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Facilitar la liberación controlada de fertilizantes sin causar ningún tipo de impacto ambiental. Eso es lo que ha conseguido el Centro Tecnológico CTC de Cantabria con un sistema innovador desarrollado dentro del proyecto europeo Agro4agri vinculado al Programa Horizonte Europa y financiado con 5,3 millones de euros. El desarrollo aportado por la entidad a este consorcio en el que participan trece organizaciones de siete países consiste en un sistema químico de encapsulado que permite una liberación controlada y precisa del fertilizante cuando entra en contacto con el agua, ya sea de lluvia o de riego, con precursores naturales, como el mentol o los ácidos grasos.
Los avances logrados por los investigadores del centro de investigación cántabro CTC se han presentado ese viernes por la mañana en un acto en Santander con motivo de las dos jornadas de trabajo del proyecto europeo que han acogido sus instalaciones. Unas intensas jornadas de trabajo en las que han participado una treintena de los investigadores para poner en común los avances logrados dentro del proyecto Agro4agri que lidera el centro tecnológico valenciano Ainia para establecer un nuevo camino hacia una agricultura más eficiente y con menor impacto ambiental.
Si se alcanzan los resultados previstos entre la colaboración de las distintas instituciones implicadas dentro de este proyecto se prevé reducir el uso pesticidas en más del 50%, aunque las diferentes iniciativas en desarrollo todavía tienen un nivel de madurez bajo. El granito de arena que aporta el CTC desde Cantabria como único colaborador de la región es un sistema que ha presentado este viernes y con el que ha logrado «avances muy prometedores» para obtener un sistema químico de encapsulado que permita una liberación controlada y precisa del fertilizante con unos reactivos que, según los estudios realizados hasta la fecha, no causa ningún impacto medioambiental e incluso puede ser beneficioso para el crecimiento y el desarrollo de las propias plantas.
La liberación controlada es un sistema que propicia una dosificación más lenta de los fertilizantes albergados en el interior de las nanopartículas. Gracias a la nanotecnología, las plantas reciben una cantidad constante de nutrientes durante un período más largo, que evita la pérdida de nutrientes y mejora la eficiencia en la nutrición de las plantas. Como meta a conseguir, AGRO4AGRI ha establecido un plazo de hasta 30 días frente a los fertilizantes convencionales, cuya liberación oscila entre 4 y 10 días. Esta circunstancia evitaría la situación actual en la que el propio ritmo de absorción de las plantas provoca que se desperdicien dos tercios de los fertilizantes utilizados.
Asimismo, el grupo de trabajo liderado por Ángel Yedra ha progresado notablemente en la caracterización de los nanotransportadores o 'nanocarriers' que actuán como 'vehículos' de los fertilizantes tradicionales en este tipo de sistemas. Dado que las partículas empleadas (nanoarcilla y sílica porosa) tienen un pequeño tamaño y una alta superficie específica, se puede usar una cantidad menor de principio activo para obtener el mismo efecto que los fertilizantes actuales. Los investigadores de CTC ya han conseguido una impregnación de 80%. Un porcentaje muy elevado que facilita la prolongación del suministro constante de nutrientes.
Más allá del incremento poblacional y los efectos del cambio climático cabe significar que Agro4agri aborda de forma simultánea los principales desafíos ambientales de las prácticas agrícolas europeas. Sus resultados impactarán en cuestiones tan relevantes como la contaminación y degradación de los suelos de cultivo; la reducción del consumo de agua y sus procesos de contaminación; la mejora de la eficiencia de los agroquímicos o la transición hacia sistemas alimentarios más sostenibles. los primeros ensayos se van a realizar en plantaciones de maíz, tomate y sandía repartidas entre España (Valencia y Salamanca), Bélgica e Italia. No obstante, el ánimo del proyecto es extender los nuevos desarrollos a otras siembras y diferentes localizaciones.
El consorcio del proyecto está formado por trece beneficiarios de siete países diferentes. Coordinado por AINIA (ES), cuenta con la participación del Centro Tecnológico CTC (ES), la Universidad del Sur de Dinamarca – SDU (DK), la Universidad Técnica de Dinamarca – DTU (DK), la Fundación Cajamar (ES), el Centro de Investigación Hoogstraten (BE), SIPCAM OXON (IT), el Instituto de Estudios Avanzados de Viena – IHS (AT), la empresa gallega Syspro (ES), la compañía de fertilizantes Mirat, el grupo internacional FI Group (PT y ES), así como Optimat (UK) como socio asociado
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