar el antiespejo de Alicia es cruzar a un estado de conciencia sin ego, donde el visitante fluye con lo que percibe y lo que percibe fluye con él», explica Oyonarte.
De 2011 a 2017, el artista desempeñó un trabajo de investigación sobre la objetividad de la obra de arte, que concluye con un nuevo modelo de experiencia estética creativa basado en los pensadores vitalistas y existencialistas. Su obra está en colecciones e instituciones a nivel nacional e internacional, como el Museo de arte contemporáneo siglo XXI (Ciudad del Arte Madrid), la Colección Banca National de París, Art Collection North Caroline University (Estados Unidos), Casoria Contemporary Art Museum de Nápoles, la Colección Crèdit Lyonnais de Ginebra y el Museo de Arte Contemporáneo de Florianópolis en Brasil, entre otras.
En su propuesta entre tonos grises, rosas y destellos de negro y rojo, Oyonarte «recrea atmósferas que reverencian la obra de Twombly, generando un diálogo cromático entre el neorromanticismo y la abstracción contemporánea. Cada pieza invita al espectador a detenerse y reflexionar sobre la conexión entre el arte, la política y la experiencia estética». El escritor de arte y crítico Fernando Castro Flórez, bajo el epígrafe 'Metáfora de la libertad', alude a la dimensión de lo infantil en su obra, «entendiendo que el niño es esa metáfora de la libertad, del placer del juego».
Oyonarte, a través de una elección cromática que persigue la «universalidad estética, más allá de lo personal» invita al espectador a adentrarse en distintos niveles de conciencia entre los que destaca «la mente racional, el inconsciente individual y el inconsciente colectivo»
A juicio de Castro Flórez, «lo que escribe o pinta, el gesto que rompe el pavoroso espacio en blanco, son las condiciones del goce, ese empuje hacia la profundidad que tan difícil resulta de asumir. Pero de esa localización inconsciente, como es evidente en la pintura de Oyonarte, surge lo que fascina, en la tierra fronteriza de lo sublime, y aquello que produce miedo, esto es, allí donde el imaginario está dominado por el impulso vital».
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