«No he tenido ningún complejo para probar sonidos en el disco»
El reconocido guitarrista y responsable de Moon River Estudio, publica su primer disco en solitario de título homónimo
'El último instante', 'Dos puñaladas' o 'Será mejor mañana' son algunas de las canciones que forman el primer trabajo en solitario de Fernando Macaya. ... El músico y productor cántabro, reconocido en su labor de guitarrista junto a Duncan Dhu, Mikel Erenxtun, Luis Auserón, Los Deltonos o Micah P. Hinson, se ha lanzado a la piscina y el resultado es un disco con diez temas. Quien piense que solo encontrará rock, se equivoca. Hay mucho más. Con Maxi del Campo como mecenas, su hermano Miguel como autor de la portada, que tuvo clara mucho antes de saber cuándo iba a grabar el disco, y tres músicos de sobrada experiencia acompañándole, comienza un camino que a buen seguro tendrá más paradas.
–¿Qué le lleva a dar el paso de lanzar este disco ahora?
–Era una cosa que tenía en mente desde hace unos cuantos años, pero estando tan ocupado entre grupos, giras y el estudio, no encontraba el momento. Me propuse hacerlo antes de la pandemia y ha coincidido con esos meses de parón. Tenía bocetos, ideas, frases y me puse a ello en serio. Con papel y lápiz. Terminé algunas canciones, otras las hice nuevas, las fui maquetando en casa con la ayuda de Karlos Arancegui a distancia.
–¿No era la idea hacerlo durante la pandemia sino que ese tiempo encajó?
–Eso es. Aproveché mucho esos primeros meses de confinamiento. Yo le enviaba ideas a Karlos, él grababa las baterías y así fui montando unas bases y maquetas que después terminé grabando en el estudio.
–En total, ¿de cuánto tiempo estamos hablando en este proceso?
–Ha sido largo en el tiempo, más que de trabajo en sí, pero a veces por inseguridades. No tenía ninguna prisa además, porque era algo para mí.
–¿Conoce más casos de músicos o productores que se hagan discos así porque les apetece, como en su caso?
–Paco Loco por ejemplo, es productor y no para de trabajar, pero en sus ratos libres saca tiempo para grabar con Los Jaguares. O Joe Henry, un súper productor que después graba sus discos con su nombre. ¡Curiosamente, me gusta más cuando hace de productor que cuando graba sus discos!.
–Ha mencionado a Arancegui. Hay más músicos tocando en este trabajo. ¿Cómo ha hecho la selección?
–Con Karlos he tocado muchos años, tanto con Duncan Dhu como con Mikel Erentxun, hemos pillado mucho feeling a nivel de gustos musicales y es un tipo muy solvente. Para mí el mejor batería que hay en España y además se lanza sin ningún problema a cualquier reto. Él me ayudó mucho con las maquetas, sobre todo para animarme, porque cuando ves tus canciones desnudas, solo con la guitarra y la voz, en cuanto metes una batería, te animas. En los teclados está Mikel Azpiroz, al que también conozco de las giras de Duncan Dhu. Es un músico bestial, que ha metido pianos, hammond, sintetizador. Y en el bajo, Borja Juanco, un músico de aquí y yo con la guitarra y las voces. Ha sido una gozada tocar con ellos.
–También un cambio de rol, porque pasa a ser quien da todas las indicaciones para que todo suene como quiere que suene
–Sí y es una cosa que resulta un poco difícil. Cuando yo produzco a alguien, soy la persona que le está animando y diciendo que todo va bien, que no se preocupe. Y en este caso estás como solo. Si tuviese mucha pasta o estuviese con un sello discográfico potente, seguro que habría elegido a alguien para que me produjese.
–¿Ha sido complicado entonces?
–Más que complicado, como tienes todo el tiempo del mundo… La gente cuando va a un estudio está pendiente también de la parte económica, pero en mi caso, en mis ratos libres voy haciendo lo mío sin ninguna prisa, ni ninguna presión de fecha. Grabas una cosa un día, a los días lo escuchas, decides hacer un cambio y así te puedes pasar toda la eternidad. Estoy contento con el resultado.
–¿Es de los que al escucharlo de nuevo sigue viendo posibles cambios?
–No, una vez terminado ya tengo todo en la cabeza bien. De hecho hay detalles que los músicos saben que están ahí y no les doy ninguna importancia. Me terminan gustando. Suena bien y la respuesta que estoy teniendo es buena.
–Definamos el resultado, entonces...
–Son canciones muy diferentes entre sí, pero como la música de todos los grupos, cuando son los mismos músicos tocando, al final, aunque hagas cosas distintas siempre tiene un nexo en el sonido. En este disco hay música americana, pero también momentos brittish. No he tenido ningún complejo para probar cosas.
–Hay psicodelia, rock latinoamericano, la pátina del rock más eléctrico y tiempo más lentos. Un abanico amplio, ¿con una base sonora que sería el rock?
–Sí, seguramente. Escucho de todo, esa sería la base, pero también hay momentos más 'baladosos' y he estado muy pendiente de las letras, que para mí es la parte más compleja y que me iban llevando a uno u otro camino. Y cuando te juntas con los músicos, pruebas cosas y ellos aportan un sonido que no esperabas, salen otras cosas. No es un disco de estándar rock, sino que tiene bastantes colores distintos.
–En cuanto a las temáticas, hay ruptura, cambio, toma de decisiones. ¿Había un hilo conductor?
–Cuando lo escuchas parece que hay bastante pesimismo, pero no ha sido algo premeditado. En algún caso son historias que sí quería contar, pero realmente es más volátil. A veces salen las letras a raíz de una simple frase.
–Pongamos un ejemplo de frase: «La codicia mata lentamente pero a veces es certera si la usas con el corazón».
–Es verdad, ¿no? (ríe). A mí esa frase también me mola. La codicia, cuando ansías algo demasiado, por un interés económico, es menos sano que cuando lo sientes de corazón.
–¿Cómo puede uno hacerse con este disco?
–Ahora mismo solo está en formato vinilo y lo tienen en Discos Cucos. Ana es para mí la heroína de la música en Santander. Más que los músicos incluso, porque hay que ser una valiente para tener una tienda y llevarla con esa energía. En breve también estará en las plataformas digitales.
–¿Y después lo llevará al directo?
–Sí, pero estas fechas de verano no son las mejores y esperaré un poco para mover los hilos y presentar en Santander, desde luego, en Madrid y Barcelona, con banda.
–Una vez probada la experiencia, ¿se plantea repetir con nuevas entregas?
–Desde luego que sí. He grabado más canciones, pero como iba a salir en vinilo y solo caben 22 minutos por cara para que suene bien, entraron las diez que están. Y estoy componiendo más. Tengo una buena colección ya para un próximo disco y para tocar más cuando estemos en directo. Ahora está la dificultad de darme a conocer en solitario; puedo ser conocido por haber trabajado con otras bandas o producir discos, pero esto es un cambio.
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