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La primera ministra británica, Theresa May, durante su comparecencia de ayer en el Parlamento, en Londres. EFE
Theresa May presenta ante el Parlamento un 'plan b' sin avances ni acuerdos

Theresa May presenta ante el Parlamento un 'plan b' sin avances ni acuerdos

La primera ministra británica persiste en reformar al gusto del DUP y de Bruselas el Acuerdo de Salida rechazado

iñigo gurruchaga

Corresponsal. Londres

Lunes, 21 de enero 2019

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Theresa May ha insistido en la Cámara de los Comunes que seguirá negociando con la Unión Europea cambios en la salvaguardia irlandesa del Acuerdo de Salida para presentarlo de nuevo a la votación del Parlamento, que lo rechazó de manera aplastante el pasado martes. El supuesto 'plan' B que se esperaba este lunes de la primera ministra es idéntico al original.

En su balance del resultado de las conversaciones que ha mantenido en los últimos días con políticos de la oposición -excepto con el líder laborista, Jeremy Corbyn, que rehusó el encuentro-, May ha ofrecido un guion con seis puntos, cuyos dos primeros han sido la imposibilidad de descartar una salida sin acuerdo y la impopularidad de convocar un segundo referéndum.

Librada de las principales reivindicaciones de la oposición, ha prometido, en el aspecto más extraño de su declaración, que responderá a la queja sobre la falta de «flexibilidad e inclusión» en la negociación del Acuerdo cambiando su manera de dirigir la política del país cuando se negocie la futura relación comercial, una vez que se apruebe el documento de salida.

Los puntos inamovibles de la mandataria

  • Necesidad de un pacto. «No se puede descartar una salida sin acuerdosin frustrar tambiénel mismo 'Brexit'»

  • Evitar otra consulta. «Un segundo referéndum dañaría la cohesión social por minar la fe en nuestra democracia»

Para hacerlo más digerible a diputados laboristas se ha comprometido a encontrar mecanismos para que se descarte que Reino Unido reducirá salarios o protecciones del medio ambiente para competir con la UE y en otros mercados, sugiriendo la introducción de una ley que obligue al Parlamento británico a considerar las normas laborales o medioambientales que adopte en el futuro la UE.

Súbita gratuidad

Pero May ofreció en su discurso un horizonte inmediato. Hablará con los miembros del Partido Democrático Unionista (DUP) para buscar un entendimiento sobre la salvaguarda irlandesa, incluida en el Acuerdo para evitar la extensión de controles en la frontera en Irlanda, y luego intentará negociar con Bruselas alguna modificación que refleje este diálogo con los unionistas.

El 'brexiter' pura sangre Jacob Rees-Mogg había condenado con gran elocuencia esta mañana en su nuevo programa de radio que los residentes comunitarios que han vivido legalmente estos años en Reino Unido sean obligados a pagar unos 75 euros para solicitar el estatus de asentados, que preserva en líneas generales sus derechos de residencia por tiempo indefinido.

La utilización de la aplicación telefónica diseñada por el Ministerio de Interior para la solicitud se ha abierto hoy a los 3,5 millones de residentes. Los responsables confirmaban el viernes las tarifas. Pero May ha anunciado, unas horas después de Rees-Mogg y de la apertura de la aplicación, que la solicitud será gratuita.

Corbyn ha celebrado este anuncio, pero ha criticado el diálogo de May como una «farsa de relaciones públicas». Ha denunciado a la primera ministra por su falta de «flexibilidad y de negociación» y por hallarse «en fase de profunda negación». Pero la primera ministra someterá a votación, el 29, una declaración quizás más detallada, con diversos parlamentarios presentando enmiendas para alterar su curso firme.

La 'premier' ahorra a los comunitarios el coste del nuevo estatuto

El 'brexiter' pura sangre Jacob Rees-Mogg condenó con su conocida elocuencia por la mañana, en su nuevo programa de radio, que los residentes comunitarios en Reino Unido tuviesen que pagar unos 75 euros para solicitar el estatuto de asentados, que preserva en líneas generales sus derechos como residentes por tiempo indefinido.

«Estamos diciendo a una gente que vive aquí legalmente, con todos los papeles para estar aquí, que deben obtener un nuevo papel por el que tienen que pagar...», dijo Rees-Mogg a un oyente. «Debería ser gratuito, como los certificados de nacimiento. Es algo que siento con intensidad. Deberíamos sentirnos honrados de que vinieran a este país».

El anuncio del procedimiento y del coste se hizo en junio, cuando el ministro de Interior Sajid Javid acababa de sustituir a Amber Rudd, quizás la más partidaria de la UE en el Gabinete. La oposición, el Ejecutivo escocés, los 'brexiters', lo criticaron. En diciembre, el Gobierno confirmó que sus empleados de origen comunitario tendrían que pagarlo de su bolsillo, aunque empresas privadas se habían comprometido a sufragar el coste a los suyos.

Los responsables en Interior confirmaron el viernes las tarifas, presentando la aplicación para la solicitud, que se abrió ayer a los 3,5 millones de residentes. Pero May anunció que será gratuita unas horas después de las palabras de Rees-Mogg, minutos después de que el propio ministro Javid defendiera en los Comunes el esquema, a cuyo pago quedará asociado.

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