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Sergio García se prepara para golpear la bola.
Sergio García se posiciona sin hacer ruido

Sergio García se posiciona sin hacer ruido

El efecto Masters le ha convertido en un ídolo para el público americano

JOSÉ MANUEL CORTIZAS

Viernes, 16 de junio 2017, 23:48

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Está como agazapado, al acecho. Él lo achaca a lo que ha venido repitiendo tras ganar el Masters. Necesita tiempo para recuperar su condición de jugador, para aprender a vivir con el peso de la chaqueta verde. «Estoy un poquito mejor, pero cuando no te encuentras fluido te entran más dudas. No voy a decir que no me fastidia cuando no doy un golpe como quiero, pero hay que saber lidiar con lo que tienes cada semana. Falta un escaloncito. No estoy mal, pero podía estar mejor», explica Sergio García tras cerrar su segunda jornada en el US Open con una tarjeta de 71 golpes para dejarle con -3 en la clasificación provisional, en torno al decimoquinto puesto mientras seguía discurriendo la actividad en Erin Hills.

El castellonense hizo birdies al 15, 18 y 7 y concedió bogeys en el 11 y el 3. Tuvo tacto en todo momento y, de buscarle un pecado, quizá jugó algo corto. Aunque estaba la cosa como para no hacerlo. «Me encantaría pegarle y patapún, pero si no la metes y te vas dejando putts es mucho estrés y te puede hacer mella. Ya sabemos lo complicados que son los US Open como para ponerlo tú más difícil. No voy a mentir, no me siento todo lo fino que me gustaría. Hemos pegado buenos golpes y alguno que otro que hay que mejorar. Nos hemos mantenido en un campo cada vez más rápido y más duro y difícil. Hemos sido consistentes con una vuelta decente que nos da posibilidades para el fin de semana. Lo bueno que tengo es que mi juego largo sigue siendo bastante decente incluso cuando no lo noto bien. Si consigo pegarla un poquito más, podemos hacer algo bueno», reconocía ante los informadores españoles presentes en Wisconsin.

Mientras charlaba, Fowler y Koepka compartían el liderato con -8, a cinco golpes del ganador en Augusta. Contaba con ello y la experiencia le dice que el fin de semana todo cambia y parece nacer, casi siempre, una nueva competición. «Por arriba no me sorprende cómo va. Lo comentamos entre jugadores que a menos que sople mucho viento se puede ganar con 10, 12 ó 15 bajo par, más que nada porque desde el tee te da sitio y te quita estrés. Obviamente, si fallas la calle estás medio muerto», lo que le ha ocurrido a Jon Rahm casi sin cesar desde el jueves.

El otro español en liza, Rafa Cabrera-Bello, salió a la misma hora que el golfista de Barrika desde el tee del 10. Y le ocurrió le mejor que podía esperar, estrenar la jornada con birdie que le permitió vivir bajo el par y alejado de la amenaza del corte, proyectado mediado su recorrido en +1.

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