Guille Romo se reprograma

En cinco jornadas le ha dado el bastón de mando a Íñigo Sainz-Maza, que figuraba el último de la lista de los pivotes por detrás de sus tres fichajes Sergio Marcos, Borja Domínguez y Fausto Tienza. Algo muy similar ha ocurrido en el centro de la zaga, en la que por diversas razones el míster incorporó a tres centrales -Pablo Bobadilla, Pol Moreno y Eneko Satrústegui-. El cántabro había pasado a ocupar el puesto de reserva y ahora mismo se ha revalorizado hasta el punto de ahuyentar las dudas que se cernían sobre él. Por si fuera poco, aunque sea testimonial, ya han debutado con el primer equipo tres chavales: Jorrín, Marcos Bustillo y Dani González, aunque este último se lo puede apuntar al alimón con Solabarrieta. Ni él mismo se lo esperaba.

Guille Romo es reacio a sufrir una metamorfosis total -al menos por ahora- y se resiste a una serie de argumentos que tiene muy claros: su sistema, así como el estilo de juego. Sin embargo, en poco más de un mes de competición oficial ya ha dado marcha atrás en otros aspectos. No le ha importado sentar a sus futbolistas referencia, como han sido Sergio Marcos y Fausto Tienza, a quien personalmente ha fichado y por los que ha apostado. A los dos les convenció el propio entrenador -además de lo que pueda rezar en su contrato- y eligieron la opción del Racing por encima de otras ofertas. Ambos empezaron jugando como titulares y ambos han perdido el sitio. Y esto ha ocurrido porque el chaval de la cantera Íñigo Sainz-Maza les ha superado y al míster le ha obligado a reprogramarse. La capacidad de atravesar líneas y de conducción que tiene el capitán parece que no se lo dan sus tres incorporaciones. Así como en otros aspectos Guille Romo parece reacio a cambiar de guion, con Íñigo Sainz-Maza no le ha importado reaccionar y pasarle del último lugar de la lista al primero.

Con Álvaro Mantilla ha ocurrido algo parecido, aunque las circunstancias le han empujado a modificar su hoja de ruta. Romo fichó tres centrales: Pablo Bobadilla, Eneko Satrústegui y Pol Moreno. Los tres con experiencia en categorías superiores y de su confianza. Mantilla partía como el que menos posibilidades tenía de jugar y, además, comenzó la pretemporada lesionado y la Liga recuperándose del hombro. Las dudas en el lateral izquierdo, la reconversión forzada de Satrústegui y la lesión de Bobadilla le abrieron las puertas al chaval y... Cumplió. Seriedad, contundencia y velocidad. Con los tres atributos, el cántabro ha adelantado a sus compañeros y ahora es la referencia en el centro de la zaga y tampoco le ha importado al entrenador. Con ellos dos se ha reprogramado y se ha adaptado a una realidad diferente a la que pronosticaba.

Esta situación no ha ocurrido con todos los chavales de casa que esperaban tener más minutos. Marco Camus y Diego Ceballos son la cruz de la moneda. El primero de ellos, tras completar una pretemporada más que ilusionante partía con opciones y en la jornada inaugural adelantó a Álvaro Bustos para entrar en el once inicial. Cumplió y brilló, pero sin embargo Guille Romo continuó con su apuesta personal por Álvaro Bustos, quien aparecía como el dueño de la banda izquierda en los planteamientos iniciales. Diego Ceballos casi no ha tenido ni chance. El joven futbolista, que el pasado curso se hizo con el puesto de lateral en propiedad contra toda expectativa y ha pasado a no tener ninguna opción. Por el momento, Guille Romo confía en Unai Medina, lateral con experiencia y que vino para jugar por delante del canterano y hasta ahora lo está haciendo.

Pablo Torre tiene un capítulo aparte. El '10' ya demostró su importancia el año pasado y pese a su juventud es uno de los jugadores con más peso de la plantilla. Tanto es el protagonismo que tiene en el equipo, que su presencia incluso condiciona el sistema y el juego del equipo. La confianza del técnico en el chaval ha sido total desde que tomó las riendas del club -en materia deportiva-. El jugador más parecido a Pablo Torre que ha llegado a la plantilla este verano es Manu Justo, quien le ha suplido cuando ha estado tocado, pero exceptuando al gallego, no existe otro jugador que reúna las características necesarias para ocupar ese puesto de enganche entre el centro del campo y la delantera con el que siempre juega Romo.

Y finalmente, los estrenos de Marcos Bustillo y Mario Jorrín, fundamentalmente, así como la incursión de Dani González, añaden un paso más en la recomposición de piezas del míster. El primero de ellos convenció en la pretemporada, donde se ganó el beneficio de la duda. Pasó de 'pantalla' y dio el salto al primer equipo en los entrenamientos hasta que se estrenó ante el Tudelano y disfrutó de más minutos ante el Logroñés. Curiosamente ahora ha regresado a la estructura del Rayo Cantabria. Por su parte, Mario Jorrín saltaba al campo el pasado viernes en El Sardinero ante el Dux. «No me lo podía creer. No me lo esperaba y estoy contento por el progreso que estoy teniendo», señalaba. Son dos ejemplos -un tanto testimoniales, cabe insistir- de que pese a las numerosas incorporaciones el técnico abre un poco la puerta a los méritos de la cantera.

Dani González, que ya debutó con Solabarrieta en Tajonar el curso pasado, también apareció en Barreiro. Buena noticia para el centrocampista.