El vínculo de Guelbenzu con Cantabria
Una de sus últimas comparecencias en público tuvo lugar a finales del pasado verano en la tribuna de los Martes Literarios de la Universidad internacional Menéndez Pelayo y El Diario Montañés.
De la escritura a la crítica, de la ficción a la edición. Es difícil que se conjuguen en torno a las palabras tan diversas facetas ... y todas abordadas con rigor y pasión. José María Guelbenzu, fallecido este viernes, lo logró sin pausa, con coherencia, siempre con una capacidad su querencia y amor por la literatura y los libros. Una de sus últimas comparecencias en público tuvo lugar a finales del pasado verano en la tribuna de los Martes Literarios de la Universidad internacional Menéndez Pelayo y El Diario Montañés. Pocas horas antes de la participación en el ciclo confesaba a este periódico que ya no tenía más que contar y anunciaba veladamente una despedida. Entre esa fecha y este mes de julio, Guelbenzu publicó la que sería, tal como anticipó, su última novela, 'Una gota de afecto', un homenaje a los clásicos del siglo XIX, ambientada en Cantabria. A pesar de considerar que a escribir no se puede enseñar, una de las lecciones que Guelbenzu siempre explicaba a sus alumnos de escritura creativa era que «si hay dos cosas que no se confunden nunca son la vida y la literatura», pero la segunda necesita siempre de la primera. «Un lenguaje lo constituyen las palabras y otro, las experiencias, común a todos nosotros. Ese doble lenguaje nos permite contar historias».
Como cada año pasaba sus veranos en Cantabria, en una casa junto a San Vicente de la Barquera. Allí leía, lo que él considera gran literatura, «la que entronca con la tradición hasta nuestros días» y sobre todo releía algunos de sus autores favoritos «porque me he dado cuenta de que los libros no cambian, los que cambiamos somos los lectores». Escritor, crítico literario y profesor, el autor de 'El mercurio', creó la saga policiaca de Mariana de Marco. Una serie muy vinculada al Cantábrico que en sus primeros títulos ligó muchos de sus pasajes y acciones en Cantabria.
'Una gota de afecto' fue su última novela, publicada el pasado mes de abril, narraba la historia de una saga familiar situada en Cantabria. Un hombre herido desde su expulsión del paraíso de la infancia, un funcionario internacional dedicado a proyectos de ayuda en países subdesarrollados que eligió ejercer una ciega soberanía sobre la realidad, en una obra elogiada sobre el miedo a la entrega amorosa y sobre la influencia de las vivencias pasadas en la construcción de la identidad presente. Todo con el fondo de una vieja casona con escudo de familia en un pueblo de Cantabria.
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