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Dos errores demasiado caros
Un penalti que sólo vio el árbitro y un grave fallo en defensa condenan a un Racing ansioso que se dejó todo en el campo, pero se estrelló contra el meta visitante, Aron Yaakobishvili
Esto no fue como lo de la Cultural Leonesa. Esta vez la cara con la gente se marchó a casa fue otra. Poco se le ... puede reprochar en lo que a actitud se refiere a un equipo que se lo dejó todo sobre el terreno de juego, pero que se vio condenado por dos errores demasiado caros. Uno, propio. El del gol de la derrota. El otro, ajeno. El del penalti que señaló Eder Mallo y que sólo vio él. Luego, el trabajo del portero visitante y el empeño racinguista de pegarle pelotazos hicieron el resto. Le faltó la pegada de la que puede presumir casi siempre. Así que, a las cuatro victorias consecutivas ahora ya le secundan tres partidos sin ganar. Dos de ellos, con sendas derrotas en casa.
El once de José Alberto trajo tres novedades principales. La más inesperada fue la entrada de Facu González en detrimento de Manu Hernando en el centro de la zaga. Sin Gustavo Puerta, que finalmente se quedó fuera de la convocatoria por un golpe en la cresta iliaca sufrido en Córdoba, entró el chaval Sergio Martínez. Y luego, estaba previsto el retorno de Íñigo Vicente a la mediapunta, tras su ausencia en el Nuevo Arcángel. Hay cosas de las que no se puede prescindir mucho tiempo. Destacable también la permanencia, merecida, de Jeremy en la delantera. Aunque detrás haya un tipo de nombre Villalibre y con una tarjeta de cuatro goles en seis partidos.
Racing
Ezkieta, Mantilla (Suleiman Camara, min. 60), Salinas, Javi Castro, Facu González (Pablo Ramón, min. 83), Aldasoro (Yeray, min. 83), Sergio Martínez (Maguette Gueye, min. 60), Andrés Martín, Íñigo Vicente, Marco Sangalli y Jeremy (Villalibre, min. 60).
1
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Andorra
Aron Yaakobishvili, Carrique, Gael Alonso, Bombardó, Martí Vila (Imanol, min. 73), Theo Le Normand (Marc Domenech, min. 61), Sergio Molina, Villahermosa, Olabarrieta (Álex Calvo, min. 61), Kim Minsu y Lautaro de León (Jastin, min. 61).
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Árbitro principal: Eder Mallo (Comité Castilla y León).
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VAR: Luis Mario Milla (C. Andaluz).
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Asistentes: Samuel García (C. Castilla y León) y Marcos Barroso (C. Castilla-La Mancha).
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Cuarto árbitro: Pedro Oreiro (C. Gallego).
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Goles: 0-1, min. 51: Lautaro de Leon, de penalti. 1-1, min. 72: Marco Sangalli. 1-2, min. 75: Álex Calvo. 0-1, min. 51: Lautaro de Leon, de penalti. 1-1, min. 72: Marco Sangalli. 1-2, min. 75: Álex Calvo.
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Tarjetas amarillas: Amarillas a los locales Marco Sangalli y Andrés Martín y a los visitante Kim Minsu, Molina y Petxarroman.
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Asistencia: 19.862 espectadores.
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Incidencias: Se guardó un minuto de silencio en memoria del boxeador Uco Lastra.
Pero es que el camargués le está poniendo chunga la competencia al vasco. Y a Juan Carlos Arana cuando quiera ponerse a la cola. No habían transcurrido treinta segundos de partido cuando el canterano agarró el balón en la frontal y buscó portería. Su disparo se marchó alto por muy poco.
El partido empezó vertiginoso. Con una presión altísima e intensísima –cinco tíos en la frontal del área ante el saque de puerta visitante– de los verdiblancos ante un Andorra talibán del juego desde atrás, pero con el riesgo de que en una contra, los del Principado le hiciesen el lío al Racing. Ese peligro no es nada nuevo.
El problema ante el Andorra es que el equipo de Ibai Gómez tiene talento suficiente para hacer la de Houdini y quitarse la camisa de fuerza de encima. Con una serie de pases, Kim Minsu ganó la carrera a Mantilla y la puso al corazón del área, donde Lautaro de León remató junto al poste de la meta de Ezkieta. Ojo ahí.
El choque llevaba tal ritmo que Jeremy fue incapaz de frenar ante la línea de fondo, saltó la valla publicitaria, el murete de Preferencia Sur y acabó pegándose un trastazo con la fila 1. Justó ahí, el Andorra quebró la propuesta presionante racinguista en apenas unos pases. Desde atrás. Tiki, taka. Tiki, taka. Y Lautaro de León, en el área contraria, la mandó al lateral de la red. José Alberto empezaba a mosquearse porque empezaba a ver desconexiones en su máquina de presión. Un tiro de Kim Minsu, raso y centrado, lo agarró Ezkieta.
El Racing, metido en el partido, logró rebajar el peligro andorrano y, aunque sin inquietar a Yaakobishvili, al menos jugar más cerca de la portería visitante que de la propia. Con la superioridad técnica del Andorra patente, el equipo cántabro tenía que sacar a relucir otras armas. A balón parado, Jeremy estuvo a punto de marcar. Cabeceó un córner en el primer palo y puso en apuros al meta, que tuvo que mandarla por encima del travesaño. Y poco más pasó en una primera mitad que terminó en campo de los del Principado. ¿Lo mejor? Que la portería propia permanecía a cero y eso ya era un avance.
El colegiado Eder Mallo señaló un presunto penalti de Javi Castro sobre Villahermosa, que ni siquiera se acercó a certificar en la televisión
El corsé racinguista no tenía la misma capacidad de sujeción que en la primera mitad. El Andorra combinaba con mucha más soltura. Y así, se acercó a la meta de Ezkieta. Kim Minsu hizo la suya, la de recorte hacia dentro y disparo. El meta navarro la agarró en dos tiempos. Pero en la siguiente, en una acción sin demasiada historia en la cornisa del área, Javi Castro le arrebata el balón a Villahermosa y Eder Mallo, sin dudar, señala el punto de penalti. Los futbolistas verdiblanco protestando; en el banquillo, el cuerpo técnico haciéndose cruces... Pues no fue ni a verlo. Lautaro de León no desperdició el regalo.
A contracorriente, José Alberto llamó a Villalibre, Suleiman Camara y Maguette Gueye. Mantilla, Sergio Martínez y Jeremy fueron los sustituidos. Antes de marcharse, el canterano le dejó una magnífica asistencia a Íñigo Vicente, pero el de Derio, escorado, tiró a dar a Yaakobishvili. Lo positivo es que el Racing estaba dispuesto a tirar de orgullo para sacar adelante el partido. En el saque de esquina posterior, un cabezazo cruzado de Salinas se marchó lamiendo el palo largo.
El penalti había soliviantado a los verdiblancos, que volvieron a percutir ante un Andorra al que empezaba a sostener su portero con una actuación espectacular. Esta vez, el húngaro repelió un cabezazo certero de Villalibre. Ydespués, el arquero detuvo junto al poste un centro envenenado de Suleiman Camara.
Profundidad
El catalán le estaba dando profundidad al Racing por la banda izquierda y por ahí iba a llegar el tanto del empate. Íñigo Vicente abrió a la zurda para la llegada de su compañero. El centro lo despejó defectuoso el meta visitante y el balón le cayó a Marco Sangalli al otro lado, Si en Córdoba tiró de delicadeza, esta vez la reventó. Adentro.
Lo que entra por lo que sale. Unos minutos después, tres, en concreto, el Racing se despista en defensa y facilita que el Andorra haga el segundo por medio de Álex Calvo. Había poco que reprochar hasta entonces, pero esto iba a pasar factura.
El Racing tenía que volver a la carga, pero esta vez con el ánimo tocado. Aún así, logró levantarse. Andrés Martín dejó a Asier Villalibre solo ante el portero húngaro, pero el búfalo se estrelló contra el guardameta. Con menos de diez minutos por delante, José Alberto gastó sus dos últimas balas. Retiró a un cansado Facu González y a Aldasoro y metió a Pablo Ramón y Yeray.
Tuvo el empate Javi Castro en un balón tocadito de Yeray al meollo del área. El central madrileño se elevó bien, pero no pudo darle fuerza al remate y la pelota se marchó mansa y fácil a las manos del portero. Justo después, al propio central le anularon un tanto por fuera de juego de Villalibre en un balón que le rebota en la espalda.
Siete minutos de añadido le otorgó el árbitro al Racing para buscar la igualada. Y la buscó, claro que sí. Un centro de Maguette Gueye desde la izquierda lo cabeceó Salinas, por encima del larguero. A esas alturas, al Andorra ya no le daba tanta vergüenza lo de pegarle un patadón a la pelota.
Subió hasta Ezkieta a por el ansiado gol y Maguette cabeceó, muy forzado, a las manos del portero. Tuvo una última el equipo cántabro, pero el colegiado no concedió el último córner, con el tiempo ya cumplido. Una lástima, porque esta vez la sensación era otra y lo que debería haber terminado con algo de premio, acabó con un castigo no merecido. Pero esto es el fútbol. Y esto es el Racing.
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