Luces y sombras en el inicio de la temporada en la Reserva

Las causas de esta cifra tan baja hay que buscarlas, como en cada inicio de campaña, en la maleza que todavía cubre los montes en estas fechas, que hace casi imposible ver a un jabalí cuando sale a los puestos, y en el calor, que dificulta mucho el trabajo de los perros, parte esencial en cualquier batida.

En la parte positiva, cabe destacar que en la mayor parte de las cacerías, aunque no se llegara a 'tocar pelo' sí se pudo constatar la presencia de jabalíes, en algunos casos muy abundantes, lo que hace presagiar una buena temporada cinegética en la Reserva.

En Liébana se abatió una docena de cerdos salvajes, aunque abundaron los ceros. La mejor cacería fue la de la cuadrilla de Agustín García, que se bajó de Cotera Oria con cuatro ejemplares. Tres se cazaron en Calejo Linares (Aníbal Pérez) y Fonfría (Óscar González) y dos más en Robla Subiedes (Isidoro López).

En Cabuérniga se consiguieron tres tripletes -en Mozagruco, los de José Luis Gutiérrez; Vados Sur, los de Marcelo Gutiérrez; y Vados Norte, los de José M. Gutiérrez)- y se mató otro más en Peña Fresneda (Joaquín de la Fuente). En total, diez ejemplares. Campoo dio cinco cerdos salvajes. Dos en Soto (Adolfo del Pozo), otros dos en La Grajera (Víctor M. Álvarez) y uno más en Tornero (Daniel Terán). En la cuenca del Nansa se dio muerte a tres suidos. Dos abatieron Sergio Balbontín y los suyos en Frente y Navas y uno los de Ángel Pablo Alonso en Canaluco. La lista la cierra Iguña, con los dos jabalíes abatidos por la cuadrilla de Sergio Revuelta en El Tornillo.