«Nuestro principal problema es la falta de trabajadores especializados en el sector»
Pefersa lidera desde Cartes el mercado de las encimeras en Cantabria y Vizcaya y prepara su expansión a Asturias con el lastre de la escasez de empleo especializado en el sector. Antonio Pérez, Director Gerente de Pefersa
MIGUEL ÁNGEL PÉREZ JORRÍN
SANTANDER.
Domingo, 1 de octubre 2017, 13:34
Con más de 40 trabajadores y 28 años de vida, Pefersa lidera en la región los tres mercados en los que compite. En encimeras de cocina es la mayor con diferencia y ha extendido su liderazgo a Vizcaya; en lo que denomina 'arte funerario' lleva las inhumaciones de medio centenar de cementerios en la región y está dando los primeros pasos para importar piedra certificada con la marca PFstone de mercados exteriores como la India. La empresa fue creada en Cartes por Antonio Pérez (Tanos, 1959) y su hermano José Vidal y ahora, tras atravesar sin especiales daños la crisis de la construcción gracias a una política cautelosa y conservadora, está en pleno crecimiento e, incluso, experimenta los problemas de su expansión: no encuentra mano de obra especializada para integrar sus equipos y explora nuevas formas de enseñanza con la Fundación Laboral de la Construcción.
-Usted y su hermano José Vidal abrieron el negocio en 1989 ¿cómo fueron los comienzos?
-Yo trabajaba en una empresa de granito en El Astillero y me fui de allí. Y hablando con mi hermano nos decidimos a entrar en el negocio cogiendo un taller en Cartes de piedra artificial que cerraba por jubilación de sus dueños. Alquilamos la nave y empezamos. El primer crédito lo pagamos al 18%. Yo sabía de piedra y de materiales, pero no tenía ni idea de encimeras ni de su fabricación. Contratamos dos chicos jóvenes marmolistas y fueron los que nos enseñaron el oficio...
-O sea, que fueron jefes-pinches durante un tiempo...
-Desde luego, al principio sí. Es un oficio que hay que aprender y no es sencillo, necesita su tiempo y, como todos los oficios, solo se puede aprender practicándolo y con alguien al lado que te enseñe.
-Están ustedes, entre otros, en dos mercados con tensiones: la construcción y los cementerios. En uno saliendo poco a poco de la crisis y en el otro entrando, con el aumento de las incineraciones...
-Y queda el de la piedra. Cada área tiene su despartamento especial y sus problemas y nos estamos desenvolviendo bien en las tres pese a las dificultades que cita, como el aumento de las incineraciones, que ya suponen el 60% de los fallecimientos de la región.
-Donde realmente nadie les hace sombra es en el sector de las encimeras de cocina.....
-Ni aquí, ni en Vizcaya.
-Su actividad es un buen observatorio del estado del sector de la construcción y de su recuperación anunciada...
-Está repuntando claramente. La mejoría nosotros la notamos ya a partir del año 2015, más que nada por la expansión que tuvimos hacia Vizcaya y Asturias, que incrementó nuestra cartera de pedidos en gran medida. Pero ahora es general: llegan presupuestos, llegan obras, llegan muchos trabajos...
«Tenemos la capacidad para hacer 20 encimeras de cocina diarias»
-¿Cómo ha sido esa salida fuera?
-En Vizcaya somos líderes: tenemos sede y almacén y equipos de instaladores; y en Asturias progresamos. (Se ríe). Gozamos de una situación privilegiada geográficamente en Torrelavega. Yo siempre digo que estamos en el 'centro de Madrid', ya que entre San Sebastián y Oviedo tenemos casi la misma población y ese es el mercado al que hay que aspirar. Hacia Bilbao es casi una ciudad continua desde Santander y eso ofrece un potencial de clientes y unas facilidades de trabajo enormes para desplazar equipos o para mantenerlos en otras bases. Y ya estamos entrando también en Vitoria.
Una empresa familar en expansión
Pefersa es un negocio familiar que empezó con la capitalización del paro de Manuel Pérez, un ingeniero técnico industrial que dejó la empresa de granito industrial en la que trabajaba, con la aportación de su hermano José Vidal y con un crédito al 18% «en el que toda la familia firmó como avalista». «Empezamos alquilando una nave y al año la compramos. Ahora somos 35 empleados fijos más algunos autónomos que trabajan para nosotros y estamos incrementando la facturación una media de un 25% anual».
-¿Y hacia Burgos?
-El problema es que entre medio no hay nada, o casi. Hay dos horas de vacío. Pero no lo olvidamos y estamos mirándolo a nivel comercial para empezar a entrar también con una base. Queremos repetir el planteamiento de nuestros inicios: buscar alguien que se jubile o quiera vender su tallar y entrar. Veremos...
-Una estrategia de crecimiento constante...
-Siempre hay que dar pasos hacia delante. Ahora, además, se está en un ciclo de crecimiento y llevamos muchos años preparándonos para esto, con mucha promoción y mucha inversión en tecnología y transporte. Es nuestro momento y tenemos gente muy capacitada para hacerlo.
-¿Más obras de rehabilitación o más de nueva obra?
-Hasta este año eran todo rehabilitaciones. A partir de esta primavera ha empezando a entrar obra nueva; hacemos una promoción de viviendas en Nueva Montaña, la residencia de la Universidad Europea del Atlántico, obras de 20 ó 25 viviendas, casas unifamiliares en toda la región... Indudablemente lo pequeño es más, lo grande en marcha son todavía promociones que quedaron paradas durante la crisis. Y también se está viendo una repunte en la reforma de hoteles y en locales turísticos o de hostelería, por ejemplo baños y escaleras.
-¿Cómo se las arreglaron para atravesar la crisis?
-Pensando mucho y reinventándonos. Aumentamos el número de comerciales, nos expandimos al País Vasco e hicimos crecer nuestras líneas de producto en piedra y en encimeras. Unas iniciativas nos fueron bien y otras mal. También abordamos una apuesta muy fuerte por la compra de maquinaria puntera y de alta tecnología, como el sistema que tenemos ahora de corte por chorro de agua que nadie lo tiene en el Norte de España. Eso marca la diferencia, hace que podamos trabajar con más calidad y seguridad y se ve en el producto final.
-¿Tuvieron que recortar empleo?
-Menos que otros. Cuando llegó el 'boom' de la construcción a mí me dio mucho miedo. Las constructoras llamaban constantemente a la puerta con trabajo y aquello no era normal. Y empezamos a rechazar encargos de grandes obras: no podíamos, por ejemplo, estar cobrando a 80 días o más. Dejamos de trabajar con las grandes constructoras y eso nos salvó. Muchas empresas del sector se vieron obligadas a cerrar al empezar los impagos. Por eso la recuperación nos ha encontrado saneados y en disposición para crecer.
-Ustedes compran los bloques de material (granito, Silestone, Dekton...) y el resto es cosa suya...
-Tenemos un departamento técnico que ya quisieran muchas constructoras, con ingenieros de caminos, industriales, decoradores y técnicos de todo tipo, además de equipos de montadores. Vendemos más servicio que piedras, por así decirlo. Aquí diseñamos por ordenador la cocina, el baño o la fachada de una casa, lo cortamos con sistemas de última generación y los montamos en casa del cliente.
-¿Son también esclavos de modas?
-Este mundo cambia a gran velocidad. Un marmolista que hubiera dejado el oficio hace diez años y regresara a él ahora no lo reconocería. Hace 20 años el 100% de los que se vendía era marmol y granito, luego empezaron a llegar los compuestos de cuarzo y porcelánicos ultracompactos como el Silestone y ahora el Dekton. Y de cada calidad o composición hay 15 ó 20 modelos. Una locura.
-Estas largas gamas ¿les obligan a almacenar mucho?
-Tenemos una nave de más de 5.000 metros cuadrados de materiales almacenados, el equivalente a 30 trailers, por ejemplo. Y eso únicamente de los modelos que más rotación tienen.
-¿Cuántas encimeras de cocina pueden hacer en un día?
-Por capacidad, podemos hacer unas 20 diarias. De las encimeras de obra, una serie de 100, por ejemplo todas similares, podemos manufacturar unas 30 diarias. Luego están las cocinas individuales, cada una con medidas distintas. En julio y agosto, que suele ser temporada alta, estamos en unas 16 diarias, lo que requiere tener disponibles cinco parejas de montadores para dar salida al trabajo.
-¿Tienen problemas para encontrar trabajadores especializados?
-Es lo peor, nuestro principal problema. Desde enero tenemos permanentemente un anuncio en Infojobs buscando marmolistas y montadores. Cuando llegó la crisis, la gente se fue al paro y los que encontraron trabajo están ya en otros sitios o tienen una edad que hace imposible la vuelta a este oficio, que es exigente físicamente. Y en nueve años no ha aprendido nadie, ningún chaval ha entrado en una marmolería, porque no hacía falta por la crisis. No había trabajo, no había aprendices.
-¿Se han visto obligados a enseñarlos?
-Bueno, una de nuestras bases es la formación continuada de la gente. Hemos apostado por ello y por la tecnología. A los que ya tenemos para que progresen en la profesión, ya que ha cambiado en gran manera y lo hace a marchas forzadas. Ahora todo son máquinas de control numérico para el corte, diseño asistido Autocad. Ya no se corta con rotaflex...y el polvo es cosa del pasado. Está terminantemente prohibido.
-Priman los puestos técnicos...
-Tenemos ingenieros de caminos, ingenieros técnicos, delineantes, geólogos, decoradores de interiores... Todos los proyectos van al Autocad y a recreaciones virtuales e infografías.
«Torrelavega está en un lugar privilegiado para hacer negocios en el norte de España»
-¿Qué valoran a la hora de contratar profesionales?
-Que sea buena persona y tenga ganas de aprender y trabajar. Bueno, y si tiene conocimientos de marmolería y de informática, mejor. (Se ríe).
-¿Hacen contratos de formación?
-Eso es otro problema. Si se aplicaran bien serían la solución: un chaval de 18 años entra y en dos o tres es oficial. Pero lo han puesto muy complicado: los requisitos están mal planteados, los cursos están repletos de clases teóricas y libros, los chavales no pueden ni manejar una rotaflex para cortar... Un oficio se aprende practicándolo, utilizando la herramienta con la debida supervisión y vigilancia. Lo que siempre ha sido un aprendiz en una empresa. Y el de marmolista es un oficio complicado: muchos materiales muy distintos, máquinas complejas, etc. Lo que siempre ha sido un aprendiz en una empresa..., pero con el añadido de las nuevas tecnologías y de un mercado en permanente cambio al que hay que adaptarse obligatoriamente.
-¿Qué cambios sugerirían?
-Que se colabore más decididamente con la empresa. Nosotros estamos empezando a hablar con la Fundación Laboral de la Construcción para intentar buscar soluciones. Ahora, un marmolista que sepa el oficio tiene trabajo seguro, sin ningún problema. Tenemos que diseñar algo que satisfaga a las dos partes, que sea útil. Y hay que tener en cuenta que el sector está en plena expansión ante la llegada de más carga de trabajo.
-Su segunda linea de actividad son los servicios funerarios...
-En este segmento damos todo tipo de servicios, desde una inhumación hasta la construcción de nichos y colocación de lápidas y mantenimiento. Tenemos la concesión de los cementerios de Torrelavega y estamos en medio centenar de camposantos en la región a través de las funerarias. Hay días que podemos trabajar a la vez en San Vicente de la Barquera y en Guriezo. Y eso que las incineraciones han disminuido el negocio, sobre todo en los núcleos grandes de población, donde crecen constantemente.
-Y en la actividad de la piedra natural ¿se plantean tener canteras?
-No, pero sí poner en el mercado una línea de piedra natural propia y certificada. La piedra es un mercado muy heterodoxo y lo que se necesita es un standar de calidad constante y mantenido en el tiempo. No vale que que empieces la obra y a la mitad del trabajo cambie la calidad, el tono o la consistencia de la piedra. Hemos ido por todas las canteras -importamos piedra desde la India, por ejemplo- para seleccionar y poner nuestra marca y garantizar la calidad. Creamos para ello la marca PFstone, tanto para certificar la piedra nacional como la internacional que seleccionemos. A ellos se une el certificado ISO 9001 del que ya disponemos.
-¿Qué tal es la piedra de Cantabria? La de Escobedo tiene antigua fama...
-Pues sí, pero ahora mismo la cantera está casi sin actividad por problemas legales que, creo yo, impiden ampliarla. Además, la crisis disminuyó notablemente la demanda de piedra. También están las de Puente Viesgo y San Pedro del Romeral, con piedra arenisca, y la de caliza gris de Muñorrodero. Las areniscas se utilizan para casas de estilo rústico y las de diseño moderno suelen llevar calizas blancas de Murcia. Y sus competidores, los compactos de cuarzo y cerámicos como el Tekton y el Silestone se fabrican en Almería. Allí está Cosentino, que es el mayor fabricante mundial, con miles de empleados. Solo la nave que fabrica Tekton tiene 80.000 metros cuadrados, y la están ampliando.
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