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Reuters
El paro de larga duración se reduce un 38% pero sigue siendo el doble que antes de la crisis

El paro de larga duración se reduce un 38% pero sigue siendo el doble que antes de la crisis

El perfil de este colectivo es el de una mujer, de 45 años o más, sin estudios, residente en Andalucía y que lleva más de 24 meses buscando trabajo

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Domingo, 7 de abril 2019

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El paro sigue siendo el gran problema de España -dejando a un lado el conflicto catalán¬ y, once años después de que estallara la crisis, aún hay más de 3,2 millones de personas registradas en las oficinas del antiguo INEM. Pero existe otro dato peor: de ellos casi 1,3 millones son desempleados de larga duración, es decir, llevan más de un año buscando un puesto de trabajo sin éxito, lo que representa cuatro de cada diez de esos parados.

Cierto es que desde el máximo alcanzado en 2014, cuando el número total de este colectivo con serias dificultades de reinserción superó los 2,1 millones, la cifra se ha reducido en un 38,4%. Sin embargo, todavía suponen el doble de los que había antes de que se produjera la denominada Gran Recesión: poco más de 648.000 en 2008. Desde entonces, año a año fue incrementándose con fuerza (en 2010 sufrió el mayor crecimiento, con un avance superior al 63%) hasta tocar techo en 2014. A partir de dicho ejercicio se inició un descenso, aunque a un ritmo muy inferior:_si en los peores años de la crisis se sumaron casi 1,5 millones de parados cronificados, en la recuperación se han reducido en algo más de 800.000.

Se trata de un recorte claramente insuficiente, más si se compara con los datos europeos: la tasa de paro de larga duración en la UE (sobre población activa) era al cierre de 2018 del 2,8%, frente al 5,8% de España. Por eso el Gobierno aprobó este viernes el Plan Reincorpora-t, que pretende recolocar en el mercado laboral a unos 150.000 parados de larga duración cada ejercicio para sumar entre 450.000 y 500.000 menos en estos tres años de aplicación, lo que supondría una reducción de un 40% y dejar su tasa en cerca del 3,6%. De esta forma, se pasará de los casi 1,3 millones que hay en la actualidad a 850.000 en 2021, aún así 200.000 más que antes de la crisis.

Y es que tanto en España como en el resto de países europeos, la elevada tasa de desempleo de larga duración puede estar erosionando las habilidades y reduciendo la integración social. Este tipo de parados tiende a tener más edad, menos formación y también menos experiencia laboral. Y, al menos en España, son mayoritariamente mujeres. De hecho, ellas casi duplican el número de hombres en paro cronificado: 818.744 frente a 464.954, lo que representa que las mujeres en esta situación son casi un 64% del total.

También brecha de género

Con este plan de choque el Ejecutivo también pretende reducir a la mitad la actual brecha de género en este colectivo, de 28 puntos se pasaría a 14. Con ello a finales de 2021 las mujeres representarían el 57% del paro de larga duración, tras rebajarse en 364.502 personas, mientras que la caída de los hombres será muy inferior (111.000 menos en los próximos tres años) y representarían el 43% de estos desempleados.

Si al inicio de la crisis las personas que llevaban más de dos años buscando empleo activamente eran minoría, esta situación se ha dado la vuelta y ahora representan dos terceras partes del colectivo (suman el 66%) y duplican el número que había en 2008. Incluso la mitad lleva más de tres años en esta situación, lo que complica cada vez más sus posibilidades de reinserción. Por ello, otro de los objetivos de Reincorpora-t pasa por disminuir en 12 puntos la actual diferencia entre los parados que llevan más de 24 meses demandando trabajo y los que han pasado entre 12 y 23 meses.

Por otra parte, siete de cada diez parados de larga duración son mayores de 45 años (y un 40% del total tiene más de 55 años), mientras que solo el 6% tiene menos de 30 y el 25% restante se sitúan en la franja entre los 30 y 44 años. Por ello varias de las medidas del plan citado están especialmente dirigidas a los mayores de 45 años -por ejemplo, la propuesta de que las contratas públicas reserven entre un 5% y un 10% a parados de larga duración- y con ellas se quiere reducir este colectivo en más de 350.000 personas para dejarlo en 550.000 en 2021.

Un 8% son universitarios

Por último, otra de las características más comunes de los desempleados de largo recorrido es el de carecer de una formación académica. De esta manera, un 71% cuenta como mucho con la enseñanza obligatoria y más del 40% no ha terminado Secundaria, mientras que apenas un 8% tiene estudios universitarios. Es por esa razón que el Ejecutivo se propone mejorar la empleabilidad de este colectivo con una batería de medidas encaminadas a mejorar su preparación, de forma que al menos un 10% se forme en competencias digitales y otro 15% obtenga un certificado profesional.

 A la cabeza del paro de larga duración está Andalucía, donde residen una cuarta parte de los afectados, seguida de la Comunidad Valenciana (12%), Cataluña (11,6%) y Madrid (10,7%). En el otro extremo de esta clasificación, en La Rioja, Navarra y Baleares no llegan al 1%.

Se puede concluir, por tanto, que el perfil medio de un parado de larga duración es el de una mujer, de 45 años o más, sin estudios o como mucho que ha cursado hasta la ESO, que lleva más de 24 meses buscando trabajo de forma activa y que reside en Andalucía.

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