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Mario Draghi, presidente del Banco Central Europeo. Reuters
La Eurozona tiembla al griparse el motor alemán mientras España tira del carro

La Eurozona tiembla al griparse el motor alemán mientras España tira del carro

La economía germana se contrae un 0,2% por primera vez desde 2015 y mete máxima presión al BCE en su decisión de retirar los estímulos

Adolfo Lorente

Bilbao

Miércoles, 14 de noviembre 2018, 20:22

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Insisten que es algo coyuntural, que no ha sido más que un mal sueño, pero lo cierto es que Alemania ha metido el susto en el cuerpo a una ya de por sí renqueante Eurozona. No es para menos. Ver el signo negativo al lado del PIB germano son palabras mayores. El motor alemán se ha gripado, la gran locomotora ha dado un frenazo brusco situándose a las puertas de una recesión que nadie esperaba. Y nadie es nadie. Es verdad que se esperaba una desaceleración de varias décimas, pero nunca una contracción del PIB en el segundo trimestre del -0,2%, el peor dato desde 2015. No hay pánico, cierto, pero sí nervios. Muchos.

Los mercados entraron en 'shock' a las 11 de la mañana, cuando Eurostat publicó la evolución de las economías de la UE durante el segundo trimestre. Varias lecturas. La Eurozona (19 países) sigue débil y con pronóstico reservado al crecer el 0,2%, la mitad de los trimestre precedentes. Hay que retroceder hasta 2014 para toparse con guarismos de este calibre. La UE (28), por su parte, lo hizo al 0,3%, dos décimas menos que entre abril y junio. Llámenlo estancamiento, enfriamiento, desaceleración... Pero sí, algo pasa. Vienen curvas.

Entre las noticias positivas vuelve a destacar España, que pese a la incertidumbre que domina el escenario político, continúa creciendo con vigor reafirmándose en su rol de locomotora del club. Lo hizo al 0,6%, el triple de la media de la Eurozona, dos décimas más que una Francia al alza (quizá la única sorpresa positiva) y a un mundo de una Italia que está en coma. La evolución del PIB en el segundo trimestre fue del 0% en un contexto, además, de máxima tensión entre el euroescétocio Gobierno de Roma y la Comisión Europea por saltarse las reglas comunes en la elaboración de su Presupuesto para 2019. El choque de trenes que se barrunta está adquiriendo tintes dramáticos, sobre todo para Italia, que está sufriendo el azote de los mercados y la presión de sus socios del euro. Aquí no hay fisuras. Son 18 contra uno, así que no cuesta mucho imaginarse quién va a perder.

En el cojunto de la UE, destaca el crecimiento experimentado por Reino Unido, que pese a la enorme incertidumbre generada por las negociaciones del 'brexit' consiguió crecer el 0,6%. Confirma así la tendencia ascendente registrada entre abril y mayo, cuando el PIB se incrementó el 0,4%, tres décimas más de lo registrado en un flojísimo primer trimestre (0,1%). Estas cifras suponen un balón de oxígeno para los próximos meses, cuando de verdad empiece a nortarse qué significa abandonar la Unión Europea (se marchará el 29 de marzo de 2019).

Guerra comercial

Todo ha quedado eclipsado por Alemania. ¿Qué ha pasado? Varios factores, aunque sobre todo dos. Por un lado, el impacto negativo que está sufriendo el sector automovilístico en lo referido a las distintas homologaciones. Por el otro, la caída de las exportaciones fruto de la guerra comercial impulsada por el presidente estadounidense, Donald Trump, con China. El gigante asiático ha levantado el pie del acelerador en sus compras y Alemania lo está notando sobremanera. Ojo que cuando se habla de guerras comerciales a tal escala, se sabe cómo empiezan pero nunca cómo acaban. Si mal o muy mal.

El frenazo alemán llega en un momento clave de la Eurozona, a menos de un mes de la decisiva reunión del Banco Central Europeo en la que Mario Draghi confirmará el fin de la era de los estímulos. Después de haber inyectado más de 2,5 billones de euros al sistema, el BCE ya no comprará más deuda pública aunque sí ha prometido que los tipos de interés seguirán al histórico 0% al menos hasta el próximo verano.

La presión sobre Draghi será máxima para que dé marcha atrás y saque el enésimo conejo de su chistera para seguir sosteniendo a la Eurozona. Por si acaso, el presidente del Bundesbank, el halcón Jens Weidmann, volvió a exigió este miércoles subir los tipos de interés cuanto antes «por los riesgos que conlleva esta política monetaria tan expansionista».

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