La 'Tinta salvaje' de un cuaderno de campo

Gallego lo expresa con contundencia: «Tinta Salvaje es, antes que el resultado del talento de uno los grandes maestros de la ilustración de la naturaleza, el medio de expresión que ha elegido la naturaleza de la Cordillera Cantábrica para conmovernos a través del artista. Estas páginas empapan, pellizcan, huelen... Son un viaje más que una lectura. Una expedición visual que nos debe llevar del descubrimiento al compromiso para proteger y conservar uno de los mayores paraísos naturales de toda Europa». La editorial Contenidos define su publicación como «el descubrimiento del método de trabajo de este artista y naturalista campurriano». Más de 250 obras, tanto bocetos iniciales, resultado de la observación directa en pleno medio natural, como una galería de dibujos más acabados en la intimidad de su estudio, integran la publicación.

La esencia de uno de los artistas más viajeros de Cantabria y con la cual, la editorial inicia además la colección 'cuadernos nómadas', una serie de publicaciones que descubrirán la obra de «viajeros, artistas, creadores y exploradores de universos insólitos y cotidianos». Los apartados que estructura Tinta salvaje son: «La alta montaña. los bosques. los valles. la costa», más una relación de especies ilustradas. Cada uno de ellos se complementan con textos de Beltrán de Ceballos Vázquez, naturalista y consultor especializado en la conservación de las aves, y director de la Fundación Doñana. A juicio de Sol de la Quadra-Salcedo, 'Tinta Salvaje' es una «apasionante expedición científica ilustrada. Un diario de viaje, un cuaderno de aventuras, apuntamientos y emociones».

El editor Esteban Ruiz destaca que «en un tiempo de banalidad tecnológica, exhibicionismo y vacío emocional, ruido ambiental y reiteración consumista», las series de apuntes y dibujos de Zubelzu suponen «una llamada a la responsabilidad ambiental y al disfrute lúdico de nuestro entorno inmediato». 'Tinta salvaje', confiesa Zubelzu, es una selección personal de sus cuadernos de viaje por la naturaleza cantábrica en la que reúne dos líneas de su proceso creativo que se interrelacionan sutilmente: Por un lado, «los bocetos y apuntes realizados sobre el terreno, producto de infinitas esperas en el campo o en medio del bosque»; por otro, «los resultados del trabajo en el estudio, basados en las observaciones previas, así como en la documentación fotográfica y científica de cada especie». En la naturaleza cantábrica, las condiciones ambientales cambiantes, o la súbita aparición de los ejemplares, «me obligan a improvisar y a utilizar todo tipo de recursos plásticos para captar los resultados que busco. Intento siempre resaltar el movimiento espontáneo del animal y su comportamiento expresivo en el medio».

Para ello, «suelo 'enriquecer' los materiales tradicionales de dibujo, mezclando la tinta con aglutinantes naturales como el barro y el agua encharcada, o empleando otros menos habituales que tengo a mano en ese momento, como el café, el té o la cerveza. Una vez en el taller, mis dibujos adquieren un aspecto más detallista y meticuloso». Zubelzu alterna en su creación los soportes, lenguajes, expresiones, técnicas y materiales más variados por lo que pasa del dibujo a la pintura, la fotografía, la escultura, más instalaciones de gran formato, performances y estos cuadernos de campo. En los últimos años, su trabajo está muy influido por sus viajes a países africanos (Kenia, Gambia y Marruecos) y asiáticos (China, Nepal, Mongolia o Vietnam). Otra fuente importante de su inspiración es la trashumancia, que ha practicado en numerosas ocasiones. En sus últimas performances, Nacho se ha «sembrado» como una semilla en espacios urbanos y áreas naturales y ha mostrado su trabajo en galerías y ferias de arte contemporáneo de Bologna y Roma (Italia), Tangsham y Beijing (China), Alemania, Portugal, Luxemburgo, Madrid, Santiago o Santander.