Villalibre, el rey del primer toque
Cuatro goles, con la derecha, la izquierda, de cabeza y en carrera, convierten al Búfalo en Pichichi de Segunda y en la sensación de este inicio de Liga. Cedido por el Alavés, el Racing tiene una opción de compra
Asier Villalibre ya es –a falta de que los partidos de hoy, lunes, den por concluida la tercera jornada– el máximo anotador de la categoría ... de plata con cuatro goles, por delante de su compañero Andrés Martín y del albacetista Agus Medina. Lo ha conseguido a pesar de no ser el lanzador de penaltis verdiblanco y de jugar solo media hora más el añadido en el segundo partido, precisamente frente al Albacete.
El Racing suma diez goles de los que el Búfalo no solo ha firmado cuatro. De forma colectiva ha participado en ocho y de modo directo, en seis, porque a su póquer de dianas se suma la asistencia que le dio a Íñigo Vicente y el penalti que forzó ante el Castellón, que Andrés Martín convirtió en el tercer y definitivo tanto verdiblanco. Y ya puestos a enumerar su recital de inicio de Liga, este sábado ante el Ceuta, mandó un tiro al palo y se inventó una vaselina –se excedió, las cosas como son– que le detuvo el portero. Lo más curioso de este panorama es que todo fue al primer toque. 'Pin, pan' y toma y trae. El delantero barbudo aprendió en las calles de Gernika hace 27 años –este mes cumplirá los 28– a jugar a la primera, como le decían en el cole sus primeros entrenadores. El instinto goleador del Búfalo le ha llevado a definir según le viene.Sin pensar. Con la izquierda ante el Castellón, de cabeza y con la derecha frente al Albacete, y en carrera, en un mano a mano con el portero este sábado al Ceuta. Pin, pan. No le hace falta regodearse, ni dormirla. A la antigua. Como los delanteros de antes.
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Sus cifras
4 goles
en tres partidos deLiga, uno de ellos como suplente. En solo 184 minutos, promedia uno cada 46.
7 disparos
Seis de ellos fuerona puerta, de los que cuatro terminaron en gol, uno lo paró el portero y otro dió en el poste.
Sus goles son música para el Racing, que ha visto en este polifacético personaje a un compositor de cabecera. En Gernika no solo aprendió a rematar, también el empeño de un colega de tardes de calle y bocadillo hizo que le prendiese la curiosidad en una 'electrotxaranga' de nombre Sakatu y terminara aprendiendo a tocar la trompeta. Al atacante, cuya frondosa barba le permitiría camuflarse en un capítulo de Juego de Tronos, le va la música y ya de pequeño quiso aprender a tocar el Txistu, ese instrumento típico del folklore vasco. Actualmente, forma parte del grupo musical Orsai, junto a varios compañeros del Athletic, y ocasionalmente es el vocalista, aunque, como en el campo, no le gusta llevar la voz cantante a pesar de que al final, es el que más ruido mete.
Del Baskonia al Bilbao Athletic y a la primera, como sus goles, al debut en la élite donde no se consolidó en La Catedral. Apostó por salir de casa y entró en un espiral decisiones sin el fruto deseado; Valladolid, Numancia y Lorca, para regresar al filial de Los Leones donde con 23 goles fue Pichichi en Segunda B. Fue entonces cuando le llamó el Racing, con un Chuti Molina al frente. Dijo que no, a la primera. Y tras pensarlo, en el siguiente mercado, el mandatario manchego, despechado y un poco ciego, le puso la cruz al Búfalo. Molina privó al Racing de Villalibre y el delantero supo que lo suyo es definir a la primera una vez más.
Sus cifras
1 asistencia de gol,
en concreto a Íñigo Vicente el sábado en el 4-1 frenteal Ceuta.
1 penalti forzado,
que Andrés convirtió en gol. Ha logrado sus cuatro dianas sin ser el lanzador desde los once metros.
El sábado compartió protagonismo con su paisano, Íñigo Vicente, que salió diciendo en voz alta lo mucho que se alegra porque «Villalibre es feliz, porque se siente importante». Ha caído de pie y toque a toque ha calmado los nervios que el racinguismo tiene por rematar su regreso a Primera esta temporada. Ha llegado a Santander con prisa, como la que siempre ha tenido su otra pasión, Fernando Alonso, a quien lleva inmortalizado en sus espinilleras en los partidos. Le gusta la velocidad y el mezclarse entre la gente en las fiestas locales y en eventos sociales. Es un tipo normal que en tres partidos ha hecho algo extraordinario y la grada grita su nombre. El Búfalo, con el tiempo, mutará a Bisonte.
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