María Isabel Díaz: «El teatro tiene obras magníficas con grandes personajes femeninos»

-La actualidad que tiene esta obra, su dimensión social y un texto maravillosamente escrito. Cada personaje está muy bien tejido, no es una obra maniquea, no culpa ni juzga a nadie y realmente es deliciosa.

-Anna Marie es quien se quedó a cargo de la casa y los niños cuando Nora se va de casa 15 años antes. Tiene esos contrastes que tienen los buenos personajes. Ama a Nora y a los niños y aunque sería capaz de entender a Nora, no está de acuerdo con ella porque su punto de vista sobre la mujer en el matrimonio está muy alejado de los planteamientos de Nora. Hay muchas heridas, por el abandono y el silencio de tantos años, que no ha cerrado. Para mí fue complicado que mi personaje recrimine a Nora su actividad, pese a que entiendo cien por cien lo que pasa con Anna Marie. Entiendo su dolor, pero también entiendo a Nora, que ha hecho algo muy valiente.

-Esta obra es una secuela de la original de H. Ibsen, considerada la primera obra feminista. Acaba cuando Nora se va de casa y da un portazo. El nuevo texto es de Lucas Hnath, un dramaturgo joven. Lo increíble del texto es que pese a que la mujer ha logrado dar pasos importantes, sigue teniendo vigencia y actualidad. En realidad, las mujeres estamos todavía luchando. Y por eso esta obra es tan importante.

-Como María Isabel pienso en la gran fortaleza de esta mujer que ha sido capaz de irse y dejar a sus hijos. Uno tiene que estar realizado para poder ayudar a realizarse a los demás, pero también es muy doloroso y compadezco a esa mujer que ha sufrido por dejarlo todo, su familia, sus hijos... porque las mujeres estamos acostumbradas a este papel de madres. Mi personaje, Anna Marie, también abandonó a su hija para trabajar. Hay un paralelismo muy fuerte con dos situaciones diferentes. Nora se fue para luchar por su libertad y Anna Marie para trabajar casi como una esclava para mantener a su familia.

-Hace mucho tiempo, fue en Cuba. Tenía claro que esto es lo que quería hacer en mi vida, y entré en el Instituto de Artes de Cuba. Estudié artes escénicas y mi primer trabajo profesional llegó muy pronto. Fue un musical y luego llegó una película emblemática de la cinematografía cubana. Interpretaba a una chica gordita a la que hacían bullying en el colegio para que el chico guapo de la clase no se enamorara de ella.

-El teatro es la madre de las artes escénicas. Es donde aprendes el camino de la verdad. El teatro es efímero porque la siguiente función nunca es igual a la anterior y vas probando cada día el sentido de tu personaje, aprendiendo de él y enriqueciéndolo. Tienes que tirarte de cabeza a la piscina porque no hay un cortamos y hacemos otra toma. Es magistral. El teatro es el encuentro con la verdad, la esencia y el juego más primigenio, el que te lleva hacia todo lo demás. Es como volver al útero de esta profesión.

-Es una profesión complicada, sobre todo en el sentido práctico. Tener trabajo como actriz no siempre es posible y hay que tener mucho tesón y no dejar de soñar, ser valiente y estar preparado para épocas terribles. Tienes que saber que la vida es complicada y estás expuesto a quedarte temporalmente sin trabajo... Es difícil, porque es inestable. Y otra dificultad es que juegas con tus emociones. Sin todo esto no tendría sentido ser actriz. Es un carrusel maravilloso en el que subirse y dar vueltas y vueltas.

-El teatro tiene obras magníficas con grandes personajes femeninos. No podría existir el teatro sin las mujeres. Igual pagan mejor a un hombre, que no lo sé, y hay más dificultades para trabajar, pero yo puedo decir que vivo un momento de plenitud profesional. Me gustaría no parar de trabajar en la vida.

-Todo. Fue un personaje que empezó siendo simpática, que venía a relajar la trama y poco a poco adquirió una profundidad que ha sido muy grande. Tuvo su infarto, un corazón nuevo... y derivó en varias tramas muy bonitas. Ahora vive una enfermedad de la que apenas se habla, el alzheimer, y genera una gran solidaridad entre sus compañeras. Es un personaje conmovedor.

-Tengo algunos proyectos pero no puedo decir nada todavía. Me han llegado proyectos muy interesantes que no he podido hacer porque estaba con esta obra, uno de los montajes más potentes en los que he trabajado. Comparto trabajo con un elenco maravilloso y bajo la dirección de un grande de la escena como es Andrés Lima. Soy una suertuda y lo estoy disfrutando a tope. Es una función muy intensa y de un disfrute absoluto. Espero que el público de Torrelavega vaya a ver esta obra porque es imprescindible.

-Sí, aunque voy todos los años. También estoy muy contenta en España donde llevó ya casi 23 años y lo siento como mi casa.