Un entrenador en el lejano oriente
Fue seleccionado por la Liga de Fútbol Profesional para formar parte de un convenio de colaboración con el gobierno del país asiático que busca «promocionar este deporte» | El cántabro Ricardo Alonso enseña a jugar al fútbol en colegios e insititutos de China
En una pizarra aparece dibujado el mapa de España; silueteada se intuye la región de Cantabria y en su interior un punto: «De aquí ... vengo yo. De esta ciudad es el Racing». Ricardo Alonso Manterola 'Richard' (Santander, 1976) se dirige cada día a sus alumnos en los numerosos «megainstitutos de Taiyuan (Shanxi)». Se dedica a la formación y a la enseñanza del fútbol «porque en China es una asignatura obligatoria como la Educación Física». El que fuera técnico en todas las categorías inferiores del Racing -logrando incluso el ascenso con el Racing B a la categoría que hoy ocupa el primer equipo- forma parte de un proyecto guiado por la Liga de Fútbol Profesional y auspiciado por el Gobierno chino encaminado a «potenciar el fútbol en el país y lograr algún día organizar un Mundial y ganarlo».
«El presidente del país se ha propuesto organizar algún día un Mundial y si es posible, ganarlo»
En un principio puede resultar algo onírico, pero para Xi Jinping, presidente del gigante asiático, «es un deseo por el que ha apostado firmemente», resalta el santanderino, mientras hace la maleta para emprender lo que será su segundo año en el gigante asiático.
Todo empezó en el verano de 2016. De repente sonó su teléfono: «Eres uno de los seleccionados». Después de pasar varias entrevistas su perfil fue el elegido para echar a andar un proyecto ambicioso: «Se trata de desarrollar y promocionar la práctica del fútbol. La Liga está dando pasos muy certeros y ganándole terreno a la Premier y a la Bundesliga, que fueron pioneras en esta iniciativa». El anuncio era explícito: 'Se busca un entrenador con nivel 2-3, título universitario y conocimiento de inglés'. La Liga buscaba candidatos en quien depositar tan interesante proyecto y a Richard le encajó la apuesta: «Desde el primer momento sabía que era para trabajar en China. Me pareció la mejor manera de reengancharme al mundo del fútbol». No se hable más. El cántabro se plantó con su maleta en una ciudad de 4,5 millones de habitantes, la capital de una provincia con una población muy cercana a la de España, y su cabeza llena de sueños; aquellos que se vieron interrumpidos por una salida «muy triste del club de mi vida. Se rompieron trece años en los que viví algo que para mí fue un lujo». En 2013, después de haber disfrutado «de la época más gloriosa del Racing padecí como tantos la etapa oscura. La irrupción de Iñaki Urquijo como responsable de La Albericia propició mi salida», recuerda con lástima. En su hoja de servicios figuran nombres como Sergio Canales, Álvaro González, Mario Ortiz, Quique Rivero o los actuales Juanjo y Antonio Tomás. Todos ellos crecieron mientras Richard ascendía escalones; cadete, juvenil de Liga Nacional, División de Honor, Racing B...
«El fútbol en China es una asignatura obligatoria en los colegios, como la Educación Física»
Dos años apartados del fútbol alimentaron su espíritu y su valentía. El pasado mes de febrero aterrizó en Taiyuan y su ritmo de vida aceleró a fondo. «Al principio reuniones con las distintas administraciones locales, mucho frío y mucha cautela. Sabíamos qué nos íbamos a encontrar, la Liga nos aleccionó, pero aún así todo era nuevo», explica. «Allí está todo por descubrir. Lo que nosotros tenemos asimilado como normal, para ellos es totalmente desconocido. La gran mayoría conoce a Messi y a Cristiano como mucho... Hay mucho por hacer». Richard se adaptó pronto a su nuevo cometido; buscó un gimnasio cerca, un supermercado, transporte público y... Una academía para estudiar chino. «De primeras el modo de comunicarse es en inglés, pero es más fácil que yo aprenda chino para llegar mejor a la gente». Otro reto más. Sin miedo. Entre semana, forma a los alumnos en las aulas y entrena al equipo local; los sábados organiza campus y clinics en 18 colegios de la zona y así desde febrero hasta diciembre. «Acabó de firmar la renovación por otro año más. Continuaremos comprometidos con el binómio educación y fútbol», resalta.
Rodearse de los mejores
La visión del ejecutivo dirigido por Jinping es la de rodearse de los mejores para potenciar muchas de las disciplinas en las que el país asiático está a años luz de occidente. Por esa razón firmó convenios de colaboración con la Premier League, la Bundesliga y ahora con la LFP española. La misma estrategia siguió con Croacia y Rusia «para mejorar su nivel en el baloncesto. En la actualidad junto al tenis de mesa y el bádminton, la canasta es uno de los deportes nacionales».
Para la gran mayoría de ciudadanos el fútbol es un gran desconocido, «el Barça y el Real Madrid, poco más», pero para las nuevas generaciones se ha convertido en una prioridad. Está en marcha un proceso de cambio de mentalidad. «Los chinos son tremendamente disciplinados y constantes y son una potencia mundial en deportes individuales, pero aún tienen que explotar en los colectivos», admite el santanderino. En particular, el país ha dado «pasos gigantes» en torno al fútbol. «Su nivel debe mejorar mucho; su preparación física, táctica... Son autómatas y cumplen perfectamente lo que se les dicta, pero les falta capacidad de iniciativa».
«Mi labor es enseñar y promocionar el fútbol en los colegios y en los institutos»
Richard apura su maleta y prepara sus billetes para Taiyuan. «Toda una experiencia vital». No le mueve su deseo de ser entrenador, al cántabro lo que realmente le motiva es formar; fue educador social durante catorce años. «Me satisface contribuir, aportar, formar... Mi deseo es el de estar siempre relacionado con el deporte, eso es algo vocacional; lo del fútbol es algo particular». Al cántabro le llegan ofertas «algunas descabelladas, otras no salen adelante... China ahora mismo está en ebullición alrededor del fútbol». No piensa más allá del próximo mes de diciembre. Hasta entonces, madrugará para enseñar cómo y hacia dónde se golpea el balón en una provincia del lejano oriente y seguirá trasnochando «para saber cómo ha quedado el Racing». El tren del fútbol no tiene fronteras.
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