Una de redenciones
Groucho ·
El rechazo y la atracción intercambian razones como vasos comunicantes en un filme, que sin efectismo, muestra su querencia por el perdónEl significativo y poético 'siempre veré vuestros rostros', título original de esta excelente cinta francesa, se ha transformado en la distribución española en 'Las dos ... caras de la justicia'. Y no solo se trata ya de un manido epígrafe, sino que parece apelar a un thriller de tantos. Nada más lejos de la realidad. El filme galo, de la actriz y directora Jeanne Herry, es un inteligente y sensible retrato coral, fragmentado en los enfrentamientos cara a cara, entre diálogos y silencios, que discurre por los resbaladizos territorios del perdón, de la redención y la reparación. Víctimas y verdugos en encuentros y desencuentros, entre la terapia y la disección humana a partir de lo que callamos y decimos, de lo que queremos saber del otro o no, al cabo de nosotros mismos.
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País Francia
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Año 2023
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Dirección y guion Jeanne Herry
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Reparto Adèle Exarchopoulos, Gilles Lellouche, Dali Benssalah, Elodie Bouchez.
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Género Drama
A veces el filme corre el peligro de la afectación y de quedar en un mero espejo reflejo de lo sociológico. La justicia restaurativa y la mediación son los mantras que se hallan tras la ficción (en Francia la justicia restauradora ofrece la oportunidad de diálogo a través de sistemas seguros, supervisados por profesionales y voluntarios). Ahora que uno de los males de la sociedad actual es que nadie escucha, la cinta de Herry, cineasta de 'Vivants' y 'En buenas manos' se adentra en el volcán emocional de varias personas al límite, entre sufrimientos, recuerdos y la necesidad de entender. La construcción de la cineasta es casi perfecta, aunque sobran algunos flashback que perjudican al ritmo y a la forma. Además en la graduación de los casos utiliza como columna vertebral la experiencia traumática de una joven. Para ello, tira de estrellas de su país hasta reunir un elenco muy atractivo que precisamente encabeza la imprescindible Adèle Exarchopoulos.
Con la referencia de 'Maixabel' en la retina, donde Itziar Bollaín logró un par de escenas emotivas de similar mirada, el filme combina casos que conllevan menos dureza con otros donde los abusos provocan conmoción entre heridas abiertas y sangrantes. Gilles Lelouche, Élodie Bouchez, Miou-Miou...encarnan a las criaturas de un lado y otro, logrando que todo respire una extraña burbuja donde el rechazo y la atracción intercambian razones como vasos comunicantes en un filme que sin soflamas ni desgarros efectistas, muestra su querencia por el perdón y la reinserción social. Las terapias, la individual y la grupal, se cruzan y el espectador pasa de la intimidad a lo coral, de la distancia corta a la visión colectiva. Hay respeto en la mirada de la directora y todo fluye entre la experiencia, la sociología y la resiliencia.
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