Poesía es todo

Sin luces, vestidos de negro y con las caras tapadas por máscaras, Los Peligro -el dúo formado por Sergio Fanjul y Liliana Peligro- fueron los encargados de romper el hielo. Una a una fueron declamando poesías en las que había una crítica al mundo laboral, a las redes sociales o a los becarios. Poemas sobre literatura, incluso una sesión de Facebook en vivo y en directo. Yo digo un poema, el público responde si le gusta o no les gusta. Fue una forma de entender una poesía diferente a todo lo que habían visto.

Los Peligro recitan normalmente en espectáculos para gente mayor. Por eso, en este caso tenían miedo de que los jóvenes desconocieran sus registros. Pese a todo se lanzaron a la piscina. Mejor dicho, subieron al escenario y empezaron a disparar críticas. La base de su espectáculo está en la poesía que escribe Sergio Fanjul, explica Liliana Peligro. Ellos hablaron de la adición a las redes sociales, la vida del autónomo o la precariedad laboral y los abusos a los becarios... «Al final del espectáculo, observas que los jóvenes están muy al tanto de lo que les espera, la dificultad para encontrar trabajo, acabar siendo autónomos y no tener nunca un contrato digno. Nosotros buscamos abrir una nueva puerta mental en la gente para que entienda que la poesía no tiene porque ser algo encorsetado, sino que tiene su parte cómica. Jugar con las palabras y las imágenes es también poesía, los versos no tienen que ir solo acompañados por música de violín», explicaron Los Peligro.

A ellos les gusta que la gente entienda que el término poesía es más amplio que la clásica «y queremos pensar que después de nuestro espectáculo a algún joven se le ha despertado el interés por la poesía. Antonio Machado está muy bien, pero para ellos hay muchas posibilidades que conectan más con la juventud», añadieron. No saben responder a la pregunta de por qué hacen poesía. Es algo que surge de su interior, que les divierte y les permite viajar. Lo que sí saben es que la poesía escénica les apasiona y animan a los jóvenes a visitar algún espectáculo de poesía más divertido, frente al recital poético tradicional.

La segunda en subir al escenario fue Alejandra Martínez de Miguel, que cautivó al público. Ella empezó a escribir poesía con quince años sin saber muy bien por qué ni para qué. Y fue cuando conoció el 'Poetry Slam' de Madrid donde encontró el formato para poner voz a sus textos. Allí fue la primera vez que leyó un texto en alto. «Es importante que existen espacios donde los jóvenes pongan voz a sus textos porque muchas veces no saben el talento que tienen hasta que no prueban», reivindicó. Insistió en que los jóvenes viven muy enganchados a las redes y realmente no las utilizan para descubrir sitios donde desarrollar sus aficiones. Ella, camino de Santander, introdujo tres palabras de búsqueda en su teléfono móvil -poesía, Cantabria y Santander- y aparecieron varios eventos como el 'Poetry Slam' del bar La Tienduca, en el Río de la Pila. Por eso, recomienda a los jóvenes buscar lugares donde se hace poesía escénica para «salir de esa idea preconcebida de la poesía clásica, que es totalmente válida y bella, porque este formato de poesía escénica es más divertido y atrae a los jóvenes».

Ella, que ganó el 'Poetry Slam' de Madrid hace dos años, reconoce que a través de la poesía ha podido encontrar la forma de comunicarse y poner voz a sus inquietudes sociales. «Además de ser una forma de sanación conmigo misma también me permite poner voz a lo injusto, lo que me conmueve o revuelve», añade. La poesía de Celia Bsoul, el hip hop y los jóvenes poetas cántabros cerraron esta Quinta Surada Poética. Al salir, los alumnos explicaron que los centros educativos dan poca importancia a este tipo de poesía más cercana a los jóvenes. «Muchos jóvenes ven la poesía como algo ridículo o excesivamente cursi, y no es así». Por eso, reconocen que iniciativas como la de La Vorágine están muy bien para que los jóvenes vean otra forma de entender la poesía. «Puede ser un símbolo de protesta o una forma de manifestar nuestras emociones y sacar lo que llevamos dentro», insistía una joven. Así entienden la poesía, como una forma positiva de desahogarse, llegar a mucha gente y ayudar a los demás.