Copernicus Dreams
«Defendemos poder saborear la música poco a poco»El grupo castreño Copernicus Dreams publica su cuarto disco, 'El viaje', el primero en castellano
No es un disco más, porque trae novedades, pero lo cierto es que Copernicus Dreams ya no se ponen nerviosos ante la publicación de un nuevo trabajo. El cuarto, 'El viaje', acaba de ver la luz. «Cuando terminamos el disco ya no es nuestro y viene lo fácil, compartirlo con la gente y tocar, que es lo que más nos gusta», dice Chus González, compositor, voz y guitarra. Junto a él, Kike Ibáñez al bajo, Joseba Vinatea a la guitarra, José Ochoa en la batería y Pablo Gil a los teclados.
'El viaje' de la banda castreña llevará a la banda «a muchos sitios». A un periplo personal, interior, a un viaje físico al sur de Estados Unidos, la cuna del blues, el rock y el soul. «Y un recorrido por los casi doce años desde que se formó Copernicus Dreams». Le dieron vueltas al nombre y «como casi todo en este disco» fue llegando sin buscarlo mucho.
Muchas de sus canciones hablan de cosas que ocurren en viajes a Nueva Orleans, Mississippi, Memphis. Los orígenes de los temas que facturan, que tienen mucho que ver, precisamente con el movimiento y la evolución de esos géneros y de sus propios intérpretes. Del cohete en la portada anterior, ahora pasan a un globo. «Me apasiona mirar al cielo y en todas las portadas hay algo relacionado con esa idea», también en el nuevo diseño colorista de Iván Vicedo. Algo que tiene mucho que ver con su propio planteamiento; «Somos un grupo resiliente y bastante animado; para tener hoy en día una banda de rock y hacer americana, tienes que serlo».
Un estilo que sigue teniendo fieles. No caduca, porque «es la base de todo». Los Beatles seguirán siendo los Beatles «pase lo que pase», al igual que «los Stones, los Who, los Kinks, Elvis…». La música «con la que hemos mamado desde pequeños, esa no va a pasar». Respetan las nuevas corrientes, «porque si la gente las escucha, algo verán», pero lo suyo es lo clásico. «El perfil de nuestra audiencia es el de quien busca algo especial en la música». Están contentos porque «al final, son los que siguen comprando discos». Gente que va a conciertos.
'El viaje' sale también en vinilo. «¿Quién le iba a decir a los vinilos que iban a volver con más fuerza siendo más caros incluso de lo que eran antes?», reflexiona González. Lo digital es «un mal necesario», pero ellos, enamorados del soporte tradicional, que suman unos cuantos años y un puñado de transformaciones, de haber grabado en analógico, tener cassettes y cds, defienden el «poder saborear la música poco a poco, aunque vivimos en una sociedad muy fast food para todo». Algo que consideran injusto, «porque hay mucho trabajo detrás».
Cambiar de idioma y pasarse al español, ha sido un ejercicio complejo. «Cantar en inglés era algo que me salía natural, porque la música que escucho de siempre es anglosajona», explica González, que, sin embargo, nunca dijo de este agua no beberé. Quique González, M-Clan, Vetusta Morla son grupos actuales que menciona y le gustan. Pero decidió hacer «una pequeña trampa». No le dijo nada al resto de la banda y en un periodo de impasse, comenzó a probar en casa, con la guitarra. «La mayor dificultad era que me sentía muy ridículo», reconoce. Necesitaba quitarse los miedos y empezó a hacerlo «tranquilo, sin ninguna presión ni perspectiva». Cogió temas anteriores y los adaptó. Cuando los presentó a sus compañeros, nadie huyó. «Todo el mundo valoró que siguiéramos ese camino y se fue transformando hasta que surgió la idea de hacer el disco cien por cien en castellano». Se podrá escuchar sin tardar en citas como las presentaciones en su casa, en Castro el anunciado concierto en la Feria del Libro de Santander, Felisa, en la Plaza Porticada.
Uno de los singles que ha dado paso a 'El viaje' fue 'Tocando fondo'. ¿Viene de una experiencia real? González explica que, a día de hoy «nunca he podido escribir canciones inventadas». Es una forma de «liberarse de los demonios». Desde la felicidad a la tristeza, «la música es una válvula de escape». El single fue lo que le ocurrió a alguien cercano a la banda, un mensaje para agarrarse a lo bueno y volver arriba. Mantener una banda hoy en día es un poco como «los discos chinos de Enrique y Ana; requiere tiempo y sacrificio». Por eso reconocen momentos de subidas y bajadas.
Para Copernicus Dreams estar contentos es sentirse satisfechos con el trabajo realizado. Grabaron en Gaua Estudio por Jon Asier Zubelzu, con Toni Brunet mezclando los temas del disco, masterizado por Mario Alberni en Kadizfornia… Como resultado: «Lo estamos», afirman. En la actualidad se sienten estables y en un buen momento. Lo que dure es lo de menos; «Hemos aprendido a disfrutar sin pensar constantemente en el futuro».
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