Carlos Núñez: «En mis conciertos la gaita suena más fuerte que una actuación de AC/DC»

-Este concierto está dentro de la gira más larga que hemos realizado hasta la fecha. Son cincuenta conciertos que incluyen lugares como Dublín y Edimburgo. La gira es para presentar este libro, que va ya por la cuarta edición. He estado tres años escribiendolo y estoy contento.

-Me lo propuso Espasa, la editorial. Me propusieron hacerlo en seis meses y he tardado tres años, no sabía que el asunto tenía tanta miga. En los últimos años se han producido grandes novedades sobre el mundo celta que han dado la vuelta a todo lo que se sabía. Hoy los mayores expertos están convencidos de que la verdad no es lo que nos han vendido y que el mundo celta más antiguo nació en el Atlántico. El mundo y la música celta están rodeados de un halo de misterio, brumas, magia... pero faltaba la parte científica y la respuesta a preguntas como ¿hubo realmente celtas en España? o ¿la gaita nos llegó de los escoceses o fue al revés? La respuesta viene de los propios escoceses que están convencidos de que la gaita les llegó desde España. Hoy sabemos que tenemos la suerte de vivir en un lugar de la tierra situado entre el Mediterráneo y el Atlántico. Son dos formas distintas de sentir la vida y a España llegaban todas las novedades de uno y otro mar y en la península sucedía una síntesis. Otros hechos que sabemos hoy es que la gaita se reinventó en España y de aquí fue a Escocia o que las lenguas celtas más antiguas del mundo están en España, algunas datan de Cantabria. España ocupa un lugar privilegiado en el mundo celta, igual que los irlandeses o escoceses.

-Desde pequeñito, la música celta me transmitía una energía especial. No sabía que era pero sentía unas emociones muy fuertes, una alegría o una tristeza increíble. Nada parecido a otras músicas. La música celta está conectada con la naturaleza, pero hoy lo que creo que la hace especial es que se trata de un proceso de largo recorrido. Estamos frente a un género que une a toda la Península Ibérica y la franja Altántica. Es una música única que ofrece un viaje en el tiempo, desde la música celta de hoy, de las bandas sonoras de películas, pasando por cómo entendía Beethoven o el Barroco la música celta hasta los ritmos más antiguos. Algunos manuscritos se acaban de descifrar y proceden de los bardos ingleses. La música celta está aún viva en las músicas tradicionales nuestras más profundas, en el rabel de Cantabria y en el rock and roll. ¿Por qué? Porque los emigrantes ingleses iban a Estados Unidos y llevaban su música. El pop y el rock británico están llenos de esos sustratos celtas, cosa que no ocurre en el español. El pop español suena más a tonadilla, opereta, zarzuela... La música celta tiene toda una escala de colores que inducen a estados de ánimo diferentes. Hoy hay una nueva generación de creadores en España que conocen esta música profundamente. Esto es algo que a la gente le sorprende mucho y se pregunta cómo es posible que sistemas musicales de la época de los bardos, con las liras y con las arpas de hace dos mil años, puedan hoy seguir activas en el rock y en el pop actuales.

-Existe toda una generación que está cambiando. Hace muy poco Rosalía contestaba a un youtuber de moda, Salvador Sobral cantó hace poco una canción de Mikel Laboa y este año Amaya, de 'Operación Triunfo', con una pandereta en la mano cantando un villancico asturiano... Todo ello pese a que durante años la parte norte de España se ha convertido en la cara oculta de la luna. Madrid, desde los años ochenta, ha desconectado de su norte musical por una modernidad mal entendida que creía que con la democracia, para ser modernos, había que cortar con nuestras tradiciones y nuestro pasado. Por eso, me gusta ver a esta nueva generación. Es necesario hacer un llamamiento a estos jóvenes creadores de músicas urbanas para que se inspiren en la tradición. Si no lo hacemos en diez años, es probable que el patrimonio musical de nuestros abuelos se pierda. La música celta no debería ser nunca un guetto, sino la fuente de inspiración de cualquier creador. Cualquier músico latinoamericano pone el sello de sus raíces en su música, cosa que no sucede en España, especialmente en el norte. Hay que espabilar.

-La gaita fue reinventada en la Península Ibérica hace mil años, con adelantos tecnológicos. Multiplicaron el volumen de su sonido, fue un pepinazo. Mi gaita produce 110 decibelios y cuando tocó AC/DC el verano pasado en Suiza, las leyes no les dejaban pasar de los 100 decibelios. Mi gaita suena más fuerte que un concierto de AC/DC. Lo que más me llama la atención de la gaita es esa energía que emana y transmite sensaciones muy fuertes.

-Mi musa es el mar y los increíble es que ha sido así desde que soy pequeño. Entonces tocaba junto a las rocas en el mar. Y resulta que ahora los arqueólogos dicen que el mar es quien ha hecho posible la música celta. Ahora lo entiendo todo. El mar es mi musa pero también lo ha sido de otros músicos durante miles de años.

-El año pasado hicimos un concierto en la Catedral de Santiago y lo grabamos. Todavía no he tenido tiempo de ver esas grabaciones porque esta gira está siendo muy intensa.

-No se le puede pedir más porque siempre ha estado ahí ofreciendo su sabiduría. Lo que se puede pedir a nuestro país es que beba de la música celta para hermanar, porque une y nos puede hacer mucho bien.