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Los paisajes costeros de José Antonio Quintana destacan por los reflejos del agua. E. G.

'La luz del paisaje' de José Antonio Quintana

Espacio Garcilaso muestra a partir del sábado sus lienzos donde destacan las marinas, los astilleros y las montañas

Lola Gallardo

Santander

Jueves, 11 de octubre 2018, 07:30

El pintor cantabro José Antonio Quintana Susilla se suma a la programación expositiva de Espacio Garcilaso, en Torrelavega, con 'La luz del paisaje'. El pintor explora los múltiples recursos de la pintura en la expresión del paisaje. Horizontes marinos, industriales, urbanos, campestres, siempre exentos de humanos. La muestra se podrá visitar hasta el 9 de noviembre en esta céntrica galería de arte de Torrelavega. Este artista, que compagina la pintura con la docencia, se ha destacado en los últimos años por servirse de pigmentos diversos a los tradicionales para interpretar su propia realidad. Sus obras atraviesan diferentes momentos, partiendo de un caos controlado que poco a poco se va ordenando.

Lejos quedan en el tiempo los comienzos artísticos de José Antonio Quintana en el grafiti y la pintura mural. Galardonado en decenas de ocasiones, ha participado en numerosas muestras individuales y colectivas y ferias por España y el extranjero. Durante toda esta trayectoria, ha superado distintas etapas. «No ha habido en su discurso artístico acomodación a fórmulas ya dominadas y que contaban con el agrado del espectador», cuenta el gestor cultural Luis Alberto Salcines en el prólogo del catálogo.

La ficha

  • Inauguración 'La luz del paisaje' de José Antonio Quintana Susilla abrirá al público el sábado, a las 20.00 horas.

  • Dónde En la galería de arte Espacio Garcilaso, en la calle Garcilaso de la Vega de Torrelavega.

  • Cuándo La muestra permanecerá abierta hasta el 9 de noviembre. Son paisajes costeros y de montaña.

Hasta Espacio Garcilaso, Quintana Susilla acerca una selección de obras donde trata de captar la luz del paisaje, quizás una de las obsesiones o de las intenciones más constantes de los artistas a lo largo de la historia del arte.

José Antonio Quintana muestra dos tipos de paisaje, uno costero, de puertos industriales, y otro de montañas. En los primeros, en grandes formatos, ofrece visiones del agua en primer término, con sus reflejos en la superficie, y al fondo la silueta de las grúas y estructuras metálicas de la trama portuaria. En el espacio superior, el cielo vuelve a proporcionarle la posibilidad de los matices cromáticos. En los paisajes montañosos utiliza los formatos horizontales, miradas panorámicas pero con un tratamiento pictórico similar; el orden interno en ellos lo protagonizan los contornos montunos. Tanto en unos como en otros es posible identificar las geografías representadas.

Astillero y Santander pueden reconocerse en las imágenes marinas, Picos de Europa y El Escudo en las montañosas, sin embargo, no pierden en la mirada del espectador el carácter universal. «Lugares conocidos que le sirven para jugar con los elementos pictóricos», explica Salcines. Por otro lado, siempre hay algo de inventado a la hora de fijar un paisaje por parte del pintor. Completan la muestra una selección de paisajes de pequeño formato en los que la figuración de referencia se diluye y el paisaje es más sugerido, está más oculto. «Son abstracciones del paisaje, más expresionistas, en las que el artista se muestra más libre, menos atado por las formas figurativas. Las composiciones de Quintana están muy estudiadas. Coloca la línea del horizonte en la zona media alta y eso le permite en la parte inferior del cuadro las sugerencias de playas, la bahía, la ría con veladuras, trasparencias y pinceladas más gestuales, tendentes a la abstracción», indica el autor del prólogo. El perfil de la maquinaria portuaria junto a la silueta de algún barco, se apoya en la línea del horizonte y nos recuerda al skyline de las grandes ciudades. Su paleta es deliberadamente reducida en cada pieza. Tres o cuatro colores. Verdes, ocres y azules.

José Antonio Quintana sustituye en Espacio Garcilaso a Pedro Sobrado que mostró la segunda parte de su trabajo 'Sentido y realidad' -la primera parte se expuso en la sala El Torco de Suances-. La trayectoria de Pedro Sobrado ha estado siempre marcada por su preocupación por plasmar la realidad. Ya se vislumbra en sus obras de los años 60, reflejo de su estancia en París y la revuelta de mayo del 68; y en los años setenta, donde reflejó el ambiente rural de España. En los años ochenta plasmó la movida madrileña, una preocupación por el mundo urbano que continuará hasta nuestros días.

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