Manual para jugar finales... Y ganarlas
El gran momento. Siete deportistas cántabros del máximo nivel señalan el camino a seguir para ser campeón. Concentración, ilusión máxima y seguir las rutinas de siempre son algunas de las claves del éxito
Leila Bensghaiyar | Marco G. Vidart
Santander
Domingo, 20 de agosto 2023, 02:00
En su palmarés hay medallas de todos los metales y en las más variadas competiciones. Siete grandes referencias del deporte cántabro relatan cómo se llega ... a ganar, el objetivo de hoy de la selección femenina de fútbol.
Jan Abascal Vela
«Motivación y concentración son lo más importante»
Alejandro 'Jan' Abascal (Santander, 1952) tuvo una pequeña ventaja en los Juegos de Moscú de 1980 respecto al encuentro que tendrá hoy la selección femenina. Junto a Miguel Noguer, llegaron al último día de competición en Tallin (Estonia) con el oro olímpico ganado en la clase Flying Dutchman. Pero recuerda muy bien todos esos días en Estonia. «En un campeonato así, hay que mantener la concentración. Es lo más importante. No despistarte del objetivo que te has marcado». Aunque igual de malo es el exceso, una presión que supere al deportista. «Cada persona reacciona de una manera distinta». Para llegar a ese equilibrio, lo más importante es «haber hecho el trabajo antes».
Abascal llegó a Tallin «con unas ganas enormes». En los anteriores Juegos, los de Montreal en 1976, «pudimos ganar. Pero por falta de experiencia...». Así que en Moscú recuerda «que me iba a la cama a ver si llegaba rápido el día siguiente. Tenía muchas ganas. Habíamos trabajado mucho».
Además de su faceta como deportista, Abascal ha sido muchos años entrenador. Y sabe lo que es gestionar momentos así en muchos deportistas. «Debes motivar y hacerles ver que lo pueden conseguir. Para un deportista, la motivación y la concentración son lo más importante». Para cuando llega el día señalado, «no hay que inventar nada nuevo. No es momento de cambiar, sino de ser conservador y de ir a lo que se sabe». De cara a ese momento crucial, «lo fundamental es creer que puedes ganar. Y como entrenador, hay que convencer al equipo de que es capaz de ello. Por difícil que suene». Ya en el transcurso de esa final de lo que sea, «si te van saliendo las cosas, es cuando vas disfrutando».
Salvador Gómez Waterpolo
«Las finales no se disfrutan. Se ganan»
En su palmarés hay cuatro títulos de campeón del mundo de waterpolo, una plata –Barcelona'92– y un oro olímpico, en Atlanta'96. Salvador Gómez (Santander, 1968) está entre las voces más autorizadas del deporte cántabro para hablar de finales al máximo nivel. El boya de aquella selección irrepetible del waterpolo español es contundente en su análisis. «Las finales no se disfrutan. Cuando vas a una final, hay que ganarla. Ya disfrutarás cuando acabe». Señala como un posible error el considerar como el punto más alto «el llegar a la final. Y hay mucha diferencia entre el primero y el segundo».
Ese equilibrio entre la tensión competitiva, pero que a la vez no atenace al deportista, vuelve a ser «clave». «Pero es algo que parte de cada jugador», añade el cántabro. «Hay quien sabe controlar mejor los nervios y quien no». A modo de anécdota señala que «Jesús Rollán, que en paz descanse, vomitaba antes de una final. Y si no lo hacía, jugaba fatal», señala divertido al comentar que se convirtió en una especie de costumbre en ese equipo de ensueño. «En nuestra época no había psicólogos ni nada de esto. No había ayuda externa. Estiarte dijo una vez que él también sentía un nudo en el estómago, y entonces veías que lo que te sucedía a ti no era extraño. Y Jesús Rollán decía tan tranquilo que íbamos a ganar». La gestión de las emociones se hacía «sin ayuda externa».
«Es un error considerar el punto más alto el llegar a la final. Y las finales no se disfrutan. Se ganan. Ya disfrutarás cuando acabe»
Salvador Gómez
Oro y plata olímpicas
En una final como la que encarará hoy la selección femenina «hay muchos factores», afirma Gómez. «Pero si juegas mejor, más intenso... Vas a ganar. Y si no tienes miedo a perder. El principal reto es salir con la intención de ganar y controlar los nervios».
Salvador Gómez coincide con la necesidad de que en un día como el de hoy, otra palabra clave es «rutina». «La tortilla de patata está inventada hace mucho tiempo», dice entre risas. «Experimentos, cero. Lo normal es que lo que has hecho y te ha servido para llegar a la final te sirva para ganarla. Puedes hacer una jugada puntual, algo que se haga una sola vez. Pero engaños ya...».
Óscar Freire Ciclismo
«Es una semana con muchos nervios»
En su armario hay tres maillots arcoíris. Esos que distinguen a un campeón del mundo de ciclismo. Óscar Freire (Torrelavega, 1976) habla de su experiencia en un deporte, el ciclismo «que aunque se corra en equipo, es individual». Pero hay cosas comunes a todo deportista que encara una cita como la de hoy de la selección femenina. «Es una semana de muchos nervios», reconoce el tricampeón torrelaveguense. «Mucha gente quiere hablar contigo, darte ánimos...». Las rutinas en un deporte como el ciclismo «se dan por descartado» y lo que buscaba Freire antes de un Mundial era «estar tranquilo en el hotel». Hasta el punto de que en el último que ganó, en Verona en 2004, «vino a visitarme gente de mi familia. Y no quería ni verlos. Estaba muy centrado. Los vi, pero apenas dos minutos En mi caso no necesitaba gente dándome ánimos, sino estar tranquilo».
«Un día como el de hoy, hay que estar motivado y creer que se puede ganar. Hasta que no ganas, no estás satisfech
Óscar Freire
Tricampeón mundial
En un día como el de hoy, Freire incide en la necesidad de hacer «lo de siempre, pero con más cuidado y más presión». Antes de la prueba, es «muy importante» la concentración». Es fácil que, al igual que él, alguna jugadora de la selección no haya dormido mucho anoche, «pero yo llegaba descansado a la carrera». El mejor consejo para esa última prueba es «el estar motivado y creer que se puede ganar» Lo de disfrutar durante una final o en su caso un Mundial, el torrelaveguense no lo experimentó. «En mi caso no sabía que había ganado hasta el último metro. Hasta que no ganas, no estás satisfecho».
Ruth Beitia Atletismo
«Concentración, pero disfrutar de cada momento»
Tras esa pequeña retirada después de los Juegos de Londres 2012 –fue bronce– llegó uno de los periplos más imponentes del atletismo español, coronado por el oro olímpico en Río 2016. Ruth Beitia (Santander, 1979) señala que en los días previos a una final como la de hoy, «el nerviosismo está y tiene que estar». Pero esa segunda oportunidad que le dio el atletismo le hace ver el deporte de otro modo. «No puedes perder la idea de disfrutar de cada momento. Cuesta mucho llegar como para no disfrutarlo. Aunque decirlo es fácil», reconoce con una sonrisa. La plusmarquista española de altura incide en la importancia «de no perder la concentración», pero añade la necesidad de «desconectar». En el caso de las jugadoras de la selección, «se tienen las unas a las otras. Eso es fundamental». Estos días previos se viven «con muchas ganas y expectativas, con la ilusión de ir a por todas».
. «El nerviosismo está y tiene que estar. Pero no puedes perder la idea de disfrutar de cada momento»
Ruth Beitia
Oro y bronce olímpicos
Las rutinas aparecen de nuevo como algo esencial para un día como el de hoy. «En mi caso, las últimas llamadas eran a mi madre, a mi entrenador...». Y hacer lo que se hace en todas las competiciones, «no modificar nada». Ayudará tener en mente partidos o competiciones que se han perdido, «porque de una derrota se aprende más que de una victoria».
Berta Betanzos Vela
«No disfrutar este día es un error»
En su palmarés, hay dos títulos mundiales, en la clase 470 –en 2011– y en 49er FX, en 2016, además de llegar con opciones a una medalla olímpica a la última regata de Río 2016. Berta Betanzos (Santander, 1988), ha vivido días similares a los que han pasado y pasan hoy las jugadoras de la selección. Ya retirada, la santanderina considera que algo así «siempre es importante disfrutarlo. No hacerlo es un error. Son cosas que no sabes si vas a volver a vivir».
La exregatista también resalta la importancia de ese equilibrio entre la tensión competitiva y una tranquilidad de ánimo. «Es difícil. Hay momentos que lo encuentras más fácilmente. A mí me ayudaba la meditación». Los grandes del deporte «quizá gestionan esto muy bien», porque «los miedos y las inseguridades hacen que no puedas rendir al 100%». La concentración por lo que rodeaba a la competición se compensaba con «ir al súper, tomar algo, cenar con amigos... No estar pensando todo el día en la regata». En los Mundiales fue más fácil, pero en los Juegos no tanto, «porque allí estaba todo más apretado y costaba dejar de pensar en ello».
Las rutinas también son esenciales para Berta en un día como el de hoy. «Yo me centraba mucho en mis tareas. Salir para ver el campo de regatas, estudiar el parte meteorológico... Todo para ejecutar lo que sabes hacer». Al igual que sus compañeros, incide en la necesidad de «no inventar nada. Hay que simplificar». Además, añade que es necesario «tener muy claras las prioridades para este día. Saber qué es lo importante». Aunque luego haya que adaptarlas a cómo vaya la final de turno, en este caso «el partido».
Alberto Urdiales Balonmano
«El ingrediente de un equipo es la ilusión»
Dos bronces olímpicos (1996 y 2000), dos platas europeas (1996 y 1998). Alberto Urdiales (Santander, 1968) sabe lo que es jugar partidos de balonmano por un título o para acceder una final... Y perderlos. «Porque no es fácil ser campeón», reconoce. En su experiencia como jugador, señala que en días como los que ha vivido la selección femenina y como el que toca hoy, la palabra clave es «grupo. Porque es el grupo el que hace de psicólogo, el que refuerza. Por eso es necesario el buen rollo, el pasear, el estar juntos...» El grupo ve quién necesita «un abrazo o quién está bloqueado y necesita un 'collejón'».
Urdiales ha estudiado el devenir de la selección femenina. «Son un gran ejemplo. 15 jugadoras dijeron que no y de eso ha emergido un grupo que supera otras muchas cosas Ha nacido de un hecho traumático y ha surgido un líder sólido que es el propio grupo». Para que un grupo humano funcione en lo deportivo, el ingrediente clave «es la ilusión. Es lo que el hambre es a la comida». Pero en ese colectivo se antoja «fundamental» la figura de un líder, «que no es lo mismo que el as. El as es la estrella, el Messi. Pero al líder lo eligen los compañeros y se aglutinan en torno a él. Surge de manera natural y es fundamental en un equipo campeón».
«Hoy, rutinas. Lo que se sale de ella te cambia el chip. Aunque sabes que es especial, hay que tratar de que sea un partido más»
Alberto Urdiales
Dos bronces olímpicos
Al igual que Salvador Gómez, Urdiales apunta el hecho de que las finales «hay que ganarlas. Vas a disputar muy poquitas a lo largo de tu vida. Hay que invertir en ellas cada gramo de esfuerzo. Porque si no, siempre te queda algo de reproche». Y de nuevo, para un día como el de hoy, las rutinas. «Porque todo lo que se sale de la rutina te cambia el chip. El desayuno, la comida, el paseo, ver el vídeo... Esas rutinas son tu forma de activación. En mi trayectoria, en 18 años de profesional antes de cada partido en casas siempre he comido lo mismo», añade entre risas. «Esos mecanismos te ponen en alerta. Hay que tratar de que sea un partido más, aunque sepas que es un partido especial». A su juicio, las finales, en muchas ocasiones partidos feos y trabados, «las gana quien menos errores comete. Los errores puntuales penalizan mucho». Y será hoy clave el cómo afronten las jugadoras «un evento de esta dimensión, con millones de personas viéndolas y una repercusión mundial». A la vez, los seleccionadores se centran mucho «en el rival», pero a veces se olvidan «de lo que el equipo propio tiene que hacer bien. Y es ahí donde entran el as y el líder».
Nadia Gómez Kárate
«Aproveché para disfrutar de cada momento»
La karateca Nadia Gómez (Santander, 1997) no solo sabe lo que es vivir desde dentro unMundial, también sabe lo que es ganarlo. Convertirse en la mejor del Mundo y además hacer historia, porque la santanderina fue la primera chica en colgarse la medalla de oro con la sub 21 y proclamarse campeona del Mundo en Tenerife, en el Mundial de Kárate, en modalidad kumite -50 kilos. «Fue algo mágico. Es una sensación indescriptible. Saber que estás representando a tu país entre las mejores del mundo y que tú eres una de ellas», comenta.
En el terreno psicológico, un reto mayúsculo como este para ella no supuso un hándicap. «Lo afronté con muchísima ilusión. Fue una oportunidad que me gané a pulso y aproveché para disfrutar de cada momento. Salí en cada combate sonriendo y estaba súper feliz de poder estar allí», recuerda con ilusión. De lo que sí se libro Nadia fue de una noche sin apenas pegar ojo a causa de los nervios.
Y es que en su caso todos los combates se desarrollaron en un mismo día. «Hice las rondas por la mañana y la final por la tarde. A la hora de afrontarla recuerdo que no me dio tiempo a entenderlo, a procesarlo. Mi entrenador me decía: 'Nadia, todavía no has acabado', y eso me hizo mantener los pies en el suelo. 'Queda la final y las finales se ganan', pensé». Y eso hizo. Dicho y hecho. «Cuando gané me sentí realizada, eufórica. Fue algo único y mágico». Eso sí, no pudo evitar que en el podio se le escapase alguna lagrimita. «Eran de felicidad. Me decía a mí misma:'Esta fue mi oportunidad, lo luché, lo conseguí y aquí estoy, demostrando que yo sí podía».
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