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De izquierda a derecha, José Manuel, Rosana, Esther, Alfredo, Eva, Lucía y Jesús preparados para salir a entrenar.
Los Gutiérrez-Pérez se echan al monte
deportes de montaña

Los Gutiérrez-Pérez se echan al monte

Padre, madre, hija, suegro, hermanos, cuñados y demás familia compartirán dorsales en la IV Marcha del Norte el próximo 13 de febrero en Ruiloba

Marcos Menocal

Lunes, 18 de enero 2016, 08:26

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A Eva le animó su marido, José Manuel. La hija de ambos, Esther, se animó sola. Como es en casa, Alfredo, padre de Eva y suegro de José Manuel, se apuntó él solito. Rosana, hermana de Eva, no lo dudó y se inscribió al día siguiente.A su marido, Jesús, cuñado de José Manuel, le faltó tiempo. Durante estas pasadas navidades en casa de los Gutiérrez y de los Pérez no se habló de otra cosa: la IV Marcha del Norte. Unidos por un reto.

El próximo 13 de febrero se disputa en Ruiloba una prueba deportiva que engloba múltiples disciplinas:carrera en bicicleta de montaña, trail a pie, combinada de ambas modalidades e, incluso, una marcha familiar en la que un pequeño debe formar un dúo indisoluble con un adulto. La pasada edición, más de 1.200 participantes se atrevieron con las motañas de Ruiloba, Alfoz de Lloredo y Cóbreces; la zona de Udías. Entre ellos también estaban miembros de estas familias que en apenas cuatro semanas se echarán al monte todos juntos. «En casa hablamos de ello y nos hacemos bromas», confirma José Manuel Gutiérrez (42 años), el papá. Él fue quien arrastró al resto. Entre animar y entrenar es probable que no le quede tiempo para mucho.Se ha decantado por la prueba combinada en la que tendrá que enfrentarse a 25 kilómetros a pie y otros 30 en bicicleta de montaña. «Será duro, pero aquí nos conocemos todos y te animan y así es más fácil». Correr y pedalear, el más difícil todavía. «A la niña no hace falta animarla.El año pasado ya la hicimos juntas y disfrutamos mucho», reconoce Eva Pérez (35), su mujer, que junto a Esther Gutiérrez (8) repetirán en la marcha familiar, de 14 kilómetros, en la que la única condición es terminar juntos. «A veces nos picamos y nos preguntamos cuánto tiempo vamos a tardar y esas cosas», explica la mamá. En el otro bando estará su hermana, Rosana, que también irá con su hija Lucía. Rivalidad familiar. «Empezamos por probar y ahora estamos encantados.Un día entrenamos un poco y otro día hacemos un poco más, pero con terminar me conformo», asegura la hermana y a la par cuñada. Su marido, Jesús Cadavieco, también estará en la línea de salida. Disputará la ruta a pie. «Se trata de disfrutar y pasarlo bien y, por supuesto, si se puede, bajar el tiempo del año pasado», añade José Manuel.

Entrenar en familia

Queda menos de un mes, pero el teléfono no deja de sonar durante estos días. La Marcha del Norte es una excusa perfecta para «por la tardes, cuando salen los niños del cole o los fines de semana cuando podemos quedar, irnos a andar por la zona de la carrera», afirma Eva. Botas de montaña, ropa de abrigo y un reloj para controlar el tiempo. «Es un pique sano», explica Rosana, quien junto a su hermana organiza meriendas, lavadoras y horarios para poder adaptarse a la caminata del próximo 13 de febrero.

Los recorridos no exigen una preparación minuciosa con trazados que contemplan una dificultad media, pero en cualquier caso la familia debe hacer los deberes antes de ponerse el dorsal. En la de mountain bike, los bikers sumarán 69 kilómetros con pendientes pronunciadas y algún tramo más técnico, pero sin grandes complicaciones. Será una carrera rápida y cada uno buscará cumplir su objetivo. La marcha a pie, que compartirá parte del trazado con la prueba de BTT, tendrá la salida y la llegada en el barrio de Trasierra (Ruiloba).La cita en la que se combinarán ambas disciplinas será la más exigente (25 y 30 kilómetros).Finalmente, el segmento familiar, de 14 kilómetros, en la que este año no faltará al igual que en 2015 el tricampeón del mundo de ciclismo, Óscar Freire, con su hijo, y otros tantos incondicionales.

El último exponente del equipo formado por los Gutiérrez y los Pérez, es Alfredo (62), padre, suegro y abuelo de los distintos compañeros de reto. «Como es en el pueblo, pues me he animado», indica este amante de las rutas de bici de montaña que no tendrá reparos en recorrer los cerca de 70 kilómetros «por caminos y parajes que conozco perfectamente». El mayor de la expedición entrena lo que puede porque «ahora los fines de semana son para ir a cazar, pero, cuando puedo, sí que me gusta hacer rutas en bicicleta». No le asusta la dificultad y solo quiere que todo el mundo se lo pase bien. «Las niñas y los hijos disfrutan. Es un día bonito porque es aquí, en el pueblo, y nos conocemos todos». Al jefe del equipo le vale para atreverse con poco.«Yo suelo ir a trabajar a Virgen de la Peña en bicicleta».Suficiente. Ruiloba será el escenario de un reto en familia.

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