El exilio que no gusta a casi nadie

El VRAC Quesos Entrepinares, vigente campeón de Liga, es quien primero visita el exilio del Ruth Beitia. Como curiosidad, cerró la primera vuelta en San Román ante Independiente (35-35) y abre la segunda hoy en La Albericia ante el Bathco. Su presidente, José María Valentín Gamazo, es tajante. «En definitiva, es otro despropósito por parte de la Federación. Porque si entramos en exquisiteces con las medidas... San Román tiene ahora las mismas condiciones que en septiembre. Si los argumentos son velar por la seguridad de los jugadores, de septiembre hasta aquí qué ha pasado», se pregunta. «Ahora, lo que se crean son agravios comparativos entre unos clubes y otros». Valentín apunta que incluso a su equipo le vendría bien el cambio, «porque San Román siempre se nos ha dado mal. Quizá si hubiésemos jugado contra Independiente en otro campo, el resultado hubiese sido otro». Pero el presidente del Quesos considera que «con ventajas o desventajas, pero todos en las mismas condiciones. Hay que jugar toda la Liga en el mismo campo». Valentín, al tanto de la problemática de los campos en Santander, añade que «ya en septiembre se sabía que el campo no iba a estar modificado para esta fecha»

El Ordizia será, junto con el Ciencias, el club que visitará a los dos equipos santanderinos en esta segunda vuelta. Desde el club guipuzcoano, que también ha tenido que pasar por el proceso de obras en su campo para cumplir con los requisitos de homologación de la Española, prefieren la prudencia. «Lamentamos la situación y lo único que podemos ofrecer es jugar donde nos digan», afirma Iñaki Galparsoro, presidente del Ordizia. «Nosotros también tuvimos esa presión de homologar el campo, donde fue necesaria una inversión de cerca de medio millón de euros». La imagen que da el rugby es lo que más entristece a Galparsoro. «Lamentamos que en el rugby, que somos cuatro, tengamos que estar así. Nosotros, dispuestos a jugar donde nos digan».

Entre que el rugby no tiene el apoyo suficiente para «hacer las cosas más rápido» y la Federación Española es «bastante rígida»... Ignacio Ardila es el presidente del Lexus Alcobendas. Uno de los equipos nobles de la Liga que también ha pasado por el calvario de las obras en su campo, Las Terrazas. «Es una tortura. No sólo por mover al equipo de División de Honor, sino también los entrenamientos de todas las categorías. Hay que cambiar calendarios, pedir favores...». A juicio de Ardila, «el mayor problema para el crecimiento del rugby en España es el tema de los campos. No está la cosa boyante en la mayoría de los sitios». Él aboga porque no se «deshomologuen campos si no hay una alternativa». En el caso de Madrid, la escasez de instalaciones obliga a muchos equipos «a jugar a las ocho o las nueve de la mañana». Lo que ha ocurrido en Santander con San Román, «que ya sé que llevan peleando con ello dos años y pico», no le suena bien. «A mí no me parece lo más sensato cambiar de campo a mitad de temporada. Ardila añade con resignación que «habrá que jugar donde nos digan y confiar en que San Román esté listo cuanto antes».

«En su momento, Independiente me envío una carta solicitando cambiar el orden de nuestros partidos. Y yo, en otra carta, pedí a la Española que prorrogara el campo de San Román. Me contestaron que eso no era competencia mía». Iñaki Sicilia, presidente del UBU Colina-Clinic de Burgos, considera que «es absurdo que nos hagan ir a otro campo. No entendemos que no se haya dejado acabar la temporada en San Román. Estas decisiones de la Española no ayudan». El máximo dirigente de los castellanos está al tanto del estado del Ruth Beitia. «Si está machacado, es peor que San Román». Y sabe del peligro que encierra para los rugbiers los artefactos de atletismo que el viernes y ayer se han lanzado ahí y los posibles agujeros que puedan quedar en el 'prao'. «Los atletas no tienen culpa de nada, sino quien autoriza que se juegue a rugby allí». Con San Román 'parado' durante tres meses hasta que empiecen las obras, Sicilia no ve otra cosa que «una cerrazón de la FER. Hay mucho malestar entre los clubes y la Federación Española». Sicilia brinda todo su apoyo a los dos clubes de la capital cántabra. «Les apoyamos y les entendemos, pero también entendemos que la Federación Española nos manda a un campo más peligroso que el otro».

«Si han dado una prórroga a San Román hasta enero, pero las obras no empiezan hasta marzo, no tiene mucho sentido cambiar ahora de campo». Miquel Martínez preside en la actualidad el club que, por historia, puede hablar en voz más alta. La Santboiana cumplirá el año que viene su primer siglo de vida. El decano del rugby español no ha jugado nunca en el Ruth Beitia, «pero por la información que tenemos de ese campo, es bastante peor que San Román», estima Martínez. El presidente del decano considera «un agravio para los equipos que jueguen en Santander en la segunda vuelta de la Liga». Y añade que si el argumento de la Española para no jugar en San Román es «la seguridad», parece que el Ruth Beitia «es mucho peor». Si le da por llover, el 'prao' de La Albericia se puede volver «impracticable. Y entonces, ¿qué hacemos? ¿Volvemos a San Román», se pregunta el máximo dirigente de la Santboiana. Martínez entendería la postura de la Federación Española «si no hubiese un compromiso de iniciar las obras. Pero habiéndolo...». Martínez no se explica que la Española pidiese a los equipos «por escrito aceptar el jugar la primera vuelta en San Román ¿Por qué no jugar ahí la segunda vuelta?

A uno de los pesos pesados de la Liga no le preocupa en exceso el tema de los campos en Santander. Es más. «A nosotros nos viene mejor el Ruth Beitia. Es más ancho», señala Santiago Toca, presidente del Silverstorm El Salvador. El dirigente del 'Chami' afirma que habrá que jugar «donde toque», aunque añade que «no me parece serio lo que ha hecho la Federación, una moratoria al campo y que luego anula». El campo del Ruth Beitia no es desconocido para Santiago Toca. «Nuestro segundo equipo ha jugado allí contra Bathco. Mejor jugar ahí que en Hernani cuando está inundado». Y añade que él siempre prefiere «un campo de hierba natural que uno de hierba artificial. Además, San Román es un campo pequeño».

En Sevilla también han padecido el exilio por obras en el campo. «En nuestra última temporada en División de Honor jugamos como locales en cinco instalaciones distintas», afirma Marco Caruz, el presidente del Ciencias Cajasol. Desde la distancia, en Sevilla han seguido la problemática de los campos en Santander. Sin saber si el Ruth Beitia está «en mejor estado» del que indicaban las noticias que han leído, «el campo está bien o mal para los dos equipos que juegan sobre él. Aunque el riesgo de lesiones sí que aumenta con terrenos irregulares». añade Caruz. A su juicio, «la Federación Española de Rugby derivó la responsabilidad a los clubes para la homologación de los campos sin tener en cuenta que la mayoría de las instalaciones en las que jugamos los equipos no son o no están gestionados directamente por los clubes. Además, habitualmente los compartimos con otros equipos u otros deportes y nos tenemos que adaptar a estas circunstancias. La FER debería haber liderado la búsqueda de financiación entre las distintas administraciones propietarias de las instalaciones de forma global y haber buscado un sistema que hubiese vinculado a esas administraciones con el rugby, que se sientan parte».