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Borja Granero, autor del primer tanto, trata de recuperar un balón. :

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Borja Granero, autor del primer tanto, trata de recuperar un balón. :

Granero vuelve a su hábitat con un gol

Con Gándara y Gonzalo como centrales, el valenciano recupera su puesto en el centro del campoLideró a una medular que aportó los tres goles cántabros mientras la delantera sigue mostrando una preocupante sequía

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Lunes, 18 de diciembre 2017, 15:11

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La carta del Racing al Esteru solo tiene una petición: goles. Muchos goles. El problema, que ni todos los árboles de Comillas parecen tener leña suficiente para regalárselo a un equipo que no sabe marcar. Que solo tiene a Aquino. Y cuando lo tiene. Que en los tres partidos anteriores había sido mejor, o eso se dice o eso parece, pero que había marcado un solo tanto para sumar dos puntos de nueve.

A falta de goles, porque ni Juanjo ni César ni Pau parecen tener demasiados, el leñador comillano trajo al Racing el regreso de Borja Granero al centro del campo. O tal vez fuera Ángel Viadero, que le devolvió a su hábitat natural. Mientras Echeveste recibía su homenaje el valenciano calentaba con intensidad, casi con obsesión, ejercicios de potencia y arrancada para comenzar entonado, atrincherado como está en su papel de capitán y motivador, en esa función de coach que tanto le gusta a su entrenador. Viadero le había encomendado que fuera el pegamento del equipo, pero también le había pedido que aportara en ataque. Y vaya si lo hizo: un tanto y una asistencia, aunque esta última no terminara en gol.

«Estoy cómodo en el centro del campo y estoy cómodo atrás -se reinvindica el valenciano-. Me han pedido que llegara al área y también que hiciera trabajo de contención. Y es lo que he hecho. Era un partido difícil para la gente de dentro por el sistema de juego, pero he estado cómodo».

Con él como eje el juego del Racing ganó en empaque, aunque sin paliar la previsibilidad y el arquitrabe que le caracteriza, pero sobre todo le dio presencia. El valenciano atraviesa un buen momento de forma y se nota. Como mediocentro llega a todos los balones y abarca mucho campo.

En su regreso se reivindicó. A los nueve minutos ya había puesto por delante a su equipo y solo tres más tarde ponía un balón en profundidad que Dani Aquino no pudo convertir en gol tras ganar bien las espalda a la defensa. Uno de los futbolistas más señalados del equipo, que despierta afinidades y críticas casi a partes iguales, se reencontraba de nuevo en el enésimo cambio de planes de su entrenador, que esta vez había optado por una defensa de especialistas liberando a su capitán de una labor ingrata; de una demarcación en la que está decidido a adaptarle pero en la que aún no se siente cómodo, pese a su buena estadística.

«El equipo estámuy comprometido»

El equipo está muy comprometido y por eso me voy muy contento de vacaciones». Borja Granero ejercía ayer de capitán también en la zona mixta de Gal. Pese al empate del Mirandés contra elGernika, el capitán no se sentía cómodo hablando de terceros: «La solución somos nosotros mismos; no tenemos que estar mirando lo que hagan el Mirandés u otros equipos», reivindicaba ayer. Todo después de un partido en que vio «bien» a los suyos: «Hemos entrado muy bien, después hemos pasado una fase de dudas en la que nos han metido el gol y posteriormente el equipo ha sabido lo que había que hacer, aprendiendo de la semana pasada».

Así, con Granero como centro de gravedad, el Racing se permitió soñar con ganar al fin un partido y tal vez incluso de hacerlo por más de un gol. Hasta que el Olentzero conjuró el hechizo del Esteru y regaló a sus paisanos una internada de El Haddadi, un error de Julen y un gol de Galán que devolvía las prisas. Para los invitados el carbonero vasco solo tenía carbón. Y otra vez a remolque el capitán se puso de nuevo el uniforme de motivador, descolgado a banda para buscar la espalda de la defensa y centrar al área en la tímida reacción verdiblanca al gol del empate local antes del descanso.

Tras la reanudación Borja Granero siguió a lo mismo. Como todo su equipo. Intentando adelantar la línea de presión cuando los vascos renunciaban al juego directo, basculando en el centro del campo en un buen entendimiento con Sergio Ruiz en la línea de mediocentros más defensiva posible en ausencia de Antonio Tomás, que sin embargo le dio dos goles a los suyos: el del valenciano y el del astillerense, que marcó el 1-2 antes de que Óscar sentenciara.

Con el marcador a favor todo fue más sencillo, también para un Granero que durante el último tercio de partido comenzó a acusar el derroche de un partido pletórico en lo físico que marcó su vuelta a su posición... A la espera de lo que suceda con Antonio Tomás. Eso sí: aunque ayer el Esteru ganó por 1-3 al Olentzero, los goles solo estaban en los sacos de los centrocampistas, así que Manolo Higuera deberá comprar unos cuantos sellos que franquear hacia Oriente para que en enero llegue el nuevo delantero en un fichaje que el Racing ya ha convertido en asunto de estado.

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