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Iván Ania medita durante un entrenamiento de esta semana en las Instalaciones Nando Yosu.

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Iván Ania medita durante un entrenamiento de esta semana en las Instalaciones Nando Yosu. Javier Cotera
Segunda B

Gana aunque no lo merezcas

Feo pero efectivo, el Racing doblega al Vitoria en un partido duro e intenso y vuelve a la senda del triunfo

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Domingo, 23 de septiembre 2018, 07:04

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Realmente fueron los cántabros los que le dieron guerra a los romanos. «Cantabrum indoctum iuga ferre nostra» –el cántabro, no enseñado a llevar nuestro yugo–. El Club Deportivo Vitoria anunció el encuentro de esta tarde con un cartel en el que el equipo vasco lo defendían Asterix y Obelix, y el Racing aparecía parapetado en sus escudos romanos. La imprecisión histórica no tardó en ser reconocida por el filial del Eibar, que sí que acertó en que lo de hoy iba a ser una batalla.

Aunque la Copa del Rey no volverá a aparecer hasta mediado el mes de octubre, Iván Ania parece haberle

Si el Racing en Merkatondoa intentó jugar al fútbol por abajo dentro de lo que el estadio estellés lo permitía, hoy, desde el pitido inicial, Ellakuri se convirtió en el frontón municipal de Llodio. A pelotazos. Al Vitoria alguna vez se le ocurría bajar la pelota al rápido césped artificial. A los de Iván Ania, con su versión obrera en el centro del campo

Esas fueron las dos primeras, pero vista la

Vitoria

Areitio, Camus (Cipetic, min. 59), Escoruela, Malón, Kaiser, Marí, Lara (Ángel López, min. 59), Alain Ribeiro (Obieta, min. 74), Ibrahima, Ajuriagoikoa y Jaime Dios

0

-

2

Racing

Iván Crespo, Buñuel, Rulo, Óscar Gil, Figueras, Sergio Ruiz, Nico Hidalgo, Kitoko (Rafa de Vicente, min. 46), Jon Ander, Dani Segovia (Soberón, min. 71) y Enzo Lombardo (Cayarga, min. 66).

  • Goles 0-1, min. 24: Dani Segovia, de penalti. 0-2, min. 69: Jordi Figueras.

  • Árbitro Galech Azpeteguía (Comité Navarro). Amonestó al local Kaiser y a los visitantes Cayarga, Iván Crespo y Jordi Figueras. Expulsó con roja directa a Rafa de Vicente en el minuto 77. También mandó al vestuario a Iván Ania.

  • El público Unos 600 espectadores en las gradas del estadio de Llodio, con cerca de 400 seguidores cántabros desplazados hasta la localidad vasca para acompañar a su equipo.

Sin embargo, cuando menos lo merecía el equipo cántabro,

A partir de ahí, la historia siguió con un guión similar, aunque en un contexto completamente diferente. Porque

Causalidad o casualidad,

La calidad se tiene o no se tiene y el equipo de Iván Ania, cuando le dio por jugar la pelota, estuvo a punto de sacar rédito. Más paciencia.

Y otra vez, como en la primera mitad, aunque el Racing no estaba haciendo méritos para llevarse la victoria,

Al final tenía razón el míster para no relajarse, porque el tema no iba a ser tan sencillo para el Racing. El

Por fortuna para el Racing, el Vitoria ya estaba demasiado ofuscado como para sacar provecho de su superioridad numérica y los de Iván Ania, con un futbolista menos, se hicieron fuertes para gestionar la jugosa renta. La bronca de Merkatondoa estaba demasiado fresca como para repetir lo que pasó ante el Izarra. Ibrahima tuvo dos tímidas opciones para marcar. Y Cayarga pudo sentenciar cuando el choque ya estaba roto y Ania ya había sido expulsado. El marcador no se movió.

La bronca salió del vestuario a través de una ventanuca entreabierta, por culpa de un teléfono cotilla y entrometido. Las cosas de la caseta se quedan en la caseta. Esa es una de las leyes del fútbol. El asunto no fue a más. Tampoco fue para tanto. De esas hay en todos los campos. Si alguien hubiese podido grabar el intermedio del fatídico partido del play off ante el Barcelona B de la temporada 2016-2017, quizá le debería poner al documento dos rombos. O tres. Lo que pasó en aquel vestuario se queda en rumores y en la memoria de quienes allí estuvieron. Es pasado. Las cosas de la caseta, que se queden en la caseta.

Al racinguismo, en líneas generales, le ha molado ver a Iván Ania hecho un miura tras el empate de Estella. La afición verdiblanca, hastiada en su cuarto año en Segunda B, ve esperanza en cada muestra de carácter. Más allá de lo que sea o parezca el rapapolvo, la incógnita, lo interesante, será ver cómo repercute en los futbolistas. Esta tarde quedará comprobado. El Vitoria, el filial del Eibar, intentará pescar en el río agitado o, por el contrario, tendrá que pagar la factura de todos los platos rotos en Merkatondoa. Después de la tormenta debe llegar una victoria.

Al Racing le hubiese gustado resarcirse en los Campos de Sport de El Sardinero, donde más cómodo se siente. Como en casa, en ningún sitio. Sin embargo, el caprichoso calendario le ha puesto por delante dos encuentros consecutivos lejos de Santander (tres, si se cuenta el de Copa ante el UCAM). De la necesidad, virtud, y el equipo de Iván Ania tiene una buena oportunidad para mostrar su fortaleza en los momentos difíciles. Además, en un escenario incómodo y desconocido como el campo de hierba artificial de Ellakuri. Desconocido porque el Vitoria, que la pasada campaña recibió a los verdiblancos en Olaranbe, sigue con su extraño peregrinar por su condición de filial de un club de otra provincia y su nueva parada es Llodio. Eso sí, aunque sea sintético, el césped, nuevo, será una auténtica alfombra en comparación con lo encontrado siete días antes en el feudo del Izarra.

De las 700 entradas enviadas por el Vitoria a Santander apenas se han vendido 202. Da igual, la afición racinguista, a la que a buen seguro se sumarán unos cuantos más en la taquilla de Ellakuri, será mayoría en la grada, porque el Vitoria, en su peregrinar por los campos de Álava, se va dejando los escasos seguidores que consigue enganchar. El factor ambiental también jugará en favor de los verdiblancos.

Fuera rotaciones

Lo de jugar domingo, miércoles, domingo queda atrás hasta nueva orden. Eso permitirá a Iván Ania colocar sobre el césped a los que considere mejores, sin pararse a pensar en el posible cansancio acumulado en las piernas. A no ser que la bronca del pasado domingo le pase factura a alguno. El repertorio del técnico asturiano es amplio y flexible, todo apunta a que esta tarde optará por el clásico 4-4-2. El rendimiento de Dani Segovia en los últimos encuentros le permite al míster plantearse la opción de jugar con dos puntas y colocar al madrileño junto a Jon Ander.

Por delante de Iván Crespo, la línea de cuatro más habitual hasta el momento. Buñuel, que no tiene recambio natural, por la derecha; Julen Castañeda, que por el momento le tiene ganada la delantera a Rulo, por la izquierda; y Óscar Gil y Figueras -que fue suplente en Estella- en el centro, por delante de un Olaortua que acabó tocado en Merkatondoa.

Un adversario exiliado y de lo más atípico

Si algún intrépido trata de ver hoy al Racing frente al Vitoria se puede llevar alguna sorpresa. El primer impulso, el natural, sería el de viajar a Vitoria. Mala idea. Pese a su nombre y a tener fijada oficialmente allí su sede, el equipo no juega allí . Lo hizo, en un montón de campos hasta terminar en Olaranbe. Donde firmó el Racing un triste empate en una triste pasada temporada.

Pero los franjirojillos, teñidos ahora de azulgrana, no juegan ya allí. No pasa nada. Solo se pierde tiempo. Si es el filial el Eibar, simplemente hay que cambiar la dirección en el GPS, de provincia (de territorio histórico, si se quiere echar mano de la nomenclatura oficial) y enfilar Guipúzcoa para enfilar la pequeña ciudad conurbada con la vizcaína Ermua. El círculo se estrecha, pero la trama se complica: El Vitoria entrena, efectivamente, en las instalaciones del Eibar, pero tampoco juega allí. Ni en Ipurua ni en Atxabalpe.

Para localizar al Vitoria es necesario seguir trazando la divisoria con Vizcaya hasta llegar al fronterizo Llodio, ciudad alavesa pero vizcaína hasta en el prefijo telefónico, y buscar el campo de Ellakuri, unas instalaciones con capacidad para 2.500 espectadores que el Vitoria comparte desde este verano con el Laudio, de Regional Preferente, y el Altzarrate femenino.

Con estos antecedentes queda claro que el Vitoria es un fenómeno atípico en el fútbol, tan poco dado a los franquiciados. No es que haya vivido siempre a la sombra del Alavés, que también, sino que ni siquiera se planteó como alternativa, eclipsado también por un Aurrerá que llegó a jugar en Segunda B (y a enfrentarse con los albiazules) mientras que el Vitoria transitaba por las categorías regionales.

Pero hace tres años el Eibar disolvió su filial , el escolástico; el que llevaba por nombre Eibar B, y con los vitorianos regresados a Tercera (hasta entonces su techo histórico, pero en los sesenta llegaron a militar en esa categoría cuando no existía la Segunda B) ambos clubes firmaron un atípico acuerdo de filialidad que sigue vigente, y por el cual el segundo equipo del Eibar no pertenece estrictamente a la estructura armera, aunque federativamente el trasvase de futbolistas sea el mismo que en cualquier otro equipo.

De hecho, el cántabro Sergio Camus y sus compañeros entrenan diariamente en las instalaciones del Eibar , ya sea con el filial u ocasionalmente con el primer equipo, como le ha ocurrido al colindrés en la última semana, en la que a pesar de no haber entrado en la lista del primer equipo (aspira a ello, pero aún no lo ha hecho desde que arrancó la temporada) sí que ha entrenado con la formación de Primera durante toda la semana.

En el centro del campo, Ania tendrá que elegir versión. Músculo, tiki-taka o un híbrido. Probablemente se decante por la última, con una dupla 'made in Cantabria', con Sergio Ruiz y Quique Rivero, por ejemplo. Aunque también puede jugar con las opciones de Kitoko y Rafa de Vicente. A saber. Por las bandas, podría descansar por fin Nico Hidalgo y los flancos los ocuparían Cayarga, por el lado diestro, y Enzo Lombardo, por el zurdo, pese a que el francés ya ha demostrado que donde realmente hace daño es por el medio.

Enfrente el Racing se encontrará con un rival que esta temporada quiere mejorar sus prestaciones con respecto a la temporada anterior, en la que sufrió, y mucho, para mantener la categoría. En esta ocasión, con la plantilla un año más curtida, busca dar un paso hacia adelante en la categoría, siempre con el objetivo principal para formar futbolistas para el Eibar. Aunque el comienzo liguero de los vascos no ha sido demasiado esperanzador. El Vitoria ocupa el puesto catorce de la clasificación, con cuatro puntos. El triunfo del pasado domingo en El Malecón frente a la Gimnástica parece haber terminado con el penar alavés, aunque el Racing está en disposición de devolver a su rival de hoy a la senda de los malos resultados.

Pasar página

Dice la escritora francesa Delphine de Vigan en su libro 'Nada se opone a la noche' que «el tiempo nos enseña que podemos echarnos la bronca y debemos pasar página después». Son las cosas del fútbol. Lo mal hecho, hecho está y debe servir para aprender. No tiene sentido seguir revolcándose en el barro del pasado. El horizonte es extenso. Y los fallos y los toques de atención, mientras antes lleguen, antes sirven como lección. Porque la Segunda División B es una maldita evaluación continua con unos exigentes exámenes finales allá por los meses de mayo y junio. La selectividad del fútbol de élite.

El 'partido a partido' es tan cierto y recomendable como manido y desgastado. El Vitoria es el presente. El ascenso es el futuro. Hacia atrás no se mira ni para coger carrerilla. Es así en el deporte y más aún en la vida. Porque de esto va el racinguismo últimamente, de jugarse la existencia -balompédicamente hablando- cada jornada. Esta es la quinta. Y quedan 33. Casi nada. El invierno será largo y habrá tiempo para alegrías, tristezas, exhibiciones y alguna que otra bronca. Cuidado con las miradas indiscretas.

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