«Lo más revolucionario del arte es que sea capaz de emocionar»
Tras su estudio sobre el machismo en los premios de poesía y el proyecto 100x27, Nieves Álvarez publica su nuevo poemario e inaugura el viernes su muestra 'Teoría del caos' en Estela Docal
La palabra, el compromiso, la empatía creativa, la complicidad intelectual. De estos factores, por separado o de manera colectiva, ha sembrado Nieves Alvarez un territorio ... activo y prolífico expresado a través de la poesía, la acción artística, la edición y la denuncia. A punto de publicar su nuevo poemario,'Tremor de polvo rojo', que publica la editorial Amargord, ha sido la artífice de un estudio estadístico, abordado por la Asociación Genialogías de mujeres poetas, que constata el machismo en los premios públicos de poesía españoles. El informe fue editado por Ediciones Tigres de Papel bajo el epígrafe 'Descubrir lo que se sabe (Estudio de género en 48 premios de poesía)'.
Además ha trabajado durante un año en un proyecto transversal: '100x27. Mujeres sin sombrero', una manera de acercarse a las mujeres creadoras (en el arte y la literatura) y mirarlas desde los ojos de la creación actual, los nuevos feminismos, las historias cotidianas y la Historia con mayúsculas. La Biblioteca Central acoge desde el pasado día 1 la muestra, junto con diversas actividades paralelas, que se prolongará hasta mayo.
Participación y derecho
«El problema de las mujeres siempre ha sido un problema de hombres», afirmó Simone de Beauvoir. ¿Por qué?, «porque la historia (con mayúsculas y con minúscula) la han escrito los hombres, solo así puede entenderse que las artistas e intelectuales españolas del 27 no aparezcan en los libros de texto y apenas se las conozca.Sin embargo, la sociedad debe ser consciente que no es saludable marginal a la mitad de la población, que es más enriquecedor (tanto para mujeres como para hombres) que se complete la historia, que se deje participar a las mujeres en los lugares que les corresponde, por ley por derecho propio.
«Debería presentar obras que nos hagan pensar nuevas preguntas, no sólo respuestas a las preguntas que ya nos han dado»
En pocas palabras: que se cumpla la Ley de Igualdad Efectiva», ha subrayado Nieves Alvarez. El próximo viernes inaugura su nueva exposición, 'Teoría del caos', en su primera cita en una sala comercial: la galería santanderina Estela Docal. «Buscar lo hermoso en lo cotidiano, convertir la basura en objetos que se puedan exponer en una galería de arte». Lienzo, papel, cartón y alfileres son los materiales de sus obras.
-Ahora ya con el proyecto plasmado, tras un año de intensos trabajos preparativos, ¿qué reflexión realiza sobre 100x 27?
-Se reivindica a una generación perdida (la del 27, significada en las llamadas Sinsombrero) para aportar nuestro granito de arena que las rescate del olvido, pero, sobre todo, para poner en valor, visibilizar y poner de manifiesto el enorme potencial artístico y cultural que aportan a Cantabria las mujeres: poetas, escritoras, artistas plásticas, escultoras, diseñadoras, músicas, compositoras, bailarinas, actrices, curadoras, galeristas, coleccionistas, documentalistas, gestoras culturales, periodistas, profesoras, impresoras, editoras, etc. etc. 100 mujeres que juegan un papel importante en su entorno, y que representan a muchísimas más que, aunque no se les conozca, participan en el mundo de la cultura de una región que destaca en este ámbito y en la que las mujeres se niegan, nos negamos, a permanecer invisibles.
-¿Cree que algunas acciones en torno a la reivindicación feminista pueden solaparse y perder efectividad por exceso?
-La cuestión es que las mujeres llevábamos mucho tiempo calladas, o, mejor dicho, silenciadas por quienes tienen el poder. Pero ahora, las redes sociales (que no son tan fácilmente controlables por el poder económico) están ofreciendo plataformas de primer orden para dar a conocer las problemáticas de las mujeres (que siguen siendo las mismas desde hace mucho tiempo: el ninguneo, el mal-trato y el maltrato, la violencia, etc. etc.); y los medios, que beben cada vez más de estas redes, comienzan a hacerse eco de estas reivindicaciones y los movimientos sociales se están revitalizando y utilizando nuevas formas de comunicarse y comunicar. Aparentemente puede parecer que hay saturación, pero es solo aparente, en los grandes medios no la hay. Además ¿qué me dice del fútbol?
-Hay muchas mujeres que consideran que se ha trivializado la fecha del 8 de marzo porque el resto del año se cae en el olvido...
-Puede ser. Pasa lo mismo con todos los días que se dedican a un tema. Ahora mismo no hay ni uno solo del año que no se dedique a alguna causa o tema que un sector de la población considera fundamental. Creo que estos temas sociales deberían estar en las agendas de los gobiernos y de las instituciones sociales cada día, no solo una vez al año. Sin embargo, no está de más que, al menos, una vez al año (en nuestro proyecto le dedicaremos 2 meses y 8 días) se ponga el acento en un tema que debería sonrojar a toda la sociedad, no sólo a las mujeres. Porque este tema no es sólo de mujeres. La sociedad debe ser consciente de que no es saludable marginar a la mitad de la población, que es más enriquecedor (tanto para mujeres como para hombres) que se complete la historia, que se deje participar a las mujeres en los lugares que nos corresponde, no por el hecho de ser mujeres, sino por justicia social.
«Esto va de poder económico que mediatiza a la sociedad e intenta que todo el mundo baile al son de la música de la minoría»
-¿El feminismo puede llegar a transformarse en una moda?
-Usted sabe perfectamente que todo es susceptible de convertirse en eso, en algo sin contenido. Pero no es eso lo que queremos las feministas comprometidas con este tema desde hace muchas décadas. Esta es una cuestión de personas: hombres y mujeres. Yo tengo en casa un hombre tan feminista o más que yo, al que le indignan determinados comportamientos misóginos y machistas que transcienden a través de los medios. Además, predica con el ejemplo, dentro y fuera de casa.
-¿La mejor acción artística militante es aquella que además de transmitir el mensaje militante, emociona?
-El arte debe, en primer lugar, emocionar, conmover, y el arte contemporáneo no debe darlo todo pensado, debe intentar hacer pensar. Esa es la esencia del arte contemporáneo: que emocione y que haga pensar, que genere una cierta intranquilidad emotiva y que sea capaz de ir más lejos, más al fondo de las cosas. No creo, para nada, que el arte militante deba ser panfletario, evidente, unidireccional. Lo más revolucionario del arte es que sea capaz de emocionar, al tiempo que deja libertad a quien lo contempla para pensar y sacar las propias conclusiones. Ser libre puede ser un deporte muy peligroso y el arte contemporáneo debería presentar obras que nos hagan pensar preguntas, no sólo respuestas a preguntas que nos han dado. Debemos buscar nuevos interrogantes.
-¿La peligrosa vuelta de tuerca reside en que se empiece a valorar, premiar o reconocer antes por ser mujer que por la aptitud y la acción de la persona?
-Cierto, pero eso no es lo que queremos quienes militamos en el feminismo desde siempre. No queremos que se nos dé nada sólo por el hecho de ser mujeres, pero estamos denunciando que se nos está quitando lo que debería ser nuestro, por ese mismo hecho. Ser mujer es un ingrediente esencial para: tener menor salario por el mismo trabajo, no ser valorada para puestos directivos, no formar parte de un jurado, etc.
«Quedarse en casa es aún más peligroso. Ahora se está demonizando a las feministas, pero ya pasó antes, cuando nos acusaban de ignorantes»
-¿Considera que las mujeres están suficientemente representadas en los puestos de decisión y poder de la cultura local?
-Bueno, no tengo suficientes datos para afirmar o negar esto. Es cierto que las dos últimas directoras generales del Gobierno de Cantabria, son mujeres, y que la concejalía de cultura del Ayuntamiento de Santander, la lleva una mujer. Pero... ¿es eso suficiente?, creo que no. Por ejemplo, en mi libro "Descubrir lo que se sabe. Estudio de género de 48 premios de poesía', en los jurados del premio Gerardo Diego del Gobierno de Cantabria, hubo 21% de mujeres y un 79% de hombres, que entregaron 2 premios a mujeres y 16 a hombres. Además, no se ha cumplido la Ley de Igualdad Efectiva.
-¿Es necesario dar más visibilidad a las profesionales de la cultura?
-Considero que sí, porque en Cantabria hay muchas y muy buenas. Ese, entre otros objetivos, es el interés de nuestro proyecto.
¿Cómo cree que debe encauzarse esta labor y la consecución de objetivos desde ese ámbito de actuación?
-Habría que realizar (si no está hecho ya) un inventario de recursos culturales (centros, personas, presupuestos, etc.) e intentar descubrir sus posibilidades, ligándolo a las personas (hombres y mujeres) que tenemos preparadas en la región. Todo ello nos podría llevar a priorizar actividades y rentabilizar recursos.
-Entre las voces reivindicativas destaca la de Leticia Dolera. Ella dice «esto no va de enfrentamiento, ni guerra de sexos. Es justicia social». ¿Está de acuerdo?
-Por supuesto. No, no va de guerra de sexos, va de poder, de poder económico que mediatiza a la sociedad e intenta que todo el mundo (hombres y mujeres) baile al son de la música que esa minoría poderosa dicta y genera. Para estos dominadores del sistema, aún no está bien visto que las mujeres queramos ser diferentes que los hombres pero tener los mismos derechos. ¡Ojo!, y obligaciones, que las personas feministas no queremos escurrir el bulto. Todo lo contrario, hasta ahora solo hemos tenido obligaciones (cuidar de la familia, de las personas dependientes, etc.), pero es necesario aprender a compartir.
-¿El activismo, en su caso, condiciona o vehicula su labor?
-Antes que nada soy persona, poeta, artista. Soy feliz y estoy enamorada, afortunadamente. Pero el activismo ha ido siempre conmigo, es una parte importante de mí misma. Soy activista porque es la mejor forma de vivir que he encontrado. Por eso amo las acciones colectivas, por eso intento comprometer a todo el mundo en mis ideas. Sin embargo, siempre, siempre, busco la belleza, la profesionalidad, el arte y la poesía en todas las actividades que desarrollo. Pero, eso sí, siempre tienen algún fondo social. No me interesa escribir por escribir, o el arte por el arte, me interesa la literatura y el arte que hace pensar, que nos interroga y nos revuelve por dentro, que nos acerca al mundo en el que vivimos para intentar cambiar lo que no nos gusta.
-Su nuevo poemario, que verá la luz en breve, aborda la violencia en el hogar. ¿Cómo concilia creatividad y mensaje comprometido sin caer en el panfleto?
-Odio los panfletos. Creo que consiguen el efecto contrario al que persiguen. En mi nuevo poemario he intentado buscar fórmulas diferentes, recursos nuevos. En este caso, el poemario transcurre como el rodaje de una película, indicando los planos, incluso algún poema está pensado como si se rodase en el formato Dogma. En el comienzo hay una cita de Dogville, de Lars von Trier.
-¿Qué opina de la polémica en torno a #Metoo?
-Todas las polémicas son positivas, lo son incluso para que nos demos cuenta de algunas imposturas, algunos planos fuera de cuadro, algunas estupideces. Pero, gracias al debate se pueden descubrir realidades que suelen estar ocultas. En España la Caja de Pandora está sacando a la luz muchas cosas a costa del sufrimiento de algunas mujeres. Personalmente no me puedo comprometer en todos los frentes, pero apoyo todos los movimientos que suponen no quedarse quietas. Ya se sabe: cuando no se avanza se retrocede.
-Hay motivos para la radicalización de los mensajes. ¿Pero determinadas imposturas y demonización son arriesgados compañeros de viaje de estos movimientos?
-Esos riesgos existen siempre. Pero quedarse en casa es aún más peligroso. A mí me parece muy bien lo radical, en su acepción de ir a la raíz, no quedarse sólo en el espectáculo. Y sí, ahora se nos está demonizando a las feministas, ya pasó antes, cuando decían que eran feas e ignorantes. Pero, la verdad, todas esas acusaciones me importan menos que nada. Lo importante es seguir formándonos (como hacemos en Genialogías), avanzando juntas y ser radicales de verdad (yendo a la raíz de las cosas, investigando, descubriendo, denunciando), no se pueden dejar pasar los abusos.
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