«Beethoven rompió moldes para crearlos de nuevo con las mismas herramientas»
A punto de cumplir 20 años, esta formación, que recala hoy en el Festival, recuerda la importancia de transmitir conocimientos a las nuevas generaciones
De camino a Galicia, donde ayer ofrecieron un concierto, Aitor Hevia (violín), Cibrán Sierra (violín), Josep Puchades (viola) y Helena Poggio (violonchelo) hacen un alto ... en el camino para atender a El Diario Montañés. Se van pasando el teléfono de uno a otro para hablar de música y del concierto que de la mano del Festival Internacional de Santander (FIS) ofrecerán esta noche en sala Argenta, del Palacio de Festivales, un escenario que aseguran es de sus favoritos y en el que de nuevo la obra Beethoven será protagonista.
-El concierto de esta noche en Santander no es el primero que ofrecen tras el confinamiento. ¿Cómo los están viviendo?
Cibrán Sierra (C. S.) -Con muchísima alegría, la verdad, porque ya hemos podido volver a aquello que da sentido a nuestra profesión que es compartir la música desde un escenario que es donde la música se convierte en una especie de comunión de almas y silencios al compartir un mismo espacio. En toda nuestra vida como cuarteto nunca habíamos estado tanto tiempo sin hacer música juntos y sin vernos. Volvemos con una música muy adecuada porque ese opus 132 de Beethoven es un himno de agradecimiento de una persona convaleciente.
-El coronavirus ha deslucido la conmemoración del 250 aniversario del nacimiento de Beethoven. ¿Qué destacaría de este compositor?
Helena Poggio (H.P.) La programación sobre Beethoven ha sufrido una gran merma y es justo que volvamos con él porque además para un cuarteto de cuerda es uno de los pilares fundamentales. Beethoven revolucionó la música del momento pues rompió todos los moldes para crear unos nuevos con las mismas herramientas. Para nosotros lo tiene todo y siempre es un reto y una alegría enfrentarnos a su obra.
-¿Cómo va a ser el concierto?
(H. P.) -Vamos a ofrecer dos cuartetos de cuerda, el opus 132 y el 135, dos obras que comparten muchas cosas pues, al ser las últimas que compuso, puso en ellas su yo más íntimo en un momento personal muy difícil para él a causa de su enfermedad, de su sordera, y a que estaba muy aislado del mundo.
-En 2018, dieciséis años después de formar el Cuarteto Quiroga, recibieron el Premio Nacional de Música. ¿Qué significó este reconocimiento para la formación?
Aitor Hevia (A. H.) -Nos enteremos en el lugar en el que ensayamos habitualmente y lo tomamos como un dulce que nos anima a seguir creyendo en nuestra manera de ver la música y en la forma en la que estamos haciendo las cosas. Fue, sobre todo, un momento muy dulce que nos proporcionó una gran alegría de la que aún no nos hemos desprendido.
-En dos años cumplen veinte como agrupación. ¿Tienen previsto alguna celebración especial?
(A. H.) -Tenemos previsto hacer un ciclo de seis conciertos que, de alguna manera, sirva de tributo a los tres grandes compositores que escribieron para un cuarteto de cuerda que son Haydn, Beethoven y Bartók. Ya hemos empezado a trabajar en ello porque son tres compositores que demandan mucha exigencia y que empezaremos a rodar por las salas de conciertos dentro de dos o tres años. Por su puesto esperamos poder ofrecerlos en Santander.
AGENDA FIS 69 EDICIÓN
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Hoy /Sala Argenta. Palacio de Festivales · 20.30 horas. violonchelo. Programa Cuarteto Quiroga. Aitor Hevia, violín. Cibrán Sierra, violín. Josep Puchades, viola Helena Poggio, Ludwig van Beethoven· Cuarteto de cuerda n. 15 en la menor op. 132· Cuarteto de cuerda n. 16 en Fa Mayor op. 135 'la difícil decisión'.
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Hoy/Marcos Históricos. Santuario de Nuestra Señora de Latas · Loredo · 21.00 horas. ARS Poliphonica. Programa 'Momentum'. Obras de N. Kedrov / C. de Morales / A. Makor/ A. De Klerk/ J. Tavener / E. Whitacre / R. Casovalle / J. MacMillan.
- ¿Cómo han conseguido seguir juntos todo este tiempo y cómo plantean las actuaciones?
Josep Puchades (J. P.) -El veinte aniversario nos va a pillar en un el mejor momento de madurez personal y musical. Cuando convives tanto con otras personas, casi más que con tu propia familia, se aprenden muchas cosas. Sobre todo a escuchar, y no solamente oír, que es algo fundamental en la música. Todos hemos dado mucho de nuestra parte para que el grupo siga adelante. Hay que ceder a veces, saber escuchar, dialogar y también discutir cuando hay que hacerlo. Pero siempre sabiendo que cuando un compañero tiene algo que decir por algo será.
-¿La música de cámara es un valor seguro para un festival?
(J. P.)-Siempre lo ha sido, pero ahora en tiempos de covid lo es todavía más porque los aforos son más reducidos y eso permite que la distancia entre la gente sea mucho mayor. En realidad, todos los festivales a los que estamos yendo están tomando unas medidas de seguridad absolutamente extremas y el público puede estar totalmente tranquilo.
-En Cantabria tienen muchos seguidores. ¿Qué significa para el cuarteto actuar en esta tierra?
(C. S.) -A nosotros nos hace mucha ilusión actuar en Santander porque tenemos una relación muy especial con ella. Cuando estábamos en proceso de formación como cuarteto, decidimos especializarnos en la Escuela Reina Sofía y eso nos llevó varios veranos a participar en el Encuentro de Música y Academia en esa ciudad para recibir clases de maestros importantísimos de los que aprendimos mucho. Además pudimos conocer a jóvenes colegas que ahora son grandes intérpretes. De verdad, que Santander para nosotros es un lugar con el que como cuarteto mantenemos un vinculo muy especial. Así que volver, y de la mano del Festival que gestionan tan brillantemente Valentina Granados y Jaime Martín, nos hace mucha ilusión.
-También se dedican a la docencia. ¿Qué importancia tiene esta faceta para el cuarteto?
(H. P.) -Casi desde los inicios como cuarteto empezamos a dar clase. Primero estuvimos los cuatro en el Conservatorio Superior de Aragón en Zaragoza y ahí nos dimos cuenta de lo mucho que aprendíamos, no sólo como músicos si no también sobre la importancia de trabajar en equipo y, sobre todo, de lo importante que era pasar el relevo a las nuevas generaciones.A día de hoy nos hemos ido separando por distintos centros y estamos muy felices. Cibrán está este año en el Mozarteum de Salzburgo, Josep en Musikene, Aitor sigue en Zaragoza y yo en el Conservatorio Superior de Madrid. Los cuatro estamos ahora repartidos pero con un gran amor por la docencia que nos gusta reivindicar porque es muy importante que alguien pueda beneficiarse del conocimiento que hemos adquirido de grandes profesores.
-¿Qué proyectos inmediatos tienen?
(A. H.) -En septiembre continuaremos con la grabación de un disco, el sexto de nuestra trayectoria, que dejamos a medias por la crisis sanitaria y ese mes también tenemos conciertos en Holanda, Bélgica, Estambul, entre otros sitios. La agenda para noviembre también está muy cargada. Pero tal y como está la situación sanitaria somos cautelosos y hacemos planes a muy corto plazo.
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