«La sociedad impermeable genera artistas mudos»
'Comen piedras, abraza esculturas: Oteiza tropical' es el relato expositivo que presenta en el Mupac. El escultor, docente y comisario de exposiciones, colabora con el Centro Botín y participa en numerosas citas internacionales
La vinculación entre el arte contemporáneo y las manifestaciones primigenias es la esencia de su actual creación. Bajo el título 'Oteiza tropical: Respuestas sin pregunta', ... el artista cántabro José Luis Vicario expone en el Museo de Prehistoria y Arqueología (Mupac).
Se mueve en la evocación del patrimonio arqueológico, en las múltiples preguntas y respuestas que plantea en la actualidad y en su traslación al lenguaje del arte contemporáneo. Un proyecto que surgió de la investigación sobre una estancia de Jorge Oteiza en Colombia en los años 50. Vicario, uno de los artistas españoles con mayor proyección internacional, exhibe un primer grupo de trabajos que reflexionan sobre la huella, el residuo y el recuerdo. El artista de Reinosa, que aborda su labor entre las exposiciones, la docencia y la investigación, ilustra el ADN de su proyecto: «Cuando hallamos un hueso tallado deseamos conocer todo su sentido, la razón de su existencia. Pero solo tenemos una verdad: el hueso está tallado. Es una respuesta, pero el cuestionamiento de las preguntas no aborda lo mismo que la referencia ofrece. Imagine ¿cuál sería la pregunta ante un chicle fosilizado dentro de miles de años?».
–Está lo multidisciplinar y el mestizaje. La interacción y el diálogo. ¿Pero qué implica la presencia de un artista contemporáneo en un museo de Prehistoria?
–Una cualidad de cualquier propuesta artística se encuentra en poder determinar su contexto de actuación. El proyecto que ahora me ocupa se centra en el estudio de la influencia del arte precolombino en la compleja obra de Oteiza; especialmente de los yacimientos arqueológicos colombianos de San Andrés de Pisimbalá y San Agustín. Es muy interesante repasar sus derivas estilísticas después de acudir a la relectura de unas referencias tan patentes. Una parte del imaginario de la iconografía vasca procede de los Andes. Oteiza viajó a América para conocer el origen del arte, para 'abrazar esculturas' de 'comedores de piedra'.
–Defina 'Oteiza tropical: respuestas sin preguntas'.
–Es un proyecto artístico que aborda la obra de Jorge Oteiza durante los años que vivió en Colombia; especialmente Popayán y Bogotá. Estudia la influencia precolombiana en sus soluciones plásticas. Reflexiona sobre el aprendizaje, el origen y la pulsión del tiempo. Le recuerdo que el artista vivió en distintos países americanos desde 1935 hasta 1947, fecha en que regresa a España. Durante ese periodo, además de interesarse por el origen del arte, recibe información de primera mano, y en español, de la modernidad europea. Conoce a destacados intelectuales repatriados por la segunda guerra mundial. Estos cosmopolitas inquietos le acercan a muchas de las corrientes de interés que se vivían en distintas capitales europeas. 'Respuestas sin pregunta es la primera parte de este proyecto.
–¿Hay una colisión frecuente entre lo intelectual y lo sensorial?
–No en mi caso. Soy sagitario. Una vez mi maestro Ángel Bados, a propósito de nuestro signo zodiacal común, me dijo: tendemos hacia lo absoluto. Nuestro cerebro aspira a dar en la diana mientras galopamos.
–¿Cuándo realmente el objeto intelectualizado se convierte en arte?
–Creo que cuando el objeto responde a 'la pregunta salvaje'. Piense ahora en el ejemplo del chicle de las respuestas sin pregunta. ¿Es un chicle milenario una escultura? ¿Es el resultado de un proceso simbólico, místico, sanatorio?¿En qué resulta relevante una obra de arte o un chicle?
–El espacio condiciona, ¿pero un museo puede llegar a imponer?
–El museo es solo un contexto. Y en este caso resulta el lugar más adecuado para presentar la primera reflexión plástica de Oteiza tropical. El espectador en su visita puede observar respuestas encontradas a nuestro alrededor. Residuos culturales generados por habitantes de nuestro mismo entorno. La exposición trata de las mismas preguntas que la humanidad formula hacia el futuro, pero mirando al pasado. Coincidí con el director del Mupac, Roberto Ontañón, justo unos pocos días antes de uno de mis viajes a Colombia. Cuando le conté mi proyecto me propuso que expusiese los primeros resultados en el Museo.
«Hay artistas a los que admiro, que trabajan sobre una sola idea»
–La investigación en su caso es clave. ¿A qué da más importancia en un contexto de mercado, competitividad y uniformidad?
–La investigación sólo es un método de trabajo. Me siento muy cómodo aprendiendo en ese proceso. No soy un escultor metódico que disfrute del trabajo del estudio. ¡Siempre busco resultados! Me interesa mucho la creatividad y los procesos creativos. Mi docencia en Bellas Artes se estructura en la elaboración de estos procesos personales. Hay artistas a los que admiro y trabajan sobre una sola idea, o incluso media. Para pasar su vida royéndolas. O, todo lo contrario; grandes artistas que son incapaces de alcanzar conclusiones formales, mentales o de cualquier otro tipo. La proliferación de sus ideas es tan grande que quedan desbordados.
–Exposiciones, docencia, talleres...su vínculo internacional es patente. ¿Pero realmente está vivo el arte español en el mundo?
–Las expresiones plásticas españolas más visibles en el extranjero proceden de la cocina y del flamenco. Ambos campos han sabido canalizar tradicionalmente la marca España, no hay duda. Y son específicamente demandadas por ello. Hay muchas otras actividades creativas donde no se considera relevante el origen o el área de residencia, como pueden ser entre pensadores, deportistas, astrofísicos…
–Suele decir que «el arte tiene la capacidad de expresar cosas que con la palabra resultaría imposible». ¿No le parece antipoético?
–En abril se presenta mi segundo libro de poesía. Como bien sabe, la antipoesía sólo es una clara epítome poética. Esa frase sobre la 'capacidad de expresar' remite a Nietzsche, cuando propone que primero surge la poesía y después se genera la filosofía. El arte propone y se explica en sí mismo. El texto dispone, reflexiona, analiza, incide, verifica, coordina... Los estudiantes con los que trabajo se sorprenden con las deducciones que se realizan durante el análisis de sus ejercicios en clase. El proceso plástico permite muy fácilmente acceder y desvelar partes de nosotros mismos que desconocemos, o que no queremos ver.
–¿Qué permanece y qué ha cambiado del Vicario que dio sus primeros pasos en Reinosa?
–Soy un escultor de pueblo. Aunque nací en Torrelavega crecí en Somahoz, y todos los fines de semana los pasábamos en Reinosa. Cuando nos mudamos definitivamente yo tenía 10 años. Recuerdo los nombres de mis amigos y amigas de Somahoz, y del colegio de la Salle de Los Corrales, pero no podría reconocerles. Santander es la única ciudad del mundo que al llegar me convierte en un niño de pueblo ante la gran ciudad. Aún hoy, es un viaje iniciático tomar el tren en Reinosa y llegar a la estación de Santander. Disfrutar del proceso en la evolución del paisaje hasta el mar: el grado de humedad y la temperatura, el olor y los distintos acentos con que se habla en cada valle hasta la capital.
–Por cierto forma parte de una generación explosiva que surgió de su localidad natal. ¿A qué atribuye esa vitalidad?
–¡Al frío! Es cierto que en Reinosa hay una actividad artística muy arraigada. Cada vez que llego, el frío aún me sorprende. El tiempo que se pasa en casa puede ser propicio para desarrollar aspectos introspectivos que pueden llegar revertir en procesos creativos. Además, todos llegamos a Bellas Artes en los ochenta. Pero el referente fundamental y catalizador de muchas cosas ha sido el talento mercurial de Celestino Cuevas.
–¿El museo del futuro será el no museo?
–Confío en que no. Me encanta la capacidad evocadora de las colecciones y su enorme valor de registro y conservación para el futuro. He trabajado en varios museos del mundo y he podido acceder a su rebotica. En todos ellos he encontrado gente vocacional a quien encanta su labor. Y aunque sus condiciones materiales no sean las más adecuadas, entregan su talento a las piezas que custodian. Como espectadores siempre vemos la mejor parte. Un museo siempre es algo vivo. En Cantabria espero ver muy pronto una colección tan especial como la de José María Lafuente. Pero también me pregunto por lo flagrante que resulta el limbo donde se presenta el Mupac, o la causa de que al MAS no se le eche más en falta. La Colección Norte es tan anómala. No un hay un seguimiento del proceso de los artistas.
–Usted es de los pocos artistas que muestra una actividad y una inquietud especial por comunicar. ¿A qué se debe esta labor?
–No creo que los artistas seamos poco comunicativos. Posiblemente se les escuche poco. La creación artística en esencia, y por su propia propuesta, ¡es un acto generoso! Plantea proyectos personales que se comparten. No creo que haya muchos artistas que en la actualidad no dispongan de un discurso articulado de su proyecto plástico. Otro asunto es la capacidad de argumentación. En este caso, posiblemente, tenga más que ver con la capacidad de tener algo que decir. Mi trabajo docente e investigador me ayuda a formular cuestiones que reflexionan sobre aspectos creativos, y me obliga a ser inteligible para los estudiantes. La Universidad es un ámbito de transmisión de las ideas y de conocimiento. Citamos autores y referencias para que estas fuentes puedan ser visitadas por otros, y ofrezcan un recurso de aprendizaje personal.
–La presencia de la ultraderecha y los movimientos xenófobos no piden a gritos una respuesta comprometida del arte?
–El arte sirve para reflexionar y tomar partido sobre nosotros mismos. Como espectadores nos ayuda a escucharnos y ampliarnos desde los estímulos de la perspectiva de la mirada del artista. El arte es emoción mental o mente emocionada. La ultraderecha y los xenófobos, siempre han estado presentes y han crecido y se han reproducido a nuestro lado. Tengo la sensación de que el arte lleva luchando en el sentido de la pregunta desde hace siglos. Los artistas han denunciando, en cada caso, aspectos de la sociedad en la que se generan. Una sociedad impermeable genera artista mudos. Hay muchos artistas que instrumentalizan su producción para denunciar puntualmente aspectos determinados. Y les va muy bien. No sabría resolver la cuestión para poder definirles como : «Artista plenamente identificado con nuestro tiempo». Pero seguro que disponen de una argumentación sólida y actual para su trabajo.
De Madrid a Bilbao y Granada, entre muestras y ediciones
Vicario ha inaugurado en la galería Marta Moriarty de Madrid. El próximo 8 de marzo presentará una exposición en el Espacio Marzana de Bilbao. Y ese mes coordina en el Centro 'José Guerrero' de Granada una exposición con un proyecto editorial bajo su dirección. Es una colección de libros de artista llamada Libar, donde cada creador para su libro toma como referencia el Fondo Antigüo del Archivo Histórico de la Universidad de Granada. Y, por supuesto, sigue trabajando en las próximas fases del proyecto 'Oteiza Tropical'.
–Desde la puesta en marcha del Centro Botín ha mantenido una estrecha colaboración con la institución. ¿Qué opina de su proyecto educativo a través de las artes?
–Realmente el vínculo comienza mucho antes. Con una exposición conjunta con Arancha Goyeneche y Blanca Esther Palacios. Después obtuve la beca de la Fundación que me permitió ampliar mis estudios en Nueva York. Fueron años más tarde, y a través de mi interés por los trabajos de inteligencia emocional de la Universidad de Yale en Santander, cuando comienza la colaboración. Verdaderamente el intercambio es muy productivo. Yo soy feliz de desarrollar nuevos proyectos . El equipo del Centro Botín es élite y están trabajando muy duro, con actitudes muy abiertas a nuevas propuestas y muy motivados. Siempre muy atentos a los mejores referentes. Su sobresaliente programación en torno a las exposiciones es un regalo para Cantabria. El público puede exprimir cada actividad que plantean. ¡Y lo hacen! Creo que casi todas mis colaboraciones han estado completas. En la actividad 'El Gusto', colaboro con el cocinero Jesús Sánchez. Me cautiva observar la atención del público que acude a las actividades. A través de la experiencia de probar cuatro platos llegamos a reflexiones personales sobre el arte contemporáneo, el gusto y la percepción personal.
–¿Qué concepto, fundamento y esencia debe tener un un artista plenamente identificado con nuestro tiempo?
–No tengo una respuesta absoluta a una pregunta tan genérica. Siempre me ha interesado el arte complejo y los artistas que trabajan con inteligencia, sensibilidad y sentido del humor. Pero se me ocurre que la atención, la incertidumbre y las expectativas elaboradas pueden ser buenos compañeros del presente. Me temo que nunca hago trabajos para el 'momento', por eso soportan tan bien el paso del tiempo.
–Su obra es reflejo de versatilidad e imaginación. ¿Su relación con los materiales es su hecho diferencial?
–¿De verdad lo cree imaginativo? La imaginación es un componente específico del desarrollo humano que atiende a la capacidad que ejercemos para evadirnos de la realidad en que vivimos. No hay nadie más imaginativo que esa mujer, con dos hijos egoístas, casada con un tío torpe, que vive una vida miserable, en un piso triste y con familia perversa. Pero, a la vez, intenta educar a sus hijos… Por otra parte, los materiales para un escultor son el vehículo. Mis reflexiones necesitan del soporte adecuado. Escojo en cada serie la herramienta que mejor se ajuste a la intención y a la idea del trabajo. Cuando un desconocido, para poder identificarme como escultor, pregunta por los materiales que empleo y escucha el listado de materiales dispares, asiente, y entonces cambiamos de tema.
–¿Lo escenográfico puede llevar a un arte espectáculo con demasiada facilidad?
–No lo sé. Pienso que 'Las Meninas' de Velázquez emplea una escenografía muy elaborada y no dejan de ser un espectáculo maravilloso. El fútbol o el rock son espectáculos con normas muy claras y resultados previsibles e interesan a mucha gente…
–¿Sobra concepto y revestimiento y falta lo sensorial en el arte dominante?
–Hay tanta distribución de información en la actualidad, y tanta imagen creativa y personas satisfechas en ellas mismas, solo por gustar, que hace que podamos encontrar de todo. Por otro lado, vivimos en la abundancia, pero siempre detrás del cristal. Los escaparates han dado paso a las pantallas. Creo que la diferencia se encuentra en la visión del espectador. Es el participante quien debe encontrar el método de activar lo que ve.
–¿Se está cayendo con frecuencia en el arte sanador?
–¿Nos damos cuenta de la enfermedad? ¿Es una enfermedad? ¿Hay cura? ¿Debemos curarnos? ¿Podremos hacerlo?¿ Solos? Normalmente el arte parece un pasatiempo. Una actividad adjunta que forma parte del ocio. El poder del arte es palpable y está entre nosotros, pero muy pocos lo deciden emplear. Me refiero al pensamiento creativo y a la reflexión personal.
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