Comprar o alquilar: factores que determinan la respuesta
Cuestiones como el presupuesto, la flexibilidad o la situación personal de cada uno tendrán un peso mayor o menor en la decisión que, por otro lado, conviene tomar con calma
R.P.
Viernes, 9 de octubre 2020, 08:02
¿A favor o en contra? A la hora de decidir entre comprar y alquilar hay detractores y defensores en ambos sentidos. Frente a quienes piensan que alquilar supone 'tirar el dinero', los hay que encuentran en esta manera de disfrutar de una vivienda una alternativa habitacional que aporta libertad. Estos últimos identifican hándicaps en la idea de comprar principalmente relacionados con el hecho de tener que asumir una inversión más importante o, sencillamente, verse atados a un inmueble que, con el tiempo, puede suponer un lastre. Por el contrario, los defensores de la compra justifican su decisión, en muchos casos, considerándola una inversión de futuro.
De todo ello, sin embargo, es fácil extraer una conclusión y es que, en términos inmobiliarios, no existen recetas universales. Cada inversor tiene unas circunstancias particulares, un estilo de vida y una manera de pensar y, todo ello, afecta directamente a la decisión de comprar o alquilar.
Las claves paso a paso
Dar el paso de convertirse en propietario o arrendatario no es una cuestión baladí. De hecho, de la decisión final pueden depender otras muchas cuestiones como el presupuesto mensual, planes a medio largo plazo… Ante la duda, eso sí, hay ciertos factores que muchos posibles compradores o arrendatarios se plantean antes de dar una respuesta definitiva.
-Inversión económica
Tanto la compra como el alquiler de una vivienda llevan implícita la asunción de una serie de gastos inherentes a la construcción. Sin embargo, la diferencia entre una opción y otra es más que notable. En el caso del alquiler, la inversión inicial es mucho menor que en el de la compra. Por lo general, los acuerdos suelen resolverse abonando la renta mensual más la fianza y, en caso de intervención de una agencia, un mes más para la inmobiliaria. A partir de ahí, el inquilino asumirá los gastos corrientes (luz, gas, agua…) y el alquiler como contraprestación al disfrute del inmueble.
La cosa cambia cuando hablamos de comprar una casa. En este sentido la decisión implica disponer de un ahorro que ronda el 30% del coste total de la vivienda, no en vano, habrá que asumir los gastos derivados de la operación y completar el 20% que, por lo general, no conceden las entidades financieras en sus hipotecas. Al margen de ese esfuerzo inicial, ser propietario también implica asumir los impuestos vinculados a la vivienda (IBI, tasa de basuras…), la cuota de la comunidad, el seguro de hogar… En todo caso, se trata de una inversión que, al contrario que en el caso del alquiler, está destinada a obtener la titularidad de la propiedad, algo que para muchos es determinante a la hora de tomar la decisión.
-Situación
Aunque el capítulo económico tiene un peso notable a la hora de dar respuesta a la cuestión de comprar o alquilar, no hay que olvidar la situación personal de cada uno. Decantarse por el alquiler suele ser la opción más flexible por lo que resulta una alternativa a tener en cuenta si pensamos en un traslado laboral temporal, la primera experiencia en pareja o la búsqueda de hogar por motivo de estudios. No obstante, si se trata de invertir, la compra es, sin duda, la mejor alternativa, lo mismo que si pensamos en establecer nuestra residencia habitual.
-Personalización
Tanto si optamos por el alquiler como si optamos por la compra, el tiempo que pasemos en la vivienda elegida, esta será nuestro hogar. Sin embargo, una opción y otra ofrecen diferencias que también afectan a la decisión. En este caso es la compra la que ofrece un mayor abanico de posibilidades en términos de diseño y decoración. Desde el mobiliario a la distribución, pasando por los revestimientos o el color de las paredes, convertirnos en propietarios implica tener el control total sobre el aspecto de los interiores.
En el caso del alquiler, sin embargo, la cuestión está más limitada y es que, como inquilino, cualquier cambio de cierta envergadura deberá pasar antes por el control del propietario.
Pros y contras de comprar o alquilar
El presupuesto, los gustos personales y los objetivos de cada uno constituyen los tres pilares básicos en torno a los cuales suele girar la decisión de comprar o alquilar una vivienda aunque una u otra opción ofrece ventajas e inconvenientes.
En el caso del alquiler la flexibilidad es uno de los puntos a favor más interesantes, sin olvidar que lleva implícito un menor número de gastos lo que, en todo caso, se traducirá en una mayor liquidez que podemos invertir en otras cuestiones. La tranquilidad de no tener que asumir un compromiso de pago de décadas también se perfila como una ventaja aunque, en la práctica, una hipoteca no deja de ser una inversión y el hecho de pagar por disfrutar en lugar de por hacerse con la titularidad del inmueble es uno de los inconvenientes que muchos señalan como inconveniente del alquiler.
La compra, por su parte, exige un mayor esfuerzo económico aunque también supone el desarrollo de un sentimiento de propiedad y arraigo. A la larga, comprar una casa también puede suponer una buena fuente de ingresos si decidimos volver a venderla o ponerla en alquiler. Eso sí, no hay que perder de vista que, en cierto modo, limita la movilidad de los propietarios y, en consecuencia, resulta menos flexible como solución residencial.