El segundo de la Roja, forjado en La Albericia
Juanjo González, mano derecha de Luis de la Fuente en la selección española, estuvo en el banquillo verdiblanco como ayudante de Juan Ramón López Muñiz en Europa y fue primer entrenador del equipo en la campaña 2011-2012
Luis de la Fuente tiene una mano derecha en el banquillo. Cercano, sosegado y experto. Un segundo con el que celebrar los triunfos, y sobre ... todo, analizar las derrotas -aunque hace tiempo de la última- y aspectos a mejorar. Responde al nombre de Juanjo González Argüelles (Gijón, 9 de octubre de 1973), míster y exportero de fútbol. Un clásico en el banquillo de Sporting a caballo entre los noventa y los 2000, recambio de un mito como Ablanedo y otros como Valencia, pero que como técnico se forjó en La Albericia; en el Racing anterior a la travesía del desierto.
Lleva ya unos meses como segundo de la Roja, en lo que es un premio a la seriedad y la perseverancia. Se incorporó a la Real Federación Española de Fútbol en 2013 y desde entonces ha escalado peldaños como entrenador de porteros o auxiliar hasta sentarse junto a De la Fuente. El papel de segundo no le es ajeno. Precisamente con esa función recaló en Santander en 2008, atendiendo a la propuesta de su excompañero en el Sporting, Juan Ramón López Muñiz, recién contratado como sustituto de Marcelino en aquella temporada mágica en la que el Racing disputó la Copa de la UEFA.
De su etapa en Santander se le recuerda bien. Quienes le conocieron, que aún los hay en el club, guardan mucho cariño a un tipo serio y exigente, pero afable e incluso «gracioso», alguien con quien «da gusto trabajar». «Agradable y comprometido», probablemente, de no haber sido por el concurso de acreedores, el descenso a Segunda y la descomposición del Racing en la 'Era Okupa', habría seguido en Santander muchos años más. Siempre ligado al Racing y muy adaptado a Cantabria, donde se instaló con su mujer y su hija. Muy cerca de Asturias y en un lugar perfecto para subirse a la bici y jugar al pádel.
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«Fue una pena que un histórico como el Racing acabase un poco de esa forma», lamentaba en su momento rememorando su etapa verdiblanca. Porque el Racing le caló. Desde la Roja, sigue de cerca la actualidad del equipo, en el que conserva «buenos amigos». «Tengo un muy buen recuerdo. Estuve bastantes años y a nivel personal fueron maravillosos. A nivel profesional, hay varias partes», reconocía.
Del gijonés hablan bien, porque es el ejemplo de sacrificio y lucha por lo suyo. «Siempre que podía, te echaba una mano en lo que fuera», señalan profesionales que han trabajado con él, que destacan de su comportamiento ser un hombre «afable y comprometido». Su perfil de LinkedIn da otra pista. Una foto de encabezado con la ropa de entrenamiento de la selección, los brazos en jarra y mirando fijamente a un punto, probablemente en pleno entrenamiento. Hasta aquí, nada inusual, pero lo que destaca de la imagen es la palabra en mayúsculas que tiene a su espalda: 'Trabajo'. Solo le hacen falta siete letras para definirle, tanto personal como profesionalmente.
Puede que sea ese trabajo el que le llevó de ser segundo entrenador del Racing de la mano de Juan Ramón López Muñiz a ser director deportivo de los verdiblancos, para después coger el timón de la nave cántabra y, tras un breve paso por el Real Avilés llegar a la selección española, hasta convertirse en segundo entrenador de la absoluta masculina.
Pero hasta llegar a sentarse al lado de Luis de la Fuente, estuvo a las órdenes de Muñiz cuando el Racing alcanzó la gloria con su travesía por Europa en la temporada 2008-2009, que le valió para enfrentarse al Manchester City, PSG, Schalke 04 y Twente. El equipo, que acabó en decimosegundo en Liga, había hecho historia en la campaña anterior (2007-2008) tras clasificarse para la Copa de la UEFA. Por aquel entonces, el Racing tuvo que jugársela ante el Honka, en Helsinki, para poder certificar su participación en la competición continental.
El recuerdo deja en la capital de Finlandia una historia peculiar del carácter del asturiano. Un Muñiz nervioso, dando vueltas sin parar por la recepción del hotel, contrastaba con la tranquilidad de Juanjo. La paz reinaba en el cuerpo del ahora segundo entrenador de la Roja, que años atrás vio cómo la suerte no estuvo de cara del Racing y el equipo cayó eliminado en dieciseisavos de final del torneo europeo.
Los verdiblancos pasaron ese primer compromiso contra el Honka y se clasificaron para la fase de grupos, en la que quedaron apeados. En la memoria del racinguismo siempre quedará ese gol de Colsa en el Parque de los Príncipes ante los parisinos y el 3-1 logrado contra los Citizens en los Campos de Sport. Todo ello con Juanjo como segundo entrenador de una plantilla en la que destacaban nombres como Toño, Pinillos, Pedro Munitis, Óscar Serrano y Tchité, entre otros.
Tras la salida de Muñiz, en la temporada 2009-2010, Pernía ofrece a Juanjo quedarse en el Racing, pero como director deportivo. El asturiano, al haber hecho de Santander su nueva casa, decide no continuar su camino de la mano de Muñiz y opta por seguir haciendo carrera en el equipo, pero eso sí, desde los despachos de los Campos de Sport. Al banquillo llegó Juan Carlos Mandiá, que duró solo diez jornadas. En ese momento, Juanjo bajó momentáneamente de nuevo al verde y le cogió el testigo como entrenador interino. Le dio tiempo incluso a dirigir un partido en El Sardinero, de Copa del Rey, en el que se midió a la extinta Unión Deportiva Salamanca con un resultado a favor de 4-1.
Miguel Ángel Portugal, que ya había entrenado al equipo en la temporada 2006-2007, fue el encargado de continuar la campaña. El burgalés cogió al equipo en noviembre de 2009 y estuvo al frente de los verdiblancos hasta febrero de 2011, mientras Juanjo se reincorporaba a la dirección deportiva. Año y medio estuvo haciendo trabajo de despacho en los Campos de Sport, compartiendo oficina con Fede Castaños a no demasiados metros del despacho presidencial. Y después de 18 meses trabajando con vistas al Palacio de los Deportes, cambió de nuevo de escenario para regresar al que más le gustaba: el de La Albericia.
Fue el 30 de noviembre de 2011, cuando se le encomendó entrenar al equipo tras la dimisión de Héctor Cúper. No estuvo solo. Contó con la ayuda de Pablo Pinillos y de Fede Castaños. Se les bautizó como el 'triunvirato', pero quien asumió la función de primer entrenador fue Juanjo. No fue algo casual, pero casi. Tanto él como Castaños tenían el carné UEFA Pro, pero el propio Castaños le propuso que fuera él quien figurara como máximo responsable. El asturiano se puso a los mandos del Racing, entonces ya sí como mandamás en la dirección técnica, hasta el 7 de marzo del año siguiente.
Durante este tiempo, el gijonés sumó tres victorias en Liga y una en Copa; tres derrotas en Liga y dos en Copa; y seis empates en Liga y otro en Copa. No pudo revertir la mala evolución del equipo, pero queda la duda de si alguien podía haberlo conseguido. De hecho, cuando Álvaro Cervera se hizo cargo del banquillo en las últimas jornadas, devolviendo a Juanjo a los despachos, sus resultados fueron peores. Y eso que 'Gafas' demostró posteriormente un gran hacer como técnico.
Salto a la selección española
Después de que, como a tanto otros, la descomposición del Racing a partir de 2011 se le llevara por delante, regresó a casa para entrenar al Real Avilés desde febrero de 2013 hasta junio de ese mismo año. Fue entonces cuando dio el salto a la RFEF, donde ejerció funciones de técnico analista, entrenador asistente y preparador de porteros en todas las categorías inferiores tanto masculinas como femeninas.
Formó parte de los cuerpos técnicos que conquistaron los campeonatos de Europa sub 17 y sub 19, el subcampeonato del Mundial sub 17 y la medalla de oro de los Juegos del Mediterráneo en 2018, con el propio Luis de la Fuente. Ese mismo año, pasó a formar parte del organigrama de la selección absoluta como analista de la mano de su paisano Luis Enrique, a quien conoció en las categorías inferiores del Sporting, y continuó en 2022 con la llegada de Luis de la Fuente, con quien logró la Nations League de 2023 y la Eurocopa de 2024.
Con la salida en febrero de este año de Pablo Amo de la selección española, el riojano eligió a Juanjo como su segundo de a bordo. Casi nada. Todo un mérito a ese trabajo que destaca en su perfil de LinkedIn, en el que tuvo que añadir una nueva tarea laboral. Una carrera profesional de fondo, en la que un ritmo discreto pero constante le ha llevado a ser número 2 de la mejor selección del ránking de la FIFA. Otro premio para un buen tipo, como el homenaje que le rindió recientemente el Sporting, al que, como al Racing, también sigue de cerca, en El Molinón.
España certificó su billete al Mundial de Estados Unidos, México y Canadá con un empate el pasado martes ante Turquía en Sevilla. Con ese resultado (2-2), logró la plusmarca de 31 duelos oficiales invicta de Italia y jugará su décimotercera Copa del Mundo consecutiva. Unos datos de récord.
Con la historia en la mano, y tras años de experiencia forjada en La Albericia, un pedacito del Racing estará en cierto modo en el Mundial con la Roja, una de las grandes favoritas a llevarse el trofeo. Si lo consigue, puede que en el avión suene algo de Bruce Springsteen a través del móvil de Juanjo, un técnico asturiano de corazón sportinguista y al que le va el roncanrol. ¿Les recuerda a alguien?
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