El cántabro Jesús Ezquerra pide matrimonio a su novia en mitad de la última etapa
Su prometida le dio el «sí quiero» mientras sacaba medio cuerpo por la ventanilla
Faltaban poco más de 70 kilómetros para meta cuando se empezó a ver que pasaba algo raro.Los Burgos BH rodaban juntos al lado del coche de su director e incluso las cámaras y un motoenlace de TVE rondaban la zona al acecho.Algo se pergeñaba. De pronto Jesús Ezquerra (Treto, 1990) se fue hacia el coche, pero no hacia la ventanilla del piloto para hablar con su director, sino al otro asiento de la izquierda, el trasero, donde seguía la etapa su novia, Soraya. Y así, arropado por sus compañeros, escudriñó el bolsillo trasero de su maillot, se sacó un anillo y le pidió matrimonio.La respuesta debía ser un sí –luego los dos lo confirmaron–, a juzgar por su reacción, con medio cuerpo fuera para besarle, aún a riesgo de que Pere Navarro inicie el procedimiento para enviarle una receta. No le debió importar mucho, porque a los pocos segundos repitió la jugada. Le costará bastante olvidar ese trayecto entre Fuenlabrada y Madrid.
Petición de matrimonio en @lavuelta de @Jesusezquerra a su novia 💍
Alberto Cosín (@albertocosin) September 15, 2019
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Efectivamente la respuesta fue sí, como confirmaba el cántabro a su llegada a meta rodeado de periodistas, compitiendo en atención nada menos que con Primoz Roglic ¿Para esto he ganado una Vuelta?, bien podría pensar el esloveno si no fuera por su desbordada y merecida dosis de protagonismo que le esperaba. Mientras unos iban a por el maillot rojo, otros se peleaban –casi literalmente– por un canutazo con el humilde corredor del jersey morado.Sin ganar la etapa era el hombre del día. Porque las cámaras siguieron su maniobra de principio a fin. Como sus compañeros.Como otros coches de equipo.Como toda la audiencia de TVE y Eurosport.
«Yo ya me llevo una gran victoria de la Vuelta», comentaba tras cruzar la línea de meta en Madrid, antes incluso de reencontrarse con su «emocionada» pareja, a la que también convirtió en protagonista por un día.Tanto como para entrar en directo en la transmisión de la carrera en la radio.«Pues me alegro de que se emocionara y espero que la sorpresa le haya gustado», explicaba Ezquerra, que confesó haberse visto obligado a cambiar el plan sobre la marcha. «Estaba previsto hacerlo aquí, en la llegada –explicaba–, con todos los compañeros de equipo, pero ha surgido así porque estaba en la salida de etapa, me ha dicho el director que la iba a llevar en el coche y me he animado». Ella no sabía nada, pero sí el resto del equipo, cómplice de la estratagema:«Ellos sí que me han ayudado en esta sorpresa».
Complicidad
De ahí que las risas y la complicidad fueran mayores en la hora H. «¡Que le ponga el anillo!», gritaba uno. «¡Dile que no!», bromeaba –tal vez– otro. Y así, mientras recibía la enhorabuena de otro compañero y saludaba a su director, Jesús Ezquerra emprendía el regreso al pelotón mientras otro BH le confirmaba: «¡Cómo se ha quedado!». Y sí. Así era.Ella y toda la afición de la Vuelta. Entre sonrisas, el cántabro hacía un gesto con la mano indicando a los suyos que ya podían volver a la carrera.O a la fiesta que es la última etapa, ayer más aún para los morados.
Lo de apostar por cántabros para la ronda les ha salido muy bien a los burgaleses.Porque si ÁngelMadrazo ha portado el maillot de la Montaña durante dos semanas y ganado además una etapa –solo con eso ya se justifica toda la temporada–, el de Treto se buscó otro tipo de protagonismo. Mucho más afectivo y sin puntos UCI, pero que le llevó a compartir titulares con Roglic, conValverde, conPogacar.Y la etapa... La etapa la ganó Jakobsen.