Truco o trato

A la boda acudirá también Liz, la hermana de Alison, una brillante antropóloga que visita su tierra tras muchos años en Nueva York, y está obsesionada con el estudio que ha emprendido de un culto al otro lado del mundo, en el Nuevo Úlster. Juntas comprobarán que ese cóctel de violencia, religión y fanatismo que sacudió a su país ha dejado huellas profundas en quienes lo sufrieron.

Con lo que el NY Times definió como «prosa cinética», Laird construye una novela intensa e impactante, que avanza a un ritmo endiablado no sólo por sus diálogos vivaces, sino por su particular estilo, donde el gusto desaforado por las onomatopeyas cohabita –bastante pacíficamente, eso sí– con referencias a Margaret Mead, a las lenguas pidgin o a las teorías de un Jesús de Nazaret guerrillero que harán las delicias de todo apasionado de la antropología que se precie.

Resulta de agradecer, además, la pequeña guía práctica que esconden estas páginas para orientarse entre un laberinto de siglas y organizaciones que a los profanos nos resultan un misterio insondable, a la altura del Frente Popular de Judea: el IRA, el OIRA, el PIRA, los Real UFF o la UDA pasan de ser conceptos difusos, repetidos durante años en los telediarios de la infancia, a tomar cuerpo y cobrar sentido en la novela.

Como curiosidad, señalar que este libro lucía la faja más extraña que este crítico haya visto jamás, al menos en la contracubierta: con el texto impreso en espejo.