La Gimnástica mantiene el pulso
El conjunto de Pablo Lago endosa una nueva goleada, esta vez al Santillana, y se mantiene segundo con tres puntos menos que el líder
La maquina apisonadora en la que se ha convertido la Gimnástica arrolló esta vez al Santillana, al que endosó cuatro goles en uno de los encuentros más cómodos que ha jugado el equipo en El Malecón. Desde los primeros minutos, con los goles de Nacho Rodríguez, el conjunto que dirige Pablo Lago se ocupó de dejar bien claro el modo en que se iba a desarrollar el choque. El delantero blanquiazul, por cierto, marcó tres de los cuatro tantos de su equipo en una de las mejores actuaciones de la temporada, demostrando de paso que se halla en un gran momento de forma y que tiene el punto de mira en su sitio, lo que no deja de ser una gran noticia para los suyos.
GIMNÁSTICA
Álex Ruiz, Fer, Fermín, Luis Alberto, Cote, Víctor (Cagigas), Vitienes, Javito (Nacho González), Nacho Rodríguez (Barbero), Nacho Huertas y Perry.
4
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0
SANTILLANA
Nando, Iñaki, Álvaro, Rulo (Jandro), Carlos, Raúl Tresgallo, Román, Yekini, Biagio (Marcos Hoyas), José y Jorge (Edu Gregorio).
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Goles 1-0 m. 7 Nacho Rodríguez; 2-0 m. 9 Nacho Rodríguez; 3-0 m. 53 Nacho Rodríguez; 4-0 m. 68 Barbero.
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Árbitro García Lozano. Mostró tarjetas amarillas a los visitantes Jorge y José.
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Incidencias El Malecón. 550 espectadores.
Con esta victoria son ya siete seguidas las que ha logrado el equipo torrelaveguense, que acumula además quince jornadas sin perder, con catorce triunfos y un empate. A estos números admirables se une el hecho de que solo ha encajado un par de goles en todas esas jornadas, lo que demuestra también que, además de andar fino de cara a gol, el conjunto blanquiazul es una muralla difícil de derribar. El Santillana, que se limitó a adoptar el papel de comparsa en esta obra, asumió su lugar y poco pudo hacer por evitar la derrota; si acaso lograr no encajar algún gol más.
Lago introdujo en el once varios cambios para dar descanso a algunos de sus futbolistas y para dar minutos a su vez a quienes están jugando menos. Así, Javito, Nacho Huertas y Perry actuaron de inicio. La temporada es larga, todavía quedan bastantes jornadas por disputarse y en el horizonte se percibe ya la fase de ascenso, que será dura como siempre y exigirá que todos se encuentren en el mejor estado posible, con las piernas y la cabeza lo más frescas que puedan. De ahí la importancia de repartir minutos entre los jugadores.
El partido lo encarriló enseguida la Gimnástica, que marcó un par de goles en los primeros diez minutos. Nacho Rodríguez fue protagonista en ambos, demostrando que es un gran rematador y que esas cualidades no se pierden con el paso del tiempo. Fueron dos jugadas muy similares, con centros desde la banda derecha y remates del delantero blanquiazul dentro del área. Bien situado en ambas ocasiones, tiró de oficio y de saber hacer para poner el balón donde quiso, lejos del alcance de Nando en ambas ocasiones.
Los dos goles dieron serenidad al partido, lo que repercutió de paso en que la Gimnástica, a pesar de dominar completamente el juego, apenas llegase con opciones de volver a marcar en un par de ocasiones, ambas también de Nacho Rodríguez, que parecía empeñado en lograr el tercero. Huertas tomó el relevo de su compañero en el tramo final del primer tiempo y suyas fueron las ocasiones más claras, incluido el balón que estrelló en el larguero poco antes del descanso.
Triplete de Nacho Rodríguez
La segunda mitad empezó a menor ritmo que la primera y las ocasiones tardaron algo más en llegar. Perry dispuso de la primera con un remate de cabeza, que se fue alto. Quien no perdonó fue de nuevo Nacho Rodríguez, que fue quien se encargó de terminar una jugada que comenzó con un saque de banda de Cagigas hacia Vitienes, carrera de éste hasta la línea de fondo y centro para que el ariete lograse el tercero en su cuenta. Después de Nacho Rodríguez lo intentó Cagigas, que hasta en tres ocasiones estuvo a un paso de marcar, primero con un remate que salvó Raúl, después con otro de cabeza, y, por último, quedándose a un paso de llegar a un balón que se le escapó por centímetros. Las oportunidades se sucedían una tras otra. El cuarto parecía cosa de tiempo, como efectivamente sucedió. Barbero anotó de cabeza.