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Bomberdeo de las fuerzas turcas en la ciudad de Ras al-Ein, visto desde la ciudad turca de Saliurfa. EFE
La amenaza de sanciones de Trump obliga a Erdogan a suspender su operación en Siria

La amenaza de sanciones de Trump obliga a Erdogan a suspender su operación en Siria

Turquía «hará una pausa de 120 horas» para permitir la retirada de las tropas kurdas y así salvar «millones de vidas», asegura Washington

mikel ayestaran

Jerusalén

Jueves, 17 de octubre 2019

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Estados Unidos logró que Turquía aceptara un alto el fuego en la ofensiva 'Fuente de Paz', que puso en marcha el 9 de octubre en el norte de Siria. Tras reunirse con Recep Tayyip Erdogan, el vicepresidente estadounidense, Mike Pence, anunció que Ankara «hará una pausa en la ofensiva para permitir la retirada de las YPG -las Unidades de Protección Popular kurdas- de la 'zona segura' durante 120 horas». Donald Trump presentó el anuncio como «grandes noticias» y dio las gracias a su homólogo turco porque con este cambio de estrategia «se salvarán millones de vidas».

El día 9 de octubre, Trump había enviado una carta a Erdogan en la que le amenazó con «hundir la economía de Turquía» si no suspendía la operación contra sus exaliados kurdos, ayer mismo anunciaron que acataban el alto el fuego. La misiva acabó «en la papelera», según declararon fuentes oficiales turcas a la agencia Reuters y, ese mismo día, se puso en marcha la ofensiva en Siria. Este es el enésimo cambio de opinión de un Trump que hace ocho días dio al líder islamista luz verde para invadir Siria y ordenó de forma sorpresiva la retirada de sus hombres.

LA CLAVE:

  • Ministro de Exteriores turco. «Hay pleno acuerdo» sobre la 'zona de seguridad' y que esa área estará controlada por Ankara

El ministro de Exteriores turco, Mevlut Çavusoglu, no habló de «alto el fuego» y se limitó a informar de una «pausa temporal de la operación» hasta la retirada de «los terroristas» e informó de que «Estados Unidos aceptó la 'zona de seguridad' y hay pleno acuerdo en que el control de esa área lo ejercerán las fuerzas armadas turcas». Pence no aclaró este punto tan importante como confuso, ya que ahora mismo en esa franja se han desplegado los ejércitos de Siria y Rusia, y se limitó a decir que las YPG, que son el brazo sirio del PKK, se retirarán de la franja de 30 kilómetros exigida por Ankara «en los próximos cinco días».

El pacto, en el que también participó de forma directa el secretario de Estado, Mike Pompeo, incluye una cláusula que obliga a Turquía a no emprender ninguna operación contra la ciudad de Kobani, situada en plena frontera y que desde hace 48 horas ha vuelto a manos del Ejército de Siria, y recoge la voluntad de Ankara y Washington de «colaborar en la lucha contra el Estado Islámico (EI) y a favor de los derechos humanos y la protección de grupos religiosos y étnicos».

Ocho años de guerra

Pese a las caras largas de los protagonistas, Pence cerró su comparecencia asegurando que el acuerdo «es posible gracias a las buenas relaciones entre los dos dirigentes», en alusión a Trump y Erdogan, protagonistas de un capítulo que ha dado un giro radical a la situación en Siria en su octavo año de guerra. La retirada de Estados Unidos y la ofensiva turca llevaron a los kurdos a girar hacia Damasco y, con la mediación de Rusia, devolver el control del norte y noreste del país a las fuerzas de El-Asad para frenar el avance de Erdogan.

Hace tiempo que las decisiones que afectan a Siria se toman a miles de kilómetros de Damasco. El-Asad necesitó ocho días para reaccionar a la ofensiva turca sobre el norte de su país y lo hizo para declarar que «seguirá respondiendo y haciendo frente en todas las regiones de la República a la agresión lanzada por Turquía contra nuestro país, por todos los medios y métodos legales posibles». Hasta ahora, esa repuesta ha estado liderada por Rusia, que tras el vacío dejado por Trump se erige en la gran potencia en el conflicto sirio y en Oriente Próximo.

A la basura las amenazas de Trump

El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, arrojó a la basura la carta que recibió de su homólogo estadounidense, Donald Trump, en la que le pedía un acuerdo sobre la ofensiva turca en el noreste de Siria o, de lo contrario, amenazaba con destruir la economía del país euroasiático. «La carta del 9 de noviembre fue rechazada por el presidente Erdogan y arrojada a la basura», asegura este jueves una fuente diplomática turca al diario 'Hürriyet¡.

La misma fuente agrega que la respuesta más directa a la misiva fue que Turquía lanzó el mismo día 9 la ofensiva militar en el noreste de Siria que busca expulsar a milicias kurdosirias a las que califica de «terroristas». En la carta, Trump advertía a su homólogo turco en un tono crudo y coloquial de las consecuencias que acarrearía el comienzo de las operaciones militares.

«Usted no quiere ser responsable de la matanza de miles de personas, y yo no quiero ser responsable de la destrucción de la economía turca -y lo haré-», afirmaba Trump en la carta.

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