Mohamed Attaoui logra la mínima olímpica en los 800 metros
El torrelaveguense es tercero en el mítin internacional de Barcelona con 1.44.67, tres centésimas menos que el 1.44.70 que se pide para ir a París 2024
Hace poco más de un mes, el 2 de junio, Mohamed Attaoui (Beni Mellal, Marruecos, 26 de septiembre de 2001), señalaba en El Diario que « ... mi sueño es estar en unos Juegos Olímpicos». El torrelaveguense decía eso tras hacer en un mítin en Jaén 3.37.76 en los 1.500. El nuevo récord regional sub-23. Pero Attaoui combina el 'milqui' con los 800 metros, y en las dos vueltas al estadio su progresión está siendo sideral este verano. Pocos días después, en Pamplona paraba el crono en 1.45.17, un tiempo que -además de ser récord regional absoluto- le lanzaba a las puertas del Mundial de Budapest del mes de agosto. Pero lo que hizo en la tarde noche del miércoles en estadio Joan Serrahima de Barcelona, en el mítin internacional de la Ciudad Condal, fue aún mejor. Attaoui entraba tercero, pero con un tiempo de 1.44.67. Mínima olímpica, que está establecida por World Athletics, la federación internacional, en 1.44.70.
«Al acabar, miraba la pantalla con los tiempos. Y cuando lo vi...», señala Attaoui con una gran sonrisa. «A pesar de ese esfuerzo, sí te da tiempo en pensar que es la mínima olímpica». Al paso por los 500 metros, la liebre de la carrera se retiró y el keniata Kelvin Kimutai, a la postre ganador de la carrera (1.44.07) «no reaccionó. Y no lo dudé ni medio segundo. Ataqué por la calle 3 y luego di más ritmo. Si no llego a hacer eso...». Porque apenas tres centésimas valieron esa mínima olímpica.
Ese 'marcón' -que supone rebajar su propio récord de Cantabria- también casi garantiza una plaza para el Mundial de Budapest en los 800 metros el próximo mes de agosto. «Falta ganar la plaza en el Campeonato de España, quedando entre los tres primeros». El próximo año, también ocupando esas primeras plazas en el Nacional y demostrando un estado de forma parecido al actual, Attaoui pondrá rumbo a los Juegos de París. «Da un poco de vértigo», reconoce el torrelaveguense. «Pero la cosa va bien». Y por el momento, sigue con el empeño de algo poco usual en el atletismo, como es el de doblar distancias. «Me gusta alternar el 800 y el 1.500».
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