«Creo que estamos al inicio de una era; la forma de entender los negocios ha cambiado»
La compañía cántabra participa el lunes en la Cumbre del Clima en Madrid para glosar los avances del sector y los desafíos futuros
JESÚS LASTRA
CABEZÓN DE LA SAL.
Sábado, 7 de diciembre 2019, 07:58
Juan Parés (Cabezón de la Sal, 1960) tiene claro que la sociedad ha cambiado y que la industria que no evolucione está llamada a desaparecer. ... Con la sostenibilidad como bandera, el presidente de Textil Santanderina, que sólo en Cabezón de la Sal tiene cerca de 340 trabajadores con una facturación prevista para 2019 en el entorno de los 88 millones -el 80% gracias a la exportación-, analiza el futuro del sector y la estrategia para competir a nivel mundial.
-El lunes Textil Santanderina participa en la Cumbre del Clima en Madrid, ¿qué mensajes pretenden trasladar?
-Lo que vamos a intentar es seguir apoyando de una manera decidida lo que hemos venido haciendo durante mucho tiempo. Concienciar al sector textil de que tenemos que ser un ejemplo de cómo se deben hacer las cosas con respecto a las responsabilidades de las compañías que tienen un impacto en el planeta y sus habitantes en diferentes vertientes. Es buena oportunidad para decir lo que hacemos: que el textil español está a la vanguardia de la sostenibilidad, algo de lo que se tiene bastante desconocimiento. Ha habido grandes avances tecnológicos tanto en productos como en procesos. Nosotros empezamos a depurar en el año 82. Nuestra planta de cogeneración se instaló en el 95. No somos nuevos en esto. Somos activos en promover que las cosas se sigan haciendo bien. La mejor manera de lograrlo es con el ejemplo.
-¿Qué medidas está adoptando el sector nacional para favorecer la acción climática?
-Está lanzado en este tema. Creo que el sector está a la vanguardia mundial. No deja de ser un factor a medio plazo de competitividad. La sociedad va por un camino muy claro, en el cual la trazabilidad se va a convertir en uno de los ejes. Demostrar con datos lo que estás haciendo. Es una exigencia realmente importante. El consumidor está cada vez más formado y va a ser más exigente. Comprará más por trazabilidad que por el hecho de que sea moda o no moda. Se pueden hacer las cosas con trazabilidad y con moda.
-¿Cuánto tiempo y cuánta inversión le ha supuesto a la compañía alcanzar esta posición de liderazgo sostenible en la industria textil?
-La inversión hace muchos años que la manejamos en base a un factor clave como la innovación. Dentro de ésta, está la innovación en procesos e, integrada, uno de los factores importantes para decidir es la sostenibilidad. Las inversiones de los últimos diez años se han adoptado en un porcentaje importante en base a estos parámetros. Teniendo en cuenta que cada ejercicio invertimos una media de tres o cuatro millones, saca las cuentas. No podría decir a partir de ahí si ha sido el 80 o el 50 por ciento en función del año o el tipo de máquina, pero todo tiene relación. Hasta una continua tiene que ver, pues hablamos de energía. Ahorros anuales del 5% influyen. Cualquier cosa que haces impacta sobre el medio en el que estás.
-Habla de energía, ¿en qué estado se encuentra la transición de Textil Santanderina?
-Estamos desarrollando un proyecto integral. Generalmente trabajamos por trienios, pero en el ámbito energético estamos dibujando un planteamiento con vistas a 2035. Nuestra planta es de alta eficiencia energética. La idea era que a los kilovatios se uniera vapor, calor... Está diseñada para el aprovechamiento calorífico y térmico. Nos ha dado una perspectiva totalmente distinta a otras plantas, que se han olvidado de que son fabricantes y se han dedicado a la venta de energía con la prima. Como las cosas han cambiado, estamos diseñando un plan ligado no sólo a Cabezón de la Sal, sino a nuestras plantas de otros enclaves. Nuestro desarrollo pasará por ver qué podemos hacer en cada sitio. Estamos definiendo nuestra aproximación en cada terreno en función de las variables actuales. Creo que hoy es posible generar la energía en el Mar del Norte y repercutirla en Santanderina. Tenemos previstos planes fotovoltaicos, energía eólica y una reestructuración con innovación profunda de generación de electricidad a través de ciclos combinados. El textil va desde el agua al consumidor, integramos todo lo que se puede transformar, lo que nos permite tener posibilidades, y dificultades, distintas. Se van a dar oportunidades importantes a partir de este momento. Creo que estamos al comienzo de una era, la forma de entender los negocios ha cambiado. Para los que fabricamos en Europa, el valor añadido y el relato debe ser diferente. La velocidad de adecuación de los procesos ha mejorado notablemente. Soy optimista, veo que la sociedad va alineada.
-En el complejo de Cabezón de la Sal prima la cogeneración, ¿verdad?
-Nosotros aquí trabajamos con nuestra generación. Uno de los temas que llevamos analizando para ver si salen los números es el asunto fotovoltaico. El año que viene tendremos energía de este tipo, aunque aún no sé decirte en qué proporción.
-¿Qué le parece el borrador del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (Pniec)?
-Sobre eso no voy a opinar. Es complicado. De alguna manera lo que necesitamos es estabilidad y que las cosas se hagan en relación a algo. Puedo tener un plan de energía que sea estable, pero si me resta competitividad... Tenemos que tener claro que vivimos en un mundo global. No tengo competidores en España prácticamente, tengo competencia en Bangladesh, Pakistán... Nuestro máximo competidor es Turquía, el más agresivo y subvencionado por la Comunidad Económica Europea. Por tanto, un Plan de Energía, de cualquier sector, debe integrar la situación del país y la competitividad que quiere tener. Si el factor clave del Plan son los impuestos y la recaudación, pues tendremos un documento enfocado a unos temas. Que no lo critico porque no sé lo que conviene al país, pero desde el punto de vista industrial flaco favor nos hace. Ojo con lo que hacemos porque la industria está sufriendo con los costes energéticos. Dígame lo que vale la energía y los costes, y ya le diré yo si creo tantos empleos o yo cierro.
-Ha mencionado la competencia global. ¿Cómo lucha Textil Santanderina con estas reglas dispares?
-Sabemos sólo una cosa. En 2029 la gente seguirá yendo vestida por la calle. Es evidente que hay factores, como la mencionada energía, que en ocasiones te ponen las cosas muy difíciles. Dentro del sector industrial vamos a seguir teniendo armas, sobre todo la más poderosa, las personas. El futuro pasa por las personas y la formación de éstas y su aplicación. No basta sólo con la formación, sino que ésta debe ser entendida como aprendizaje.
-¿Están teniendo problemas para atraer personal especializado a Cabezón de la Sal?
-(Ríe). Tenemos que ser conscientes de que las oportunidades que se generan en Cantabria tienen la misma validez que las que surgen en Granada o Poitiers (Francia). El problema es la centralización de esas oportunidades. Es muy difícil atraer gente con formación a un pueblo como Cabezón de la Sal. El grado de dificultad se incrementa cuando la formación es mayor. ¿Por qué? Hay polos de atracción muy fuertes, como Madrid. Hasta una cierta edad hay que atraer a la gente con proyectos que ilusionen, flexibilidad y capacidad de aprendizaje. A ese nivel cuesta esfuerzo y dinero. Pero se puede conseguir. Me preocupa, pero sólo de forma relativa.
-Volviendo al tema de la globalidad, ¿qué papel están jugando las filiales extranjeras para sostener la competitividad del Grupo?
-Considero que una empresa europea que no sea capaz de vender en China o India como países potentes en desarrollo y capacidad muy fuerte a futuro lo va a tener complicado. En los años 90 nuestro objetivo en los países en los que estábamos fuera era comprar, ahora vender. Debemos hacer esfuerzos muy fuertes por comercializar en este tipo de países, sobre todo a través de una apuesta innovadora. Hoy la innovación está en China y Estados Unidos. Es muy difícil hacerlo en Europa cuando los materiales los tienes que comprar en Asia. La I+D es el punto de apoyo para nuestra estrategia de vender en esos lugares. Hoy son competencia, pero el consumo va a crecer allí. Lo que hoy es débil, mañana será una fortaleza. En este tiempo no hemos sido capaces de vender en esos mercados lo que deberiamos. Ocurre que a esos países se les permiten ciertas licencias que a una industria europea no se le autorizan. Hay que regular y poner las mismas condiciones para todos. Si yo contamino y pago 10, que mi competencia también lo haga.
-¿Ve eso factible?
-¿Tú ves factible que los países a nivel político se pongan de acuerdo? Bajo mi punto de vista la sociedad está demandando a las empresas lo que los políticos no son capaces de darle.
-Habla de innovación. Santanderina renueva maquinaria de forma constante. ¿Cómo se equilibra la automatización con el mantenimiento de mano de obra en una empresa con tanta influencia en su entorno?
-Hoy Europa tiene un problema enorme. La innovación no genera incrementos de PIB. Nosotros innovamos entre el tres y el cinco por ciento de la facturación, y no crecemos. En China y en EE UU sí les sale rentable. Hay que ver en qué no tenemos que innovar porque ya funcione bien. La innovación está sirviendo para reducir costes y ser más eficientes. El efecto inmediato es la reducción de mano de obra. Además, la digitalización genera que dé igual tener un ingeniero que un señor que sale de la calle sin cualificación. También se impacta salarialmente. ¿Nosotros dónde vamos para combatir esto? Diseñar las máquinas con la gente que hace las máquinas, para generar procesos distintos donde la persona tenga ese conocimiento que nos diferencie. Innovación ligada al sistema y no a desarrollos puntuales de producto.
«Europa tiene un claro problema de competitividad»
El futuro económico tanto a nivel coyuntural como de la Comunidad son otros de los asuntos abordados en la entrevista con Juan Parés.
–¿Cree que vamos camino a la recesión o la economía saldrá de la ralentización actual?
–Europa tiene que tener clara cuál es su estrategia industrial. Se habla mucho y se hace poco. Tenemos un claro problema de competitividad en el continente. Necesitamos un modelo que se integre y forme parte de un eje que ya no está en Europa. En mi opinión, Europa en el textil no es el eje de nada. Afortunadamente sigue habiendo compañías retail que lo están haciendo muy bien. Luego tenemos la marca, que sigue teniendo mucho valor. Europa ha sido marca industrial, pero cada vez es más marca de conjunto histórico-nacional. Por eso tengo muchas dudas de lo que será Europa en 2030. La tecnología 5.0 va a suponer un cambio brutal, pues acerca al hombre a la máquina. El blockchain también será un cambio muy importante por su importancia en la trazabilidad. El 3D tendrá también un gran impacto... Y luego los materiales, el gran cambio que nos viene es la biotecnología.
–¿Por dónde debe ir Cantabria en ese horizonte 2030?
–De Cantabria no opino, para eso tengo gente que lo hace por mí, que se llama CEOE.
–¿Pues qué le parece el Plan Cantabria 2030 de la patronal?
–Creo que son coherentes y va por donde hay que ir. Cantabria necesita un modelo que esté equilibrado. Si sólo miro lo que necesita la industria, voy sesgado, por eso no quiero hablar. No sé lo que necesita la Comunidad en turismo, energía o industrias hoteleras... Sería injusto opinar de lo que no sé. Por eso los organismos son los que deben buscar lo que Cantabria necesita.
–Presume de que Cabezón es su pasión, ¿qué labor social realiza su organización en el entorno?
–La primera, intentar mantener el empleo que, sinceramente, no es fácil, y es fundamental. La segunda, la formación. Es fundamental crear talento para poderlo atraer. Si no lo hay, estás muerto. Estamos involucrados a nivel social con la juventud, pero desde los dos años. Con acuerdos educativos y con patrocinios deportivos para cerca de 600 niños.
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